El director de fotografía, restaurador fílmico e investigador Juan Mariné (1920, Barcelona) recibirá el Goya de Honor 2024 en los Premios Goya 2024 este sábado, el máximo reconocimiento de la Academia de Cine a una trayectoria. La Junta Directiva decidió otorgarle este premio "por su entera dedicación al cine durante más de 80 años de trayectoria que transitan por la historia del cine español, por sus esfuerzos en el trabajo de la conservación y la restauración fílmica, y por representar vivamente, a través de su oficio, la importancia de la luz en la historia" del cine español.
🔴 Premios Goya 2024 | DIRECTO
🟠 Ganadores de los Goya 2024: toda la lista de películas y artistas
Con 104 años y reconocido con el Premio Nacional de Cinematografía, la Medalla de Oro de las Bellas Artes, el Premio Nacional de Fotografía, el Premio Segundo de Chomón, la Espiga de Honor de la Seminci de Valladolid, el Premio de Investigación Juan de la Cierva y la Medalla de Oro de la Academia, entre otros galardones, Mariné empezó a trabajar en el séptimo arte con solo 14 años.
"Incondicional de las actividades que hace la Academia de Cine —fue el primer director de fotografía que ingresó en la institución—, este explorador de la imagen ha colaborado con cineastas como Edgar Neville, José Luis Sáenz de Heredia, Antonio del Amo, José María Forqué, Pedro Lazaga y Pedró Masó en las más de 150 películas que fotografió —la última fue La grieta, de Juan Piquer—", ha rememorado la Academia.
Toda una vida fotografiando el cine
Nacido el último día del año 1929 en Barcelona, tenía 13 años cuando llegó a los estudios Orphea de la capital catalana, donde se firmaba El octavo mandamiento, para entregar unas cámaras nuevas que venían de Francia. Las cámaras no funcionaban y Mariné, gracias a su conocimiento de la lengua francesa, las enchufó correctamente y empezó a encargarse de ellas. También fue reportero de guerra y cubrió la realidad de los campos de concentración franceses.
La pasión por la fotografía se convirtió en oficio. No hay nadie que haya cultivado este género artístico desde la Guerra Civil hasta la Democracia, pasando por el régimen franquista y la Transición. Casi un siglo en los que el cine y Mariné crecieron de la mano, aprendiendo el uno del otro. Su sello fue vital en el cine de Alfredo Landa, como lo fue en el de Lina Morgan y en el de Fernando Fernán Gómez; en el de Gracita Morales y en el de Paco Martínez Soria; de Edgar Neville a José María Forqué. Inventó técnicas nuevas e innovadoras, tales como la máquina de lavar negativas —que él diseñó— o la copiadora óptica.