Editoriales, librerías, autores y colectivos sociales han denunciado este martes "un proceso de externalización y privatización" de la festividad de Sant Jordi. Lo han hecho a través de un manifiesto, en el cual acusan al Ayuntamiento de Barcelona y los aparatos gremiales del sector del libro de "tergiversar su espíritu" y convertir el 23 de abril en una "feria de pago". Por todo ello, piden que vuelva "el carácter popular" de la fiesta que desde el 2022 cambió el funcionamiento aprovechando la situación postpandémica y las restricciones sanitarias. También reclaman la anulación del copago —con una gestión que sea pública y no privada— y estudian "la legalidad" de todo lo que se ha implementado en los últimos años.
En el manifiesto, se lamenta que desde hace un par de años se haya configurado "un espacio hecho a medida" para los agremiados de ciertas entidades e instituciones, recordando que en 2022 se hizo un primer comunicado —firmado por una veintena de editoriales y librerías— donde ya se señalaba "la deriva neoliberal del día" y se pedía que se "revirtiera la situación". Este año, sin embargo, el documento lamenta que la situación ha empeorado aún más, ya que después de semanas "esperando que se abriera el proceso para conseguir los permisos de ocupación del espacio público", los gremios se "descolgaron con una inaudita exigencia de pago basada nuevamente en la división entre agremiados y no agremiados y profesionales y no profesionales”. Así lo ha explicado también en una rueda de prensa Miguel Martín de Virus Editorial, quien ha subrayado que esta "división" genera formas de exclusión.
"En algunos casos hemos decidido participar, aunque sea de pago, porque no queremos que nos expulsen. Hemos elegido siguiendo ocupando estos espacios dentro del modelo que proponen, pero queremos dejar claro que no es nuestro modelo, y que no queremos que se mantenga", ha añadido Martín. Otros participantes, como es el caso de la Librería Acción Periférica, tienen claro que no piensan pagar y que su objetivo no pasa tampoco sólo por "hacer caja". "No queremos relacionarnos con el gremio si tiene un sentido neoliberal, tendremos una mesa muy pequeña en Fabra i Puig para ocupar el espacio. Entendemos Sant Jordi como una fiesta para promocionar otros tipos de libros, y no únicamente para tener ventas", ha señalado José Antonio Martínez. Por eso, lamenta que antes de sacar adelante decisiones relevantes no se haya tenido en cuenta la opinión de las pequeñas librerías de barrio.
El manifiesto cuenta con más de un centenar de firmas con entidades como Contraescritura, Ediciones Sin Fin, Bauma editorial-impremta, Ed. Insòlita, La Conxita Llibres i Discos SCCL, La Tribu Llibreria, Pol·len Edicions, Llibreria Murmuri, Horiginal, Lo Diable Gros o Pluri Ediciones; y otros como Artibarri, Escola Arcàdia, Sindicat de Barri de Poble-Sec, Ateneu Llibertari de Gràcia, SOS Maristany, ERRO Grupo, Col·lectiu Punt 6 o Assemblea Raval Rebel. En cuanto a los particulares, constan nombres como Marta Roqueta, Blanca Llum Vidal, Dani Vilaró, Ana Polo, David Caño, Bel Olid, Enric Casasses, Carles Roig, Lluís Farré, Francisco Millán, Consuela Abellán, Santi Molera, Marta Minguella o Mónica Solanas, entre otros.
Los firmantes piden tres puntos principales: revertir este proceso, anular el copago con una gestión pública y volver a "un Sant Jordi popular"
Los firmantes piden tres puntos principales: revertir este proceso, anular el copago con una gestión pública y volver a "un Sant Jordi popular". También esperan que su posición genere "debate" para proteger y consolidar un día "que sea de todos", "que se construya desde abajo" y al margen de ciertas dinámicas. Júlia Martínez, de Descontrol Editorial, ha lamentado que en todo este tiempo no se haya generado un espacio para hablar de todo ello y que se haya optado por dictaminar unos plazos y condiciones carentes de justificación. Por eso, además de abrir la puerta a realizar otros actos que —de momento— los organizadores han preferido no revelar, ha abierto la puerta a estudiar "acciones legales". "Estamos mirando hasta qué punto todo esto es legal y ver qué podemos hacer", ha afirmado, "en mi caso no estamos agremiadas, y tampoco pagaremos, hemos buscado alianzas con otras entidades y librerías por estar en espacios públicos que no estén dentro del esquema del gremio, porque ahora mismo no es una entidad que nos represente".
El primer Sant Jordi de copago
A finales de febrero, se anunció que este año la festividad de Sant Jordi dejaría de ser gratuita para editoriales y librerías y que las que quieran poner una parada por las calles de Barcelona tendrán que pagar una cuota de servicio. La decisión fue tomada por la Cambra del Llibre a petición del Govern y el Ayuntamiento de Barcelona, que hacía tiempo que reclamaban una compensación por todos los gastos de la jornada y dejar de asumir la totalidad del coste de la organización de manera íntegra. La Cambra publicó una horquilla de precios para los comercios agremiados entre los entre los 96,8 y los 387,2 euros, mientras que, para los no agremiados, las tarifas suben de los 121 euros hasta los 484 euros. La entidad estima que con esta medida, que se hace por primera vez en la historia de la festividad, se recaudarán unos 45.000 euros, que es aproximadamente un 17% del coste total de Sant Jordi.