El despertar de la primavera (Spring Awakening) es una obra, basada en un texto y un libreto de Frank Wedeking, de 1890, que se estrenó en el 2006 al Off Brodway y que rápidamente conquistó los principales escenarios de Nueva York. En Barcelona, la versión catalana se estrenó en el pequeño Teatre Gaudí, en 2016, con gran éxito de crítica. Y ahora, tras una gira con mucho éxito, ha llegado, también, a una sala grande. Ha conseguido representarse en el Teatro Victoria, con una notable asistencia de público: más de 7.000 espectadores habían pasado por la sala a una semana de su despido.
La obra cuenta con la dirección Marc Vilavella, coreografías de Ariadna Peya, dirección musical de Gustavo Llull y diseño de luces de Dani Gener. Los papeles centrales los ocupan Marc Flynn, que hace de Melchior Gabor, un chico muy inteligente y con fuertes inquietudes sociales, y Elisabet Moleti, que hace el papel de Wendla Bergman, una chica que desconoce completamente qué pasa con su cuerpo y que intenta superar su desconocimiento. El conjunto de la compañía está integrado por 15 actores y 7 músicos que actúan en directo. El montaje ha sido promovido por Origen Produccions, una sociedad creada ad hoc por Marc Flynn, Rubén Yuste (que también hace de director de producción) y Anna Piqué (que hace de ayudante de escenografía). Los tres hicieron todo lo posible por llevar a Barcelona Spring Awakening y lo consiguieron
El despertar de la primavera afrontaba el problema de la sexualidad de los jóvenes a finales del siglo XIX, y por eso despertó mucha polémica. Reflexiona sobre la falta de formación sexual de unos jóvenes, que chocan continuamente con el velo con que la sociedad, la iglesia y la escuela tapan su propia realidad. Unos jóvenes que tienen la curiosidad natural por saber qué pasa con sus cuerpos, que sienten una fuertísima atracción sexual, pero que no saben cómo gestionarla ni qué consecuencias puede tener. Es una obra que aborda los abusos sexuales, los embarazos no deseados, la homosexualidad... Pero, sobre todo, es una obra sobre las dificultades que impone la sociedad al amor. Y una defensa contundente del derecho a amar.
A pesar de que El despertar de la primavera incluye una nota de esperanza, de confianza en que los jóvenes cambien la sociedad, el conjunto de la obra es un drama, en el que se abordan temas de gran dureza: los abusos sexuales contra los niños, el autoritarismo irracional que sufren, el suicidio, la ignorancia en materia sexual, la discriminación de los que no piensan igual... Tiene puntos de dureza extrema porque, claramente, se trata de una obra de denuncia.
El despertar de la primavera es una obra que impactará a los jóvenes. En la platea no faltan los grupos de alumnos de instituto, que siguen con fervor la historia. Pero no se ha querido hacer una obra "para jóvenes", sino que este montaje está pensado más bien como una "obra joven" (por su estilo), "sobre los jóvenes" (por su temática). Al fin del espectáculo los aplausos son tan calurosos entre el público joven como entre el de otras edades. Y todavía más entusiastas cuando, tras los primeros saludos, muchos de los actores aparecen sobre el escenario con lazos amarillos en la ropa, ya de calle.
El despertar de la primavera empezó como un espectáculo de factura minimalista, por falta de más posibilidades: una escenografía reducidísima, formada tan sólo por unos cajones que movían a todos los actores, y un vestuario sin gran complejidad. Ahora, en el Victoria, se ha decidido mantener el formato original, tan sólo con algunas variaciones (en el Teatre Gaudí, donde se estrenó la obra, el público rodeaba el escenario, y se han tenido que introducir cambios en el formato). Pero justamente este formato poco sofisticado es el que da mayor fuerza a la obra, porque deja toda la fuerza en manos de los actores, de los músicos y de sus canciones.
El despertar de la primavera consigue impactar al espectador, de una forma en que difícilmente lo hacen los espectáculos de gran formato. Los actores, extremadamente jóvenes, saben transmitir el frescor de un espectáculo que se adapta perfectamente a su situación. Y lo hacen con un excelente nivel técnico: con excelentes voces y con unas atractivas coreografías. El despertar de la primavera no decepciona a los amantes de los musicales.