El pasado mes de diciembre, la Diputació de Barcelona compró, por| un total de 1.315.000 €, el castillo de Talamanca (en el Bages), declarado Bien Cultural de Interés Nacional. Se espera que este castillo se convierta en una puerta de entrada al Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l'Obac. Ayer el presidente de la Diputació, Marc Castells, visitó esta fortificación, acompañado del alcalde de Talamanca, Josep Tarín, y del diputado de Presidencia y Servicios Generales, Jordi Martí. Castells quiso poner de manifiesto el gran papel que ha jugado la Diputació de Barcelona, en el último siglo, en la conservación del patrimonio monumental del territorio, a través del Servicio de Patrimonio Arquitectónico Local.
Dinamizar la zona
La fortificación era, desde los años 60, propiedad de una familia de Barcelona que la compró como residencia de veraneo. Desde 2010, y a raíz de un convenio entre el Ayuntamiento de Talamanca y la propiedad, el castillo acoge a visitas públicas y el Centro de Interpretación de la Batalla de Talamanca. Castells ha anunciado que la Diputació de Barcelona preparará un "plan de usos" del castillo para poner en valor el conjunto arquitectónico. El objetivo es que esta estructura contribuya al desarrollo económico y turístico de la zona. Sobre todo, se espera que esta estructura se coordine con el Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l'Obac.
El escenario de la última victoria catalana
En el castillo de Talamanca se libró la última batalla de la Guerra de Sucesión con victoria catalana, el 13 y 14 de agosto de 1714. Las tropas catalanas que desde el interior del país acudían en socorro de la Barcelona asediada chocaron con el ejército de Felipe V y lo derrotaron. Las fuerzas catalanas eran mandadas por el coronel Antoni Desvalls i de Vergós, Marqués del Poal, y las felipistas por José Carrillo de Albornoz, conde de Montemar. Unos 3.000 catalanes y un pequeño grupo de húngaros se enfrentaron a 2.000 militares españoles. El combate empezó en la riera de Talamanca, pero los catalanes persiguieron a los felipistas hasta cerca de Sabadell. El número de muertos es incierto pero podía rondar las 100 personas. Pero las tropas catalanas no aprovecharon el ataque para avanzar hacia Barcelona. Finalmente la ciudad capituló ante los sitiadores el 11 de septiembre, lo que implicó la caída de todo el territorio. Antoni Desvalls formaba parte de los militares catalanes que se rindieron en el castillo de Cardona, última plaza de resistencia de los catalanes. En 2011 se instaló en Talamanca un memorial que recuerda la batalla.