Explica Elena Vavilova que la primera vez que vio The Americans, la reacción de su marido fue decir que su vida en los Estados Unidos había sido mucho menos excitante. Mucho más aburrida. Ella está de acuerdo.

Las muchas identidades de Elena

Suponemos que en realidad se llama Elena Vavilova, porque a lo largo de su vida ha adaptado varias identidades. La de Vavilova, pese afirmar que es la real, sólo es una de ellas. Sea quien sea, nació en 1962 en Tomsk. Aunque eso también puede ser mentira.

Tomsk una ciudad siberiana de poco más de medio millón de habitantes conocida para ser el epicentro ruso de producción de plutonio y uranio. Educada en los valores de la sociedad soviética, crecida en los momentos de máxima intensidad de la Guerra Fría, cuando, siendo estudiante de historia, el KGB le propuso incorporarse a sus filas, no lo dudó ni un momento. Aceptó la propuesta por compromiso con la patria. Y también para seguir al lado de su novio y futuro marido, Andrei Bezrukov, también reclutado por los servicios secretos de la Unión de Repúblicas Sovieticas Socialistas.


Elena Vavilova y su marido Andrei Bezrukov, espías rusos infiltrados en los Estados Unidos Foto: Arxiu Vavilova

Vavilova y Bezrukov fueron traslladas en Moscú. Como espías encubiertos tuvieron que pasar por un riguroso programa de entrenamientos. Los instruyeron en el uso de armas. Los convirtieron en expertos luchadores de artes marciales. Los enseñaron a despistar a los posibles contraespías que los vigilaran y persiguieran.

También los entrenaron para detectar, estudiar y reclutar fuentes, y establecer contactos con gente importante y para enviar y recibir mensajes codificados.

Pero muy especialmente les enseñaron inglés y francés a nivel nativo. Su misión sería establecerse de incógnito en los Estados Unidos y recoger y enviar toda la información que creyeran que podría ser útil para los intereses de la URSS. Por eso adoptarían la identidad de ciudadanos francocanadienses, hecho con que, en caso de ser preguntados, podrían explicar aquel extraño acento que desprendía su inglés.

Todo por la patria

Acabada la instrucción, Vavilova y Bezrukov se reencontraron, volvieron a enamorar y vuelto a casar en Montreal. Entonces ya se hacían llamar Tracey Ann Foley y Donald Heathfield, en realidad la identidad de dos niños canadienses muertos de muy pequeños, de los cuales los servicios soviéticos habían tomado los cuerpos. Tiempo después, atravesaron la frontera y se establecieron en un barrio residencial de las afueras de Boston.

Eran la típica y modélica familia de clase media-alta norteamericana, más cuando nacieron sus dos hijos: Tim y Alex, que nunca supieron de la verdadera identidad, ni trabajo de sus padres. En los Estados Unidos de día Vavilova trabajaba como agente inmobiliaria. De noche era espía. Andrei tenía un posgrado en Harvard y trabajaba como consultor de empresas de la magnitud de General Electric o T-Mobile. Los fines de semana iban a ver a sus hijos jugar a fútbol, hacían barbacoas con los vecinos y se perdían en los grandes centros comerciales. Las vacaciones las pasaban en Europa y siempre que podían entraban a escondidas en la URSS.


Elena Vavilova y Andrei Bezrukov fueron la inspiración de la serie The Americans

Explica Vavilova que descubrir la vida de los países occidentales fue una experiencia interesante. Admite que el nivel de vida era más alto en comparación con la Unión Soviética, pero que a ella nunca le interesaron los hechos materiales.

También sostiene con convencimiento que en respecto a la libertad, ella no se sintió nunca limitada ni restringida en la antigua URSS, una sociedad que describe como justa si se equipara con unos Estados Unidos dónde sus ciudadanos no pueden disfrutar de educación gratuita, pensiones o atención médica universal.

La espía dice que se infiltró en los Estados Unidos para servir a su país. Su objetivo no fue nunca hacerse rica ni famosa, su misión siempre fue conseguir información que fuera útil para la antigua Unión Soviética, primero, para Rusia, después.

Historias de fantasmas

Vavilova describe el trabajo del espía como muy alejado de la imagen que se ha creado a través de la literatura, el cine y la televisión. En el mundo real no hay James Bonds.

Sí, la vida de un espía esconde más peligros que la de cualquier ciudadano de la calle. Es más estresante y tiene más subidas de adrenalina, por eso son entrenados para controlar el miedo y las emociones. Pero la gran mayoría del tiempo, el trabajo de un espía es aburrido y requiere mucha paciencia.

Elena y Andrei espiaron desde dentro de los Estados Unidos durante más de 25 años. Finalmente, el 27 de junio de 2010 fueron detenidos por agentes del FBI en la llamada Operación Ghost Stories.


Elena Vavilova i Andrei Bezrukov el día de su detención

Al principio les quemaba el estómago pensando que la habían pifiado, que habían olvidado algún detalle importante de su trabajo y eso les había descubierto. Acabaron sabiendo que no habían cometido ningún error sino que los había delatado unos de sus superiores que  se había pasado al otro bando.

En caso de ir ante un tribunal norteamericano, podrían ser condenados a muerte. Finalmente, en un acuerdo entre los dos países, fueron intercambiados junto con otros espías rusos capturados por los Estados Unidos, por cuatro agentes secretos norteamericanos encarcelados en Moscú.

La permuta se produjo en el aeropuerto neutral de Viena. De la parte rusa, uno de los agentes entregados era Serguei Skripal, que en el 2018 fue envenenado con la neurotoxina novichok. Según la inteligencia británica, fue un asesinato instigado por agentes rusos.

Un 80%

Elena Vavilova y Andrei Bezrukov fueron recibidos en Rusia como  verdaderos héroes, siendo condecorados con la Orden del Mérito por la Patria por Vladimir Putin, como ellos, antiguo agente del KGB, en su caso en Alemania.

Andrei, actualmente, es profesor universitario y sigue siendo asesor de grandes empresas, ahora, sin embargo, rusas. Elena Vavilova trabaja para Nornickel, una importantísima compañía minera. Figura de gran popularidad, a menudo también participa en tertulias televisivas.

La pareja también fue la fuente de inspiración en la creación de The Americans, extraordinaria serie de televisión protagonizada por Keri Russell y Matthew Rhys.


Elena Vavilova ha expicado su vida en la novela El secreto de la clandestina

Elena dice que la producción es hiperbólica en su parte de acción, pero un retrato bastante fiel en el aspecto psicológico y el estrés que comportaba ser un espía ruso infiltrado al epicentro del imperio capitalista.

Fue justamente mirando el primer capítulo de The Americans que Elena Vavilova decidió escribir su vida. Con la ayuda del escritor Andrei Bronnikov va El secret de la clandestina, relato con el poder adictivo de los mejores thrillers, que en nuestra casa ha publicado Símbol Editors con la traducción de Josep Lluís Aloy. Vavilova confiesa que a pesar de tratarse de una novela, el 80% de lo que explica es real. ¿Nos podemos creer una persona que durante 25 años engañó a los súbditos de Ronald McDonald?