La productora Minoria Absoluta ha presentado a la prensa el documental Generalísimo. La vida de Franco en color. La historia del dictador que marcó lo destino de España, dirigido por Luis Carrizo y con guion de Manel Lucas y el mismo Carrizo. Se trata de una película que cierra una trilogía de filmes sobre la historia de España basada en viejas cintas coloreadas (aseguran que es una forma de acercar el cine a público que no está acostumbrado a ver imágenes en blanco y negro). Completa, pues, el ciclo empezado por España en dos trincheras, la guerra civil en color (2016) y 1939-1975. La España de Franco en color (2019). Generalísimo se presentó la semana pasada en la SEMINCI de Valladolid y se ha estrenado este jueves en las salas comerciales. Este filme ha sido posible gracias a la participación de VEO Televisión y DMAX, y a la colaboración de la Filmoteca Nacional.
Exhaustiva
Los productores de esta película presumen de haber hecho un gran trabajo de archivo con este filme. Y no engañan. Durante los 82 minutos de la cinta nos encontraremos con las imágenes más icónicas del franquismo, pero también con vídeos mucho menos conocidos. Veremos imágenes de Franco en Marruecos, de su vida familiar e, incluso, podremos ver las últimas imágenes que grabó el oficialista documental Nodo, que no se emitieron porque mostraban la decrepitud del dictador. Todas, en color, lo cual puede suponer alguno atractivo, pero también puede presentar algunos problemas: el Nodo fue concebido, técnica e ideológicamente, en blanco y negro, y sin duda para entenderlo en su integridad hay que verlo en blanco y negro.
Blandito
Este documental se presenta como una herramienta para analizar el franquismo con la perspectiva que da la distancia. Podría haber sido, quizá, una herramienta para ofrecer una visión diferente de dictadura. Pero este objetivo no ha triunfado completamente. Ciertamente, el enfoque que presenta no es el de la propaganda franquista. Se deja bien claro que Franco fue un dictador. Se pone de manifiesto su propensión a la violencia incluso antes de subir al poder (en Marruecos y en Asturias). E incluso se evidencía la corrupción que genera su sistema político. Pero la violencia del régimen no se destaca en el documental. Se citan, como de paso, los millares de ejecuciones franquistas tras la guerra civil, para después, mucho más tarde, citar el caso Grimau y hacia el final del documental recordar a los últimos fusilados por el régimen. Parece que entre un hecho y otro, mientras Franco cazaba y pescaba, no hubiera pasado nada más. Y lo cierto es que hubo una violencia sistemática y continuada. Franco ratificó, personalmente, miles de penas de muerte (sólo en Catalunya hay cálculos que elevan a 4.000 a los muertos por ejecución a la posguerra). Día a día, el dictador puso su firma en documentos que comportaban la ejecución de sus adversarios. Pero, además, desarrolló una persecución sistemática contra todos los que reivindicaban la libertad. Hubo torturas, encarcelamientos, multas, expulsiones de la función pública... Y todo eso, aunque no fuera ejecutado personalmente por el dictador, forma parte, indudablemente de su biografía. Callarlo es silenciar, de nuevo, a unas víctimas que ya fueron demasiado silenciadas durante la dictadura.
Franco contra nadie
Generalísimo ignora por completo a los enemigos de Franco. Reduce la dinámica política del dictador a unas intrigas de palacio entre facciones del régimen. Y no se visibiliza una población que se resistió a la dictadura, desde dentro y desde el exilio. Prácticamente no aparecen ni sindicalistas, ni etarras, ni curas progresistas, ni catalanistas, ni defensores de los derechos humanos, ni anarquistas... Y, en realidad, Franco se dedicó, día a día, a combatir al enemigo que le aparecía por todas partes. Intentó eliminarlo, físicamente, tras la guerra, y tuvo que usar la represión sistemáticamente durante los 40 años de dictadura. No se puede hacer una biografía de un dictador invisibilizando a su pueblo.
Franco y los otros
El documental se centra tanto en el mundo del entorno del dictador que no permite entender la complejidad de la dictadura. Explica las maniobras con los diferentes sectores del régimen tras la guerra civil, y apunta el papel que asumen los tecnócratas en los años sesenta. E insiste mucho en el papel de Estados Unidos como apoyo al régimen. Pero al fin queda un gran interrogante: ¿quién gobernó España durante los últimos años de franquismo, cuando en el documental se deja claro que Franco no era capaz de dirigir los destinos de España por sí mismo? Esta es una pregunta esencial, porque cuando Franco se muere, muchos de sus colaboradores quedan vivos, no serán depurados y continuarán ocupando puestos de poder (en el ejército, en la policía, en la judicatura, en los ministerios...). Y al fin, eso nos lleva directamente a la otra cuestión básica: ¿Qué herencia dejó Franco en España? ¿Estaba todo "atado y bien atado"?
Los hechos, y la interpretación
Sorprende que en un documental que se presenta como biográfico haya tan poco de interés por la ideología del personaje retratado. Generalísimo no intenta hacer ningún retrato ideológico en profundidad del personaje, más allá de la mención a su odio al comunismo y a la masonería. Se obvia por completo su relación con el nacionalismo español y su idea de la Anti-España (que en el documental aparece, solo, al final, en el testamento del dictador). Curiosamente, en un documental como este producido desde Catalunya no hay ni una sola mención a la catalanofobia ni a la obsesión de Franco por la unidad de España. Un elemento sin el que es imposible entender su dictadura, pero sin el que tampoco es posible entender nuestro presente.
Más allá del color
Generalísimo es un documental bonito. Ofrece, en color, imágenes desconocidas del dictador, aunque enmarcadas en discursos a menudo bien conocidos. Permite familiarizarse con el mundo íntimo del que se hizo llamar Caudillo, con sus orígenes, con las intrigas que lo rodearon... Pero queda muy lejos de ser el documental que se necesita en el año 2019, aquel que incorpore las reflexiones sobre la dictadura que han ido realizando los historiadores en los últimos años y que, sobre todo, explique el peso de la herencia de la dictadura en nuestros tiempos. Que no es poco.