Una extracción de urgencia ha permitido recuperar una costilla de vaca marina de hace 42 millones de años en un camino real de Folgueroles (Osona). Hace unos 40 cm y lo han descubierto los geólogos Jordi Vilà e Íngrid Soriguera, miembros del Grupo de Naturalistas de Osona en una salida rutinaria de observación del medio. El fósil estaba en riesgo de degradación porque pasan vehículos. Lo comunicaron al Servicio de Arqueología y Paleontología del Departamento de Cultura de la Generalitat, que autorizó la extracción. Se cree que este sirenido, que habitaba la Catalunya Central cuando era un mar tropical ahora hace entre 48 y 37 millones de años, cuando murió el agua lo llevó a la deriva hasta una zona de aguas profundas y fuera de su hábitat.
"Hace un mes estábamos inspeccionando el terreno y por casualidad lo encontramos, en medio de un camino real donde hay mucho tráfico de vehículos de los vecinos que pasan a diario", detalla a la ACN uno de los descubridores, el geólogo Jordi Vilà. Recuerda que en aquel momento se podía ver una rodera reciente de neumático y como el fósil tenía algunos fragmentos rotos.
El bloque de piedra ya mostraba que la pieza destacaba. Según el geólogo, "por la longitud que tenía (unos 40 cm) y el estado de conservación, era interesante de sacarlo". Explica que es un hallazgo excepcional por la "escasez" que hay de estas piezas en Catalunya y sobre todo porque vieron que era fácil de extraer sin que se destruyera. Y es que en la comarca hay catalogados fósiles similares pero que están rodeados de roca dura y no se pueden tocar porque se destruirían. En este caso, en cambio, se pudo extraer y ya está en proceso de consolidación y restauración. Un trabajo que durará semanas.
Fuera de su hábitat y en aguas profundas
Los geólogos recibieron el apoyo del personal del Espacio Natural de las Guilleries-Savassona y, una vez analizado el material que lo rodeaba, han llegado a una conclusión: el fragmento de vaca marina de hace 42 millones de años quedó en una zona de aguas profundas en que no se corresponde en su hábitat. Las Comarcas Centrales eran en aquel momento un mar tropical.
Estos mamíferos de grandes dimensiones hacían "pastos submarinos" y se comían lo que ahora serían las posidonias, plantas que necesitan la luz para sobrevivir. La hipótesis de los descubridores es que el animal murió y sus restos acabaron flotando a la deriva y dispersas por diferentes puntos por la acción de diferentes depredadores. Es por eso que descartan que pueda haber otros fragmentos del ejemplar cerca. Con los años, el fósil quedó enterrado por "capas y capas de centenares de metros de sedimento encima del hueso". Y el tránsito rodado, añade, puede haber estado también un aliado para sacarlo a la luz.
Hacer pedagogía sobre un material muy sensible
Una vez finalicen los trabajos de restauración, la costilla será dada al Ayuntamiento de Folgueroles para que se exponga al público. "Queremos que esté a la vista de todo el mundo porque es patrimonio de todos" observación Vilà. Y subraya que también será una oportunidad por hacer pedagogía sobre estas piezas. Afirma que, por desconocimiento o mala praxis, hay personas que expolia fósiles y se les queda en casa. Y se pregunta qué pueden hacer, aparte de tenerlo guardado y hacer un "agravio" a la ciencia y al patrimonio. Estas prácticas están prohibidas por ley y tienen importantes sanciones.
En caso de estar ante un posible resto, lo que se tiene que hacer es avisar en el Ayuntamiento o contactar con entidades como el Grupo de Naturalistas de Osona, la delegación territorial de la Institución Catalana de Historia Natural (ICHN). Y evitado manipularlo. En todo caso, fotografiarlo para poder mostrar el hallazgo a los expertos.
En Catalunya hay una treintena de piezas similares descubiertos a diferentes puntos del territorio y de diferentes especies.