Un retrato inédito del pintor español Pablo Picasso (1881-1973) de una mujer misteriosa, oculto durante más de un siglo bajo una de las primeras pinturas del Período Azul del artista, ha sido descubierto por conservadores del Instituto de Arte Courtauld de Londres gracias a una tecnología de rayos X e infrarrojos. Las imágenes del análisis del Retrato de Mateu Fernández de Soto (1901), uno de los cuadros emblemáticos de la sombría etapa artística de Picasso, han revelado una figura femenina en la que se discierne la forma de la cabeza, el cabello recogido en un moño, los hombros curvados y los dedos, según ha informado el Instituto de Arte Courtauld este lunes. Ahora, una investigación más profunda y un análisis más detallado podrían revelar más sobre la mujer del retrato, aunque no es seguro que se pueda establecer su identidad
El subdirector del Instituto de Arte Courtauld, Barnaby Wright, ha explicado que llevaban tiempo sospechando que debajo del retrato de Fernández de Soto se escondía otra pintura porque la superficie de la obra presentaba "marcas y texturas reveladoras". "Ahora sabemos que se trata de la figura de una mujer. Incluso se puede empezar a distinguir su forma con solo mirar la pintura a simple vista. La forma de trabajar de Picasso para transformar una imagen en otra se convertiría en una característica definitoria de su arte, que ayudó a convertirlo en una de las figuras más importantes de la historia del arte", ha manifestado Wright.
Reutilizar lienzos
Reutilizar los lienzos era una práctica habitual en Pablo Picasso, sobre todo durante el Período Azul, porque en esa época no tenía mucho dinero y pintaba una obra sobre otra sin blanquear la anterior. La tecnología de imágenes, como la utilizada en el Instituto de Arte Courtauld de Londres, ayuda a "ver la mano del artista" y "comprender su proceso creativo", ha apuntado la conservadora Aviva Burnstock. Este descubrimiento también aporta luz sobre la carrera de Picasso y sus etapas artísticas, ha añadido Aviva Burnstock, puesto que tras el retrato de Fernández de Soto, el pintor comenzó a cambiar su estilo hacia un enfoque contemplativo y tonos más azulados, inspirado en parte por el suicidio de su amigo Carles Casagemas y su tiempo en París.
La pintura descubierta es similar en estilo a otras obras del pintor malagueño, como La bebedora de absenta (1901) o Busto de mujer con los brazos cruzados (1901-02), y formará parte de la exposición 'De Goya al Impresionismo: Obras Maestras de la Colección Oskar Reinhart', que se inaugura el 14 de febrero