Hace un año, cuando falleció Akira Toriyama, creador de Bola de Drac, los medios catalanes le dedicaron una atención especial. Destacaron la relación y el impacto de su obra en la sociedad catalana, un fenómeno poco habitual si se compara con la cobertura de los medios internacionales, centrada exclusivamente en su legado dentro del manga y la cultura audiovisual. Un ejemplo es el artículo publicado en este mismo diario, donde se recordaba que "las aventuras de Son Goku pudieron vivirse en catalán, ya que TV3 la emitió con una excelente acogida durante años”. Incluso otro medio tituló: “Cataluña llora la muerte de Toriyama”, subrayando su papel en la promoción del catalán como vehículo de transmisión cultural. Bola de Drac se convirtió en una herramienta inesperada para preservar y fomentar la identidad lingüística y cultural del país.

Bola de Drac se convirtió en una herramienta inesperada para preservar y fomentar la identidad lingüística y cultural del país

Sin embargo, en Japón, su país natal, ese eco no se escuchó. Excepto por un pequeño artículo que escribí rápidamente recopilando las reacciones de la prensa catalana, ningún otro medio mencionó su influencia en esta parte del mundo. Por eso, propuse escribir un reportaje más profundo, coincidiendo con el primer aniversario de su muerte, para explicar el vínculo entre Bola de Drac y Cataluña. Algunos medios reconocidos mostraron interés en publicarlo, lo que evidenció aún más que incluso periodistas acostumbrados a leer sobre el mundo desconocían por completo esta conexión. No me sorprendió. En los principales medios japoneses no es habitual encontrar noticias sobre Cataluña, ni siquiera sobre su lengua.

Akira Toriyama. Wiki Dragon Ball
Akira Toriyama, autor de mangas tan populares en Catalunya como Bola de Drac o Dr. Slump / Foto: Wiki Dragon Ball

En 2021, el Asahi Shimbun, uno de los periódicos más importantes de Japón, publicó una entrevista a Ko Tazawa, catalanófilo japonés, sobre el movimiento independentista catalán. En esa entrevista, Tazawa tuvo que enfatizar que "el catalán no es un dialecto del español". Tampoco los libros sobre Cataluña han abordado el vínculo entre el anime y la lengua catalana. Un ejemplo es 50 capítulos para entender Cataluña (2013, Akashi Shoten), en el que 12 profesores de universidades japonesas explican la historia, la cultura y la sociedad catalana. Es un libro muy completo que no solo trata de hechos ampliamente conocidos, sino también de la Nova Cançó o de la costumbre de caçar bolets, incluso con una explicación sobre cómo en catalán existe un adjetivo para referirse a quienes comen setas: micòfag. Sin embargo, sobre los animes doblados en catalán, solo se menciona brevemente que son populares, como en el resto de España, y que formaban parte de una política lingüística. Quizás esto se deba a que los lectores japoneses prefieren leer sobre Antoni Gaudí o Joan Miró antes que sobre una serie de anime.

Más allá del mundo friki

Yo misma no fui consciente del impacto de Bola de Drac en Cataluña hasta mudarme a Barcelona y empezar a notar cosas curiosas. Recuerdo la primera vez que me sorprendí: conocí a unas mujeres catalanas de 70 años que sabían que Son Goku se vuelve rubio. En otra ocasión, al sonar la canción de la serie, vi cómo personas de distintas generaciones y géneros empezaban a cantar al unísono: "Anem-la a buscar...". Fuera de Cataluña, esto no es habitual, salvo en comunidades otaku. Me di cuenta de que Bola de Drac aquí tenía una influencia que iba mucho más allá del mundo friki. Ese descubrimiento me llevó a investigar el tema. Durante años, fui recopilando información con la intención de escribir sobre ello algún día, cuando mi catalán fuera lo suficientemente bueno como para hacer entrevistas. Pero ese día llegó antes de lo esperado con la muerte de Toriyama.

Recuerdo la primera vez que me sorprendí: conocí a unas mujeres catalanas de 70 años que sabían que Son Goku se vuelve rubio

En marzo de este 2025, coincidiendo con el primer aniversario de la muerte del también creador de otro personaje icónico y de gran impacto en Catalunya como fue la adorable Arale, publiqué un artículo dividido en dos partes en el Chunichi Shimbun  un periódico de la región natal de Toriyama, tanto en la versión impresa como en la web. La primera parte recogía las reacciones de los catalanes ante su fallecimiento, rindiendo homenaje a su contribución. La segunda explicaba la historia de la lengua catalana y la necesidad de contenido infantil para su normalización lingüística. La ilustración de cabecera mostraba el título Bola de Drac en catalán junto con su transcripción fonética en japonés. Tras la publicación, el jefe de la sección me dijo que "había generado muchas reacciones". Gran parte de esa repercusión se debió a Masaki Tsuji, guionista famoso por obras como Astro Boy, quien compartió mi artículo en redes sociales con un mensaje conmovedor: "Estoy orgulloso del potencial que tienen el manga y el anime japoneses. Sr. Toriyama, ¡lea este artículo, por favor!".

Otros lectores se sorprendieron al descubrir que existía un vínculo tan profundo. Pero lo que más captó la atención fue la anécdota sobre los insultos de Vegeta. En la versión catalana de la serie, el personaje utiliza expresiones en desuso que algunos fans catalanes consideran una aportación inesperada al idioma. Esta revelación generó un gran interés, no solo entre mis colegas periodistas, quienes comentaron que era un detalle inesperado y que podía generar un titular muy atractivo, sino también entre los usuarios de redes sociales y en el ámbito académico. Uno de mis entrevistados, Yoshitomo Okuno, profesor especializado en estudios sobre Cataluña en la Universidad Provincial de Aichi, se mostró particularmente intrigado y me pidió más detalles sobre estas expresiones por correo electrónico.

bola de drac
Durante años, Bola de Drac fue una de las herramientas más poderosas para la normalización lingüística

La semilla que plantó Toriyama

Entre todas las reacciones, hubo una que me hizo reflexionar. Un usuario escribió en X en japonés: "Es muy importante que el entretenimiento se traduzca a la lengua materna". En Japón, donde la mayoría de la población es monolingüe, no es común reflexionar sobre el impacto de la lengua en la identidad. Ni siquiera están familiarizados con la realidad de vivir en una sociedad multilingüe, donde un idioma dominante puede minorizar a otros. Tampoco pueden imaginar lo que significa haber tenido prohibido el uso de la lengua materna durante décadas. He llegado incluso a conocer japoneses que viven en Barcelona y que dicen cosas como: "¿Por qué es necesario usar este idioma si todo el mundo entiende el castellano?". Por eso, leer que alguien había comprendido la relación entre lengua e identidad a través de Bola de Drac me hizo pensar que, gracias a Toriyama, había conseguido transmitir este tema en Japón, aunque fuera con un pequeño paso.

En Japón, donde la mayoría de la población es monolingüe, no es común reflexionar sobre el impacto de la lengua en la identidad

El vínculo entre Cataluña y Japón no se limita a Bola de Drac. Aquí el interés por la cultura japonesa va mucho más allá del manga y el anime. Existen numerosos restaurantes japoneses y una creciente comunidad de estudiantes de japonés. En mis entrevistas, Marc Zanni (la voz de Son Goku), Joan Sanz (la de Vegeta) y Oriol Estrada (autor del documental Songokumania) coinciden en que este interés se debe, en parte, a la semilla que plantó Toriyama. Además, este 2025, el Gobierno de Cataluña y el Consulado General de Japón en Barcelona celebran el Año Catalunya-Japón, y en la web oficial del Gobierno se afirma que "Cataluña ha mantenido tradicionalmente estrechos vínculos con Japón". Ojalá la semilla que Toriyama plantó siga creciendo y que sus ramas alcancen Japón, convirtiendo su legado en un verdadero puente de amistad mutua.

Kyoko Kawaguchi (Kumamoto, 1982) es una periodista japonesa afincada en Barcelona con una larga trayectoria como redactora en periódicos como Nishinippon Shimbun. Este febrero ha publicado su primer libro en castellano, 'Shokuiku: Los secretos de una japonesa para comer saludable en un mundo frenético', donde comparte ideas para mantener una alimentación saludable con poco tiempo, basándose en su experiencia cocinando durante sus largas jornadas de hasta dieciséis horas en el periódico.