El Baix Empordà tiene un conjunto de pueblos con aire medieval que se han conservado admirablemente. La ruta de hoy nos lleva, en coche, por cinco de estos pueblos: Pals, Peratallada, Ullastret, Monells y Madremanya (este último, aunque administrativamente forma parte del Gironès, es considerado a menudo "ampurdanés"). Un recorrido de poco más de 30 km que nos permitirá pasear por magníficos escenarios históricos y por pueblos con mucho encanto.

Pals. Fotografía: Maria Rosa Ferré. Flickr.

Pals, con el olor del mar

La ruta sale de Pals, una localidad del Baix Empordà que no está al lado del mar; la playa queda a algunos kilómetros del centro urbano. El núcleo de Pals es un pueblo medieval admirablemente conservado: casas de piedra, suelos empedrados, portalones, tumbas visigóticas... Por todas partes se encuentra una curiosa mezcla de románico, gótico y barroco, aunque esta zona suelen denominarla "recinto gótico". Domina el pueblo la "torre del homenaje", una torre circular, de estilo románico, que había formado parte de un castillo que fue derribado en el siglo XV. Posteriormente se convirtió en un campanario y ahora se la conoce como "la torre de las Horas". En Pals quedan fragmentos intactos de la muralla y algunas de sus torres de vigía. Y en la entrada del casco antiguo está Ca la Pruna, una casa fortificada del siglo XV reconvertida en centro cultural. Pals tiene muy cerca un estanque, donde se produce un arroz que los habitantes de la región definen como el mejor arroz para hacer arroz a la cazuela.

Peratallada. José Manuel Mota. Flickr.

Peratallada, la importancia pasada

A 10 kilómetros de Pals, hacia el interior, encontramos la pequeña localidad de Peratallada, en el municipio de Forallac. Hoy en día casi no es conocida, pero hasta el siglo XIII los señores de Peratallada figuraban entre los nobles más influyentes de aquellas tierras. Por eso, Peratallada era un importante núcleo, con murallas y contramurallas y un gran castillo. Hoy en día el pueblo conserva el castillo medieval y su torre de homenaje, y una parte significativa de las murallas, rodeadas por un foso excavado en la roca viva. El casco urbano mantiene todo el regusto de un poblado medieval, con unos magníficos porches en la plaza mayor y una estrecha red de callejuelas. Muchas casas son del siglo XVI y mantienen su estructura. Extramuros encontramos la iglesia románica de Sant Esteve.

Columnas y silos del yacimiento ibérico de Ullastret. Fotografía: Vàngelis Villar. Wikipedia.

Ullastret, íberos y feudales

Ullastret es una población que es muy conocida por los arqueólogos y aficionados a la historia por el yacimiento íberico del Puig de Sant Andreu, el mayor de Catalunya. Se trata de una gran ciudad, que habría tenido estrechos contactos con los griegos, romanos y fenicios. Por ello, en Ullastret hay una sección del Museu d'Arqueologia de Catalunya. Pero, además, Ullastret tiene un centro medieval muy atractivo, porque había sido una importante villa que había pasado por el dominio de los condes de Empúries y de los de Barcelona. La localidad todavía tiene sus murallas en muy buen estado. Conserva la lonja medieval e incluso una pequeña torre que denominan "Torre de la prisión", del siglo XVI. Las diez torres de base cuadrada de la muralla no se han conservado enteras hasta hoy, pero hay restos importantes de ellas.

Plaza del Pueblo de Monells. Fotografía: Núria. Wikipedia.

Monells, el más cinematográfico

En Ullastret volvemos a coger el coche y nos dirigimos a Monells. De todos los pueblos medievales del Empordà, el más conocido hoy en día es este, porque fue el escenario de la película Ocho apellidos catalanes. A causa de eso también es el que recibe más visitantes. Está articulado en dos barrios, el del Castillo y el de la Riera, divididos por la Riera de Rissec. Uno de los lugares más característicos de Monells es la porticada plaza Major. Muchas de las viviendas del pueblo son del siglo XVII y XVIII, y el núcleo urbano conserva su trazado gótico. Hay quien lo define como el pueblo más bonito de Catalunya.

Madremanya, un laberinto medieval

De Monells a Madremanya no hay mucha distancia: a duras penas 4,5 km. Es un pueblo ocupado desde tiempos remotos: en él se han encontrado restos neolíticos y romanos. El pueblo conserva restos de su recinto amurallado, y también hay muchas calles con un claro regusto medieval: con escaleras, arcadas, porches, bancos de piedra adosados a las paredes... Pasear por Madremanya es hacer un curso acelerado de historia: cualquier edificio tiene restos góticos o barrocos .Y el pueblo dispone de una iglesia románica, Sant Esteve. Saliendo de Madremanya podemos dirigirnos hacia Girona, o retroceder hacia la Bisbal de l'Empordà y dirigirnos hacia la costa. Si pasamos por esta ruta, tenemos la ocasión de parar en la Bisbal y comprar alfarería en esta ciudad, tradicional productora de estos productos.

 

Imagen de portada: Monells. Fotografía del Patronat de Turisme de la Costa Brava.