Chufo Lloréns, el exitoso autor de novelas históricas, como La ley de los justos o Te daré la tierra, que ha vendido más de 700.000 libros en España (y más de un millón en todo el mundo), vuelve a la ficción con El destino de los héroes, una historia centrada en las primeras décadas del siglo XX y con una acción situada entre Madrid, París y el Rif en unos tiempos convulsos, que comprenden la Gran Guerra y las campañas de Marruecos. Los editores aseguran que se trata de una historia "llena de amor, de ideales y de pasión".
Personajes y hechos reales, en una historia de ficción
Lloréns, que ya había aprovechado la familia paterna como pretexto literario, se ha inspirado en esta ocasión en su familia materna, que asegura que cuenta con personajes con unas vidas que tienen muchas "aristas" que son aprovechables literariamente. En la novela aparece un zahorí, que toma algunos elementos reales de su tío, y también una abuela suya que murió durante un ataque alemán con artillería a París durante la Gran Guerra. Y uno de los personajes centrales se inspira en un pariente suyo que fue a la guerra de Marruecos y que tras ser herido por el ataque de un paco (francotirador) fue dado por muerto. Al día siguiente vieron que estaba todavía vivo, y le cortaron una pierna sin anestesia. No se detuvo. Más tarde se dedicó a la aviación y tuvo varios accidentes aéreos a los que sobrevivió (acabó muriendo en un anodino accidente de tráfico, en Málaga, con un 600). La obra también incorpora anécdotas reales de personajes muy conocidos: la tarea de Alfonso XIII como productor de películas pornográficas con los hermanos Baños, el éxito del motor de aviación de la Hispano-Suiza, la relación entre el tétrico general Silvestre y el rey, los éxitos bélicos del Barón Rojo...
Empezar tarde
Chufo Llorenç (Barcelona, 1931) empezó a escribir en 1986 (ya era muy conocido como humorista y como empresario de locales de ocio). Asegura que escribir El destino de los héroes le ha costado cuatro años de trabajo, un trabajo muy duri (reconoce que a los 88 años le cuesta más escribir que antes). Pero afirma que aunque en algunos momentos habría deseado "no meterse en este avispero", el trabajo ha sido muy satisfactorio. Afirma que meterse en esta historia ha sido un "proceso largo y muy bonito aunque no siempre sale bien". Una parte importante del trabajo ha sido la documentación, que le ha supuesto buena parte de lo que hizo en el primer año: se documentó sobre las campañas de Marruecos, sobre la Gran Guerra y sobre la aviación, un elemento clave en este relato. Asegura que no será su última novela, porque en este oficio, "siempre sigues aprendiendo; es un oficio que nunca se acaba".
Enganchar, básico
Chufo Lloréns apunta que la clave de su éxito es su capacidad de enganchar al lector: "La obligación del autor es sacudir al lector para obligarlo a seguir el ritmo". El secreto, para él, es encontrar anécdotas reveladoras: afirma que mientras los historiadores tienen más información sobre las grandes dinámicas del pasado, los novelistas pueden transmitir mejor los hechos históricos, porque se fijan en detalles que para el lector son muy relevantes porque puede identificarse con ellos. Para garantizar que la lectura no se interrumpa, Lloréns apuesta por mucho ritmo y capítulos breves, que dejen al lector con ganas de leer más. Y afirma que en la obra el lector encontrará un "final sorpresivo" que le animará a leer más libros suyos. Ahora bien, Lloréns, que es un maestro de explicar historias vividas, y que conoce muchos de los secretos de la noche barcelonesa, asegura que nunca escribirá sus memorias, justamente porque "sabe muchas cosas" incluso de "gente que ya no está"; "no sería elegante", concluye...