Los medios de comunicación han sido los protagonistas de la última edición de los "Debates UB: Catalunya y España", que ha tenido lugar este miércoles en el Aula Magna de la Facultad de Filología y Comunicación de la UB. Hay preocupación, en el mundo del periodismo sobre problemas surgidos en la prensa raíz del procés, del referéndum del 1 de octubre y de la represión posterior. La Universitat de Barcelona había anunciado que, fiel a su principio de reflexionar de forma seria y académica sobre la realidad de nuestro entorno, dedicaría una sesión a este tema.
¿Mojarse donde la gente no se moja?
Maite Vilalta, vicerrectora de Igualdad y de Acción Social de la UB, ha afirmado que "no es fácil mojarse en este tema, pero esta es la responsabilidad de la universidad". Pero al fin ha habido menos debate de lo que se anunciaba. Joan Maria Morros, decano del Colegio de Periodistas, ha hecho la ponencia inicial, que más adelante ha sido discutida por los diferentes ponentes: Marta Lasalas, docente de la UB y periodista de la sección de Política de El Nacional; Ramon Reig, catedrático de Estructura de la Comunicación de la Universidad de Sevilla; Joan Julibert, profesor de la Facultad de Comunicación de la UB; y la filósofa Lídia Sánchez, del Grado de Comunicación Audiovisual de la UB. La sesión ha sido moderada por Francisco Esteban, vicedecano de la Facultad de Filología y Comunicación de la UB.
Catalunya, como el mundo
Joan Maria Morros ha centrado su intervención en los problemas de la comunicación a nivel mundial, muchos de los cuales también afectan a Catalunya (la precariedad, la inmediatez que se impone, la irrupción de las fake news, la competencia de las redes sociales...). Eso ha conducido hacia un debate centrado en los problemas de la comunicación periodística en el mundo más que sobre el problema catalán. También varios ponentes han ido en la misma dirección. Ramon Reig ha criticado la desinformación que se produce por la "intoxicación por saturación" y ha afirmado que lo más preocupante es que los medios son controlados por el gran capital o que dependen de la financiación de las instituciones. A pesar de todo ha celebrado el pluralismo plural que hay por primera vez gracias a los medios digitales ("antes sólo podías optar entre el PP y el PSOE", ha comentado). El profesor Julibert ha coincidido con él afirmando que "para ser cuarto poder la prensa tendría que ser independiente", cuando en realidad no lo es. Y ha criticado que los medios de comunicación sólo quieran satisfacer a sus lectores: "No somos el Satisfyer de la comunicación. Nuestro papel es otro", explica Julibert, que ha limitado que los medios no contrasten puntos de vista. Marta Lasalas ha matizando el discurso, asegurando que la crisis de los medios es anterior al procés, y que es un fenómeno de alcance mundial; ha apuntado, además, que habrá que aprender a contrastar a toda velocidad, porque hay una demanda de información a toda velocidad.
Presiones en Catalunya
Las referencias al procés y a la situación catalana, paradójicamente, han estado menos explícites: "La situación que vive Catalunya en los últimos años es compleja" ha explicado Morros, y por eso ha apuntado que hace falta informar con especial cuidado y evitar el "periodismo de trinchera". Morros, a pesar de todo, ha apuntado que ha habido obstáculos adicionales a la libertad de información ha recordado que el Colegio de Periodistas se posicionó en contra de los registros a medios antes del 1-O, que condenó la propuesta de intervenir TV3 y Catalunya Radio con la aplicación de 155 y que censuró el hecho que la Junta Electoral limitara el vocabulario para informar de política durante la campaña electoral. Morros ha protestado por las agresiones a periodistas por parte de la policía y por el boicot de los ciudadanos a determinados periodistas y ha recordado que eso es una vulneración de los ciudadanos, porque supone una limitación de la libertad de prensa. "Nos tiene que importar a todos defender los medios de comunicación", ha sentenciado Morros, quien ha sentenciado que "hay que preservar un periodismo libre de presiones: no debe haber ni políticas, ni policiales, ni judiciales",
Tiempo de presiones
Marta Lasalas ha apuntado que aquí hay cierto debate sobre el tipo de periodismo que se hace, pero ha explicado que "En Madrid, cuando cubría el juicio al procés, los medios españoles no se preguntan por si hacen un periodismo de trinchera". Ha explicado las presiones extremas que han tenido los periodistas en estos tiempos, y ha puesto como ejemplo las presiones contra Vicent Sanchis al debate electoral de TV3. El profesor Julibert, en cambio, ha criticado que en el debate sobre Catalunya-Espanya los medios de comunicación han escuchado poco y que han narrado mucho y ha afirmado que ha habido una dependencia excesiva de los medios respecto a sus financiadores. Y ha denunciado que por ello los medios de comunicación privados no están ofreciendo el servicio público que tendrían que servir. Ha criticado que los medios se estén centrando en la propaganda más que en la información. Ha criticado mucho que se haya acabado confundiendo la política con el entretenimiento y que no se haya delimitado qué pertenece a cada ámbito. También se ha mostrado crítica Lídia Sánchez que ha considerado a los medios corresponsables de los déficits de la democracia, argumentando que tendrían que ofrecer más informaciones contrastadas.
¿Un debate que ya no interesa?
Quizás lo más destacable de esta sesión es que ha contado con una asistencia muy escasa, de unas 70 personas (comparada con la expectación levantada por los anteriores debates, que agruparon a más de 500 personas). Quizás es que ha coincidido con la temporada de exámenes o con un período de desmovilización política, pero quizás es que en el fondo, se preveía un debate con poco debate. No ha habido casi ninguna mención a los cambios a las directivas de medios; tan sólo una mención puntual a la agresión a periodistas (cuando hace pocos meses decenas de ellos fueron golpeados por la policía y algunos identificados); tampoco se ha hablado de las filtraciones de las cloacas del Estado a los medios de comunicación ni de los despidos de periodistas poco fieles a la línea de su medio... Había más debate a hacer de lo que se ha visto en la mesa. Evidentemente, Catalunya no es un universo cerrado en una campana de cristal y aislado de lo que pasa en el resto del mundo, pero hay fenómenos bien específicos que no se podían obviar en un debate de estas características. Todavía está pendiente un análisis en profundidad de la información sobre el debate Catalunya-España.