Este lunes los televisores de toda Catalunya retransmitieron un hecho histórico: TV3 enseñó una comida de concha en horario family-friendly. ¿Les parece escandaloso? Pues prepárense porque ahora viene lo bueno: la escena de la limpieza de bajos no solo mostraba sexo explícito, sino que además lo hacía en castellano. Sí, sí, paren máquinas. La lengua de los tercios en la nostra.
El caso es que TV3 estrenó Drama y el planeta Tierra, aunque a algunos les cueste creer, ha seguido orbitando alrededor del Sol. La serie, coproducida por RTVE y El Terrat, explica las peripecias millennials de tres amigos, África (Elisabet Casanovas), Scarlett (Júlia Bonjoch) y Jordi (Artur Busquets); aunque la trama principal –el Drama– es que la primera tiene un embarazo no deseado.
¿Suena bien, verdad? Pues si suena bien es porque está bien, aunque a centenares (o miles) de espectadores se les hiciera una bola en el estómago al comprobar que, contra todo pronóstico, su canal de referencia no daba voz a las mismas personas –no hace falta nombrarlas– que circulan por Sant Joan Despí desde 1983.
Sobre Drama se pueden decir muchas cosas y lo cierto es que, después de ver los dos primeros capítulos, solo se me ocurren cumplidos. Una cuestión positiva, por ejemplo, es que habla abiertamente sobre el aborto, un tema que sigue siendo tabú en muchos hogares de nuestro espléndido, eficaz y superior país. Si no se lo creen, aquí tienen un dato: el año 2018, el 80% de las barcelonesas no sabía que abortar es gratis.
El espléndido, eficaz y superior espectador de TV3, sin embargo, se fijó en un detalle mucho más importante: la serie es bilingüe. A pesar de que en un país como Catalunya (y en una ciudad como Barcelona) el catalán y el castellano se mezclan de manera irremediable constantemente, ayer, durante el estreno de la serie, un ejército de usuarios tildó intolerable, molesto e incluso denunciable que la protagonista utilizara la lengua de Cervantes mientras echaba un polvo. Lo que me hace pensar dos cosas: o bien los espectadores de TV3 solo follan con resurrecciones de Daniel Cardona, o bien todos ellos todavía se creen la fábula de la normalización lingüística. Conociendo la alarmante tendencia de los catalanes a cultivar dogmas no correspondidos, me inclino por la segunda opción.
Estas señoras y señores, sin embargo, pueden dormir tranquilos. Que TV3 emita una serie bilingüe no provocará que los jóvenes del país dejen de utilizar el catalán. Y el motivo es muy sencillo: los jóvenes del país no miran TV3.
Tras llevar décadas emitiendo contenido para personas boomers creado por personas boomers –no lo digo yo, lo dice Vicent Sanchis-, algunos no entienden por qué su hijo, aquel que se leyó los siete libros de Harry Potter en catalán y que estaba suscrito a la revista Cavall Fort, ahora prefiere mirar Élite en lugar del No pot ser.
Lo que esta gente quizá no sabe es que, aunque Drama se estrenó en TV3 anoche, miles de postadolescentes de la tierra ya hace semanas que han visto los seis capítulos de la serie. Los han visto porque se sienten interpelados y porque la serie es buena. Tanto, que no les importó tener que ir a buscarla a Playz, el canal digital para gente joven de RTVE. Quizás, al fin y al cabo, la cuestión no radica en la lengua –sea catalán, castellano o suajili– sino en la capacidad (o las ganas) de ofrecer contenido de calidad a un público que todavía no se ha prejubilado.