Abraham Lincoln cumpliría hoy 212 años. El überpresidente de los Estados Unidos es, respecto a frases y anécdotas, como Winston Churchill. Le son atribuídos todo tipo de dichos y hechos, tanto si quieres como si no. En caso de duda, lo dijo Honest Abe y adelante con los faroles. La figura de Lincoln, aunque nunca pasa de moda, ha repuntado porque Joe Biden Jr ha colocado un busto del presidente asesinado en la sala oval, sede del Despacho Más Poderoso de la Tierra, como le llaman en los EE.UU.
La pequeña escultura recuerda cada día a Biden que la leyenda de Lincoln dice que fue un uniter y no un divider, un healer (sanador) y no un troublemaker (buscalíos) —al contrario que Donald Trump—, aunque todo ello le costó una guerra sangrienta de cuatro años con la Confederación de estados del Sur, cuyos efectos todavía reverberan hoy en la sociedad norteamericana.
La dieta Lincoln: manzanas, bacon, pasteles
De Lincoln se sabe casi todo. Tanto, que de cada momento de su vida hay dos o tres versiones diferentes y se discute todo. Gracias a esa ciencia, sin embargo, puedes celebrar su cumpleaños comiendo como él. Los Lincoln desayunaban a las nueve de la mañana, según el coronel William H. Crook, uno de sus guardas. "Lincoln era un buen tenedor. Nunca perdió el gusto por las cosas que gustarían a un chico campesino. "Le gustaba especialmente el tocino", dice Crook, que habla de bacon en el sentido que la palabra tenía en tiempos de nuestro héroe: cualquier pieza de carne de cerdo salada y curada o ahumada, no sólo el tocino.
John Hay, uno de los secretarios privados de Lincoln en la Casa Blanca, explica otra historia. Lincoln "comía menos que nadie que yo haya conocido", dice. "Los placeres de la mesa tenían poco atractivo para él". El presidente disfrutaba de una buena taza de café caliente y, a menudo, desayunaba un solo huevo, según el secretario, que sí había compartido mesa con el presidente. "Su comida no era mucho más que una galleta y un poco de fruta con un vaso de leche, mientras que para cenar comía con moderación uno o dos platos".
¿Qué dos platos? Le gustaba la comida sencilla, como carne de ternera con col, ciervo estofado o fricandó de pollo. También se sabe que era un fan de las ostras hechas de cualquier manera, pero sobre todo en escabeche. Todo con pan de maíz. Así serían los platos que Mary Todd Lincoln debió preparar para su familia antes de llegar a la Casa Blanca. Se sabe que ella preguntó a los cocineros de la residencia presidencial si sabían asar bien el pollo.
Cocinero de supervivencia
Rae Katherine Eighmey escribe en Abraham Lincoln en la cocina que no se le caían los anillos por ponerse el delantal y ayudar a su mujer a cocinar. Las habilidades culinarias de Lincoln, dice Eighmey, eran arte de supervivencia obligatorio si querías sobrevivir a la vida de un pionero. Lincoln tuvo una infancia difícil en Kentucky, donde nació. "Como cualquier hijo de pionero, vivía en una cabaña de madera de una sola habitación. La educación de los chicos tenía mucho que ver con la cocina. Cuando murió la madre de Lincoln [Abraham tenía 9 años], él y su hermana tuvieron que encargarse de ellos mismos y de su padre".
De postre, Lincoln seguramente habría elegido manzanas. Directas del árbol o elaboradas en pasteles y bizcochos. Como a George Washington, le encantaban los pasteles de maíz y se dice que iba más rápido él comiéndoselos que dos personas haciéndolos. Su postre favorito, sin embargo, era el pastel de almendra blanca de su mujer, el Mary Todd Lincoln cake. Si un día viajas a los EE.UU., puedes pedirlo en la pastelería. Pero cuidado. Pídelo bien. Como todo lo que tiene que ver con Lincoln, el 16.º presidente de los EE.UU. da nombre a varios pasteles que datan de aquella época.
Todo Lincoln. La colección Abraham Lincoln de la Biblioteca del Congreso de los EE.UU. pone a disposición, en línea, la documentación completa del presidente asesinado. A a todo color y en alta resolución: cartas, materiales de campaña, discursos y más.