Este domingo, 18 de abril, a las 22:05h. TV3 estrena 'El Judici', docuserie de ocho capítulos que se adentra en las claves del juicio contra los 12 líderes independentistas catalanes juzgados por rebelión, sedición, malversación y desobediencia por el Tribunal Supremo a raíz de la convocatoria del referéndum por la independencia de Catalunya, celebrado el 1 de octubre del 2017. Un trabajo que adopta las formas del thiller judicial modelado a partir de 400 horas de emisión en directo y más 30 entrevistas realizadas a todos los implicados en el proceso: abogados, jueces, fiscales, juristas, expertos, acusados, familiares, observadores internacionales, testigos y representantes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, con la vocación de reflexionar sobre la independencia del sistema judicial y sobre la vigencia de los derechos civiles y de los valores democráticos al estado español. Hablamos con su director, el cineasta Lluís Arcarazo.

¿Cómo nace 'El Judici'?

Hemos hecho diversos documentales en torno a este tema. Primero fue '1-O', después vino '20-S', y cerramos la trilogía con 'Causa especial 20907/2017', tres documentales sobre el procés del procés. La complejidad del tema, con un juicio con tantas jornadas y elementos en juego, nos hicieron ver que con un documental no había suficiente. Creímos que teníamos que desmontar y volver a montar el juicio para entender todas sus claves jurídicas, políticas y dramáticas.

¿Así, vuestra principal intención es hacer comprensible e interesante el juicio?

Es que estamos hablando de un juicio que tiene 400 horas de vistas. Un juicio del cual tenemos muchos referentes visuales y mucha información acumulada, pero no sabemos cuál era la estructura política, jurídica y dramática que lo sustentaba. Quisimos explicar qué estaba en juego en estas jornadas, de què se estaba hablando y por qué eran importantes o no determinadas pruebas o determinados testigos. Todo a partir del punto vista de los abogados defensores.

Ellos son la voz narrativa de la docuserie.

Como director me interesaba mucho retratar la relación de un grupo de abogados con sus clientes. De la misma manera que a través suyo también podíamos explicar el juicio desde dentro. Sí, partimos de su punto de vista, pero dejando claro que también damos espacio a las otras perspectivas.

Sólo así se entiende la participación del fiscal Javier Zaragoza.

Y le estoy muy agradecido por haber aceptado participar en la serie. Nos concedió dos entrevistas estupendas en que defendió con convicción su posicionamiento.



Es la primera vez que habla públicamente del juicio.

No fue difícil que aceptara. De hecho, ya estuvo a punto de participar en 'Causa especial 20907/2017'. Primero dijo que sí, pero después, por motivos que desconozco, dijo que no. En este caso, sin embargo, cuando le propusimos, me pidió que fuera a Madrid para explicarle qué queríamos hacer y cuando le planteé nuestra propuesta, aceptó. No sólo eso sino que una vez hecha una primera entrevista, cuando salió la sentencia, aceptó hacer una segunda entrevista. La verdad es que me he encontrado con una persona muy afable y cordial.

¿En una serie como esta, es complicado mantener la visión subjetiva de la persona alejada de la visión objetiva del cineasta?

Nosotros no estamos aquí para ser imparciales. Nosotros tenemos un punto de vista, y este punto de vista es el de los abogados. Ellos tienen un objetivo y este objetivo es que sus defendidos salgan lo más beneficiados posible de este juicio. Nosotros explicamos lo que hacen estos abogados para alcanzar su objetivo.

Pero hay mucho más que eso.

Evidentemente, este es un juicio que tiene unas connotaciones que no tienen otros juicios. Es un juicio con unas connotaciones jurídicas, políticas e históricas. Nosotros aportamos una visión crítica de la respuesta jurídica y política que el Estado ha dado a un conflicto que existe y que pensaron que resolverían con una sentencia.

También hay una visión emotiva, la de los doce acusados y sus familiares.

Hemos dado voz a las hijas, pero siempre huyendo de la emotividad por la emotividad. Sí que hay un episodio, sin embargo, cuando acaba el juicio, donde se ve la fuerza de los vínculos que se han generado entre las diferentes familias y los abogados. La emotividad es alta y está allí, pero es sólo uno de los aspectos de la serie: cómo afecta a las familias un juicio como este. Con todo, insisto, nuestra principal intención con la serie es otra.

Dar con las claves del juicio.

Intentamos aclarar el papel que jugaron los políticos en esta historia. Si realmente se intentó llegar a un acuerdo para no proclamar la República. Si se proclamó la República o no se reclamó la República. Cuál es el papel que jugaron las diferentes fuerzas del orden y seguridad. Qué se pretendía con el envío de miles de fuerzas policiales que se enviaron a Catalunya. Realmente se quería impedir el referéndum. ¿El 20-S y el 1-O hubo violencia? Por qué no se pudieron emitir en la sala los vídeos que contradicen algunas de las declaraciones. Cómo interfirieron los diferentes procesos electorales el desarrollo del juicio.  Qué pasa con esta gente que fue escogida, pero que no pudo ocupar su cargo.

¿Cuantas más preguntas os hacíais más salían?

Eso pasa siempre que trabajas con el formato documental. Cuando ruedas un documental sabes cómo empiezas, pero no cómo acabas. Este no es ninguna excepción, todo lo contrario: es una historia muy poliédrica que queríamos explicar muy bien. Porque el juicio no empieza el mes de febrero.



¿No?

No, empieza con una instrucción cuestionada por organismos internacionales y que ha recibido sentencias en contra por los tribunales europeos. Justamente por eso la táctica de los abogados defensores no siempre coincide.

Había dos estrategias.

Exacto. Por una parte había unos acusados con sus abogados que adoptan un punto de vista más combativo. Sería el caso de Jordi Cuixart y sus abogados: Benet Salellas, Marina Roig, Álex Solá y Olivier Peter. Otros, como el abogado de Joaquim Forn, Xavier Melero, presentan una defensa más técnica. Melero no comparte las ideas de su defendido, pero considera que se le está acusando de unos delitos que no ha cometido. Este es otro de los aspectos que también intentemos decodificar para que el espectador lo pueda entender y establezca su propio juicio.

Como cineasta, has trabajado el formato documental pero también la ficción, y se nota en la realización.

Mi idea era crear un thriller jurídico. No sé si lo he conseguido, pero la voluntad inicial existía. Aquí, sin embargo, los juicios son muy aburridos. No son como las películas americanas con momentos dramáticos. Pero este también era el reto: hacer interesante la historia sin rebajar la notoriedad de lo que estábamos explicando.

¿Tenías algún referente o influencia en mente cuando empezasteis a trabajar en el proyecto?

Los clásicos. Miramos muchas películas del género. Y de docuseries destacaría la influencia de 'Muerte en León'. Ellos, sin embargo, tuvieron la suerte de que durante el juicio dejaron entrar cámaras y tienen una riqueza de planos mucho mayor. Nosotros nos tuvimos que espabilar con lo que teníamos.

Tampoco es una docuserie que centre toda la acción en la sala donde se está realizando el juicio.

No. Tenemos cuatro patas: el mismo juicio, pero también hemos conseguido imágenes inéditas, sobre todo, de los abogados trabajando. Con estas, las entrevistas, que aportan una gran riqueza al relato. Y finalmente, los archivos. La suma de todo eso nos permite hacernos una idea bastante clara de la creación de un relato alternativo que quiere instaurar una teoría basada en que todo aquello fue una especie de sublevación violenta con el propósito de alejar de los cargos públicos a los políticos acusados. Un relato que el mismo tribunal no puede comprar. Y aún así, acaba condenando con la pena más alta pero por sedición y no por rebelión.

¿Tú que has sido el director de la serie, tienes respuesta a que pasó el 1 de octubre, los días previos y los días posteriores?

Lo que puedo decir es que el juicio es la culminación de un proceso contra el proceso. Un proceso que empieza justo antes de la consulta simbólica del 2014. En aquel momento el Estado profundo se rearmó jurídicamente por si se volvía a producir un intento de referéndum.

¿Los acusados han podido ver la docuserie?

Preferiría no responder a eso. No me lo hagas decir.