Unos Jardins de Pedralbes llenos hasta los topes. Vestidos veraniegos, sandalias y cervezas en las manos. Caminos de arena que nos transportan a cualquier cala de la Costa Brava, y unas lucecitas colgadas que nos señalan el camino hasta el escenario central. El concierto de esta noche ha hecho sold out y las más de 2.000 personas van encontrando su asiento. Es oscuro, pero todavía hay luz y una luna creciente brilla con fuerza. El sonido de los grillos se intensifica a medida que va oscureciendo. En el escenario hay un piano, una batería, un par de guitarras y un ukelele. En el cielo no hay ninguna nube y se pueden contar algunas estrellas. Los conciertos al aire libre tienen una magia especial. Y cuando son las 22:00 en punto aparece El Kanka, solemne en el escenario, vestido con una camiseta blanca y unas bermudas azules. No hay que ir de etiqueta. Los focos (en concreto son 15) lo iluminan a él y a los 5 músicos que lo acompañarán toda la velada. No le hacen falta parafernalias para llenar el escenario. Una escenografía austera y una lona en el fondo que nos recuerda el nombre del último disco publicado Cosas de los vivientes. Y ya arriba del escenario, con una buena retahíla de ojos que lo miran fijamente, se dispone a tocar las primeras notas con el ukelele. Elige "Eres" para abrir la lata seguida de "youtuber", ambas canciones del último disco; y los versos del estribillo de la tercera canción "Qué bello se vivir, qué lindo se amar. Yo té quiero en ti y tú me quieres más", de Qué bello se vivir describen a la perfección lo que transmite el cantautor andaluz, buenas víboras y ambiente desenvuelto, es el pistoletazo de salida que ha escogido para arrancar un concierto que tendrá como protagonista una guitarra acústica que lo acompañará toda la noche.

El kanka en el Nits de Barcelona / Foto: José Irún

Ahora que ya ha arrancado el concierto y el público se va despertando, lanza uno muy aplaudido: "Molt bona nit i benvinguts, y hasta aquí mi catalán." Nos explica, ya cambiando al castellano, que vivió en Barcelona dos años y que está "muy orgulloso de diferenciar entre múscul i musclo". El público estalla a reír. "Fui muy feliz aquí, tengo un cariño añadido, tengo muchos amigos entre el público y bueno, los otros ya nos iremos conociendo. Gracias a todo el mundo". Encuentro que, por haber vivido aquí tanto tiempo, hubiera podido pronunciar un discurso un poco más elaborado en catalán, pero le perdonemos porque nos llena el alma.

El kanka repasó su repertorio en el Nits de Barcelona / Foto: José Irún

Continúa el concierto con No jodas la marrana una canción gamberra que conecta muy bien con el público, y cambia de registro con "Vengas cuando vengas" para añadir un poco de ternura y sensibilidad. Y llega el himno más celebrado y coreado de los andaluces Andalucía. De hecho, entre el público hay muchos andaluces y se hacen ver, se oyen gritos de ¡Viva Andalucía! Y mueven los brazos con aquella gracia que solo tienen en el sur. Y después de este instante de patriotismo autonómico, los músicos recolocan las sillas de madera en forma de semicírculo para otorgar al concierto el carácter íntimo (e incluso divertido) que tanto esperábamos.

El kanka "sult i força al canut" / Foto: José Irún

Y como con las frases iniciales en catalán ha hecho corto, añade uno "Salut i força al canut" y nos confiesa que hay más copas que música encima del escenario. Y ahora que tiene los músicos literalmente a tocar, de hecho lo envuelven, aprovecha para presentárnoslos. Álvaro Ruiz en la guitarra, José Benítez en la batería, el pianista catalán Pedro Campos, Carlos Manzanares también en el piano, y desde hace veinte años lo acompaña "mí fiel escudero" Juan Rubio, percusionista y músico polifacético.

El kanka, soltando en el Nits de Barcelona / Foto: José Irún

Nos avisa de que tiene el tiempo limitado y una lista de canciones muy largas, así que continúa el concierto. No pueden faltar Para vivir, del miércoles al martas, Guapos y guapas y A dieta de dietas. El punto álgido del concierto llega con Querría que el público, que por fin ha dejado la timidez aparcada, corea al unísono. Sí que puedes nos recuerda que a veces en la vida, hay que soltar, con versos tan bonitos como duros que te sacuden y te hacen abrir los ojos "Sal de ahí, afróntalo, ciérralo, déjalo ir, sálvate"...

El kanka emoción a flor de piel / Foto: José Irún

Y todavía con la emoción a flor de piel continúa con Por tu olor que nunca será una versión tan bonita como la que canta con Jorge Drexler. Y las mejores canciones las deja para el final, para dejar el concierto arriba de todo. Para quedarte, Canela en rama (que levante la mano a quien descubrió este hombre gracias a una jovencísima Amaia que cantaba sus canciones en el piano de Operación Triunfo ante un Manu Guix embelesado).

El público del concierto de El Kanka en els Jardins de Pedralbes / Foto: José Irún

El concierto se alarga una hora y cuarenta y ocho minutos que se hacen cortísimos, con un equilibrio perfecto entre los grandes éxitos del cantautor y canciones más actuales de su último disco "Cosas de los vivientes. Los focos se apagan, los micros se recogen y un gentío desfila hacia casa. Las Nits de Barcelona en el Palau de Pedralbes son eternas.