Elisenda Pineda (Premià de Mar, 1978) es nervio, desprende energía y vitalidad. Llega entusiasmada a la redacción y enseguida establece conversación con quien sea, con Laura que la maquilla, después con Arnau que le coloca el micrófono y con Montse que le toma las fotografías... De hecho, hace todas las poses que se le piden, viene predispuesta a todo y se deja mandar. Habla por los codos y parece que no se le acaben los temas de conversación. Dicen que para conocer bien a una persona tienes que observar cómo trata a los camareros, pues estoy segura de que ella es de las que apila los platos en la mesa para facilitarles el trabajo. Tiene un sentido del humor desbordante, todo lo transforma con carcajadas, incluso, los temas más delicados los pasa por el filtro de la comedia. Me confiesa que escribir el libro la ha consumido, que el encargo de la editorial eran unas ochenta páginas, pero han acabado saliendo más de trescientas, concentrando el trabajo en tan solo un mes y escribiendo en horas intempestivas. Era un reto que se puso y ha salido adelante airosa. Y es, exactamente este, el motivo por el cual nos ha visitado en el plató de ElNacional.cat, para presentarnos a La catalana llengua (Ara Llibres), un libro que explica la historia de la lengua catalana desde sus orígenes hasta la actualidad pasando por todos los embates que ha tenido que lindar con un toque de humor e ilustraciones de KAP.

Pineda tiene formación de actriz, y ha estudiado turismo, pero no ha llegado a ejercer nunca; y de hecho, se define como guionista y admite que el síndrome de la impostora la persigue a menudo. Ha sido colaboradora en diferentes medios de comunicación de radio y televisión, y actualmente, está trabajando en un proyecto con Óscar Dalmau y Óscar Andreu que no nos puede revelar, pero que saldrá a finales de año. Es una firme defensora de la lengua (sobre todo desde la festividad), y a pesar de haber sufrido con este primer libro no descarta escribir un segundo.

Elisenda Pineda con las protagonistas de su libro, Norma y Cati / Foto: Montse Giralt

¿Qué te ha motivado a escribir un libro sobre la lengua catalana?
Es un encargo que me hicieron desde Ara Llibres y cuando vi que sí que lo podía hacer, pensé que era una idea brillante porque no se había hecho nunca con clave de humor y con las ilustraciones de Jaume (KAP) que son maravillosas.

¿Cuál crees que es la situación de la lengua catalana, actualmente?
Es lamentable. Tenemos el enfermo en la UCI, está con cuidados intensivos. Yo hago un retrato que no quiere ser pesimista, porque si hace mil años que hablemos en catalán no será ahora en el siglo XXI que nos carguemos nuestra propia lengua. Pero sí que es verdad que por primera vez hay dos factores que juegan en contra. El primero es que a la gente joven le da vergüenza hablar en catalán, y el otro son las redes sociales. Hasta ahora, no las habíamos tenido y, por lo tanto, si había habido un sentimiento de boicot hacia la lengua, no había traspasado más allá del plano físico. Pero ahora, con las redes sociales hay muchísima gente catalanohablante que a la hora de mostrarse al mundo lo hace en castellano. Es lamentable ir a los patios de escuela y ver cómo niños catalanohablantes se relacionan en castellano porque están pendientes de la gente de las pantallas que se relaciona en castellano.

Tenemos el enfermo en la UCI, está con cuidados intensivos. Si hace mil años que hablemos en catalán no será ahora el siglo XXI que nos cargamos nuestra propia lengua

¿Cómo se tiene que animar la gente joven a habla en catalán?
Desconozco cómo se puede conseguir, pero tendríamos que tratar de hacerlo.

Dices que preservar la lengua es como una gincana de la identidad.
Sí.

Elisenda Pineda a la izquierda y Alba Richart a la derecha. / Foto: Montse Giralt

¿Cómo se preserva una lengua?
Hablándola, básicamente. Si la hablamos nosotros, si somos tozudos y perseveramos con esta intención de cuidarla y traspasarla de generación en generación, será la única manera de salvarla. Después, evidentemente, la institución tiene que hacer para que todo eso se materialice y para que haya un cuidado de toda esta cultura que nos acompaña durante tantos años, pero si no la hablamos en la calle, si no es de uso social, entonces se quedará como una cosa arcaica que solo quedará a los libros. Que la gente joven se vuelva a enamorar de nuestra lengua, que no les dé vergüenza hablar en catalán, que es una cosa que yo todavía no entiendo el por qué.

Si somos tozudos, y perseveramos con esta intención de cuidar la lengua catalana y traspasarla de generación en generación, será la única manera de salvarla

¿En casa siempre has hablado en catalán?
Yo he vivido toda la vida en un barrio de Premià de Mar que ha acogido muchísima inmigración. Había gente de Murcia, de Extremadura, de Andalucía y del Senegal. Y yo era la catalana. Y sí que te sientes una rara avis en tu país. Y precisamente porque era la catalana, yo reivindicaba más el uso de mi lengua, porque lo había heredado de mis padres. Y si no lo heredas de tu padre y de tu madre, aprenderla es un deber y una obligación. Yo siempre estoy a favor de animar a la gente a hablar en catalán, tenemos que encomendar el uso de nuestra lengua con un carácter festivo.

Si no heredas el catalán de tus padres, aprenderla es un deber y una obligación

¿Crees que la gente que trabaja de cara al público tendría que hablar obligatoriamente en catalán?
Tiene que ser una obligación, básicamente, porque el catalán es una lengua cooficial de este país. Lo que pasa es que somos "l'ase dels cops" y siempre estamos recibiendo y poniendo la otra mejilla para que no se nos sea dicho que somos maleducados o gente extraña. La única cosa que estamos pidiendo es que en mi casa me hables mi lengua.

Somos el "gos de pagès" y siempre estamos recibiendo y poniendo la otra mejilla para que no se nos sea dicho que somos maleducados. La única cosa que estamos pidiendo es que en mi casa me hables mi lengua

¿Qué tenemos que hacer cuando entramos en un establecimiento y no nos entienden?
Si no hablas catalán, como mínimo, que yo pueda entrar en tu establecimiento y decirte, ponme un café con leche y que me entiendas. Y si le tengo que volver a repetir, le vuelvo a repetir, no pasa absolutamente nada. Siempre que entro en algún sitio hablo en catalán. Y entonces, por norma general, siempre me responden en castellano. Habrá algún día que uno de los dos bajará del burro porque de forma orgánica tú tiendes a hablar la lengua de tu interlocutor para entenderte. Y yo no bajaré del burro si estoy en mi casa.

Habrá algún día que uno de los dos bajará del burro porque de forma orgánica tú tiendes a hablar la lengua de tu interlocutor para entenderte. Y yo no bajaré del burro si estoy en mi casa

¿Pero no crees que los catalanes cedemos siempre?
Claro, porque tenemos un complejo tremendo y este es el error. Para no oírnos decir que somos maleducados, que no somos gente de acogida, que no ayudamos, que no lo hacemos todo fácil para que la gente que viene de fuera se encuentre cómoda, cambiamos de lengua. Y también hay un factor añadido, que es la pérdida de tiempo. No nos gusta perder el tiempo. Este esfuerzo ya lo hemos hecho tantas veces que llevamos un desgaste tremendo.

Elisenda Pineda por partida doble / Foto: Montse Giralt

Los catalanohablantes tenemos un complejo tremendo y este es el error. Para que la gente que viene de fuera se encuentre cómoda y no perder tiempo cambiamos de lengua

¿Entonces quién es responsable del estado actual del catalán?
Yo creo que todo el mundo. Empezando por las instituciones, el catalán se ha abandonado las últimas tres legisltures y es una lengua que nos da identidad. Por lo tanto, sea del color que sea el gobierno, tiene que hacer para que el catalán se conserve, para que se enseñe bien en las escuelas, para incentivar a los niños a hablar en catalán. ¿Qué ha pasado en estas últimas legislaturas? Que nos hemos olvidado de lo más importante, que era perseverar nuestra identidad. El catalán es una estructura de estado. La responsabilidad de conservar nuestra lengua recae primero sobre la institución y después la responsabilidad civil.

El catalán se ha abandonado las últimas tres legislaturas. Nos hemos olvidado de lo más importante, que era perseverar nuestra identidad. El catalán es una estructura de estado. La responsabilidad de conservar nuestra lengua recae primero sobre la institución y después la responsabilidad civil

¿Quién crees que ha hecho más por el catalán? ¿Pompeu Fabra, Jordi Pujol o Rosalia?
Que Rosalia haya cantado en catalán es anecdótico. No la critico, pero no creo que esté haciendo nada por la lengua poniendo dos canciones en catalán o acabando una con la lengua de Verdaguer. A los que hacen música en catalán yo les digo "Usted es activista de la lengua y yo le abrazo y le felicito, lo aplaudo y lo animo a seguir por este camino." Jordi Pujol y Pompeu Fabra me parecen dos personas que podrían luchar bastante por este podio por Medalla de Honor. Pompeu Fabra lo que hace es normalizar nuestra lengua. Y Jordi Pujol crea las instituciones para que el catalán fluya como un río y cale en aquellos lugares donde normalmente no se hablaba en catalán. Creó unos medios de comunicación y se podría haber enganchado los dedos, pero aquello funciona como un trueno. Pero yo creo que el que pone la primera piedra es Pompeu Fabra.

¿Qué crees que pasará con el catalán dentro de cincuenta años?
Lo que me gustaría que pasara es que esta situación se revirtiera. Pero no lo tengo claro. Al pueblo catalán le ha ido muy bien el embate para espabilarse. Que nos metan una torta de vez en cuando, que dices, está bien feo y bien triste que eso nos tenga que pasar.

Al pueblo catalán le ha ido muy bien el embate para espabilarse. Que nos metan una torta de vez en cuando

Elisenda Pineda leyendo su libro La catalana llengua / Foto: Montse Giralt

Norma (que es la imagen de la primera campaña de la normalización de la lingüística de la Generalitat del 82), y Cati, que es su hija adolescente, son las protagonistas de tu libro y las que vehiculan la historia. ¿Por qué has escogido a estos dos personajes?
Mi editor me propuso recuperar un elemento de la campaña de los inicios de los años ochenta, en qué, evidentemente, estaba todo por hacer y todo era posible. Veníamos de una dictadura que representaba que el catalán había estado viviendo bajo una represión absoluta. Hemos escogido a Norma, una chica joven de catorce años vestida con un mono que representa la modernidad, y una vez ella se ha hecho mayor, tiene una hija, Cati, que nos hemos inventado. Hace mucha gracia porque Norma lleva una carpeta que dice "Sóc la Norma" y el 'sóc'puerta el acento diacrítico. Y Cati lleva un jersey que pone "Soc la Cati" y el 'soc' ya no lo lleva porque da la bienvenida a la nueva manera de escribir en catalán cargándose los acentos diacríticos. Que estoy totalmente en contra. Yo los sigo poniendo y seré militante del acento diacrítico hasta el día que me muera.

Yo sigo poniendo los acentos diacríticos y seré militante del acento diacrítico hasta el día que me muera

En la solapa del libro dices que has estudiado para ser actriz, sin embargo, no acabaste el curso. También dices que estudiaste turismo pero tampoco acabaste el grado. Que eres guionista, pero no tienes demasiada formación, dijéramos que eres autodidacta. Y has escrito un libro, pero no te consideras del todo escritora. ¿Te persigue un poco el síndrome de la impostora?
Sí, la tengo todo el día encima. Yo aconsejo mucho ir a terapia, te ordenan bastante las ideas. Quise estudiar arte dramático, en casa se pusieron de culo, y me recomendaron que hiciera turismo que "de eso sí que podrás comer". No he trabajado nunca de nada que esté relacionado con el turismo. 

Elisenda Pineda durante la entrevista en el plató de ElNacional.cat / Foto: Montse Giralt

Ahora que hablamos del humor y del estand-up, tienes un monólogo dedicado a la menopausia. ¿Crees que todavía es un tema tabú?
Sí, soy una señora que estoy perimenopáusica, que es una cosa que no nos explican que pasa y pasa, que quiere decir que antes de estar menopáusica tú ya tienes unos síntomas. Eso no me lo habían explicado nunca, yo lo he encontrado todo por TikTok, como una adolescente. No creo que sea tanto un tema tabú sino un desinterés absoluto. La menopausia se puede alargar quince años con síntomas que tú desconoces completamente, como es depresión, insomnio, te cambia el cuerpo de sopetón, dejas de tener cintura para ser un cuadrado, pierdes masa muscular, se te seca todo, y cuando digo todo quiero decir todo, y claro, todo eso te hace estar irascible, enfadada y encima no te quejes, no fuera que se piensen que eres una histérica. Y eso me llevó a pensar que no hay tías de mi edad que estén hablando de eso con clave de humor.

He encontrado toda la información de la menopausia por TikTok, como si fuera una adolescente

Quizás no se ha hablado mucho de la menopausa porque las mujeres no hemos tenido espacios (y las mujeres de una cierta edad todavía menos.)
El otro día le dieron el 50 Premio Memorial Margarita Xirgu a Ágata Roca y hablábamos de eso, que a las mujeres de cincuenta años nos pasan cosas. Y a veces no interesan a las cosas que nos pasan. Cojons, pues expliquémoslas.

Antes de empezar la entrevista hablábamos de maternidades y te he pedido permiso para hacerte una pregunta que puede ser un poco intrusiva. Pronto cumplirás cuarenta y seis años y has decidido no tener hijos.
Es una decisión que tomé en su día. Quizás porque no encontré a la persona. Hasta que finalmente he encontrado a alguien con quien yo tendría criaturas. Pero nos ha llegado que ya somos mayores los dos, yo haré cuarenta y seis y él acaba de hacer cuarenta y ocho. Tampoco ha sido una cosa que hayamos deseado muchísimo. Yo eso ya lo dejaría para gente más joven. Primero, que te tienes que gastar mucho dinero para hacerlo de una manera que no es la ortodoxa, y más allá del dinero, después no sabes nunca si funcionará. La alteración que recibe tu cuerpo en el ámbito hormonal es brutal, tú ya estás al final de la menstruación, por lo tanto, tu cuerpo ya está entendiendo que te estás secando y que ya no toca hacerle pasar por este camino, yo no me atrevería. Es muy respetable, pero puede haber mil complicaciones con el embarazo, la criatura en el caso de venir bien, tendría unos padres que casi friegan los cincuenta años. Además, mi chico ya tiene un hijo, o sea que ya tenemos el tema cubierto.

Te tienes que gastar mucho dinero para hacerlo de una manera que no es la ortodoxa, y más allá del dinero después no sabes nunca si funcionará

¿Crees que con el tema de la educación sexual (el funcionamiento de la reserva ovárica) pasa como con el de la menopausia, que no tenemos bastante información?
Quizás sí que tienes la información, pero no le das la importancia. El ginecólogo te dice: "estaría bien que te congelaras óvulos". ¿Pero qué quiere decir exactamente? ¿Cómo es el proceso, exactamente? ¿Cómo lo tenemos que hacer? Y además es doloroso. Yo recuerdo un desinterés absoluto en el ámbito médico. Dígame las posibilidades que tengo, y entonces me sentiré libre para poder escoger. Nos lo explican, pero no como nos lo tendrían que explicar. Para que después no me encuentre con los meados en el vientre con cuarenta años y entonces tendré una cantidad de trabajo para quedarme embarazada que pa qué. Y eso es lo que después genera frustraciones y problemas con la pareja.

 

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