Els Encants son un paraíso para los amantes de las cosas antiguas, los aficionados a arremangarse y buscar, entre grandes montones de objetos diversos, el tesoro escondido. Hay auténticos expertos en los Encants, que son capaces de detectar una antigüedad en un montón de piezas viejas sin ningún valor; individuos capaces de distinguir un libro valioso entre centenares de best-sellers ajados... En Els Encants se puede ir con cinco euros y volver con una perla, pero también ir cargado de billetes y quedarse con las manos vacías. Y eso forma parte de Els Encants. Ahora Els Encants Nous juntan la oferta comercial de los Encants de siempre con una interesante oferta gastronómica. Eso sí, los Encants tienen su ritmo particular: sólo abren el lunes, miércoles, viernes y sábado. Y para encontrar los mejores productos hay que madrugar, porque vuelan. Si se llega a las siete y media o a las ocho, se podrá ver el espectáculo más curioso: la subasta de los lotes de productos entre los vendedores.
Husmear y comprar
La planta baja. Estos son Els Encants de los viciosos de verdad: ropas, tornillos, libros, luces, herramientas, sujetadores, relojes, juguetes... Objetos nuevos, en sus cajas, y productos viejos, sucios y rotos. Todo revuelto y todo tirado por el suelo. Y todo a precio de saldo. Aquí, la paciencia, el ojo y la gimnasia tienen su recompensa. Los que son capaces de agacharse puesto tras puesto, removiendo objetos aparentemente inservibles para ver qué esconden debajo, al final encuentran alguna maravilla. Lo imprevisible es saber qué maravilla será. Aquí, al nivel del suelo de los Encants Nous, es también donde la gente va en busca de saldos, de ropa, de herramientas, de bolígrafos... En estos tiempos de crisis hay gente con pocos recursos que consigue vestir a toda la familia, con presupuestos milagrosos, gracias a Els Encants. Y a poca distancia, fuera ya del recinto, se organiza un verdadero top manta de la miseria: no se venden imitaciones de camisetas del Barça para turistas, sino productos extraídos de los contenedores para los más pobres de los pobres. La otra cara de una Barcelona que surge, imponente, a partir de la Torre de les Aigües, en el 22@.
Els Encants chic
Hay una cierta diferencia entre el piso inferior de los Encants, donde hay de todo, colocado de forma caótica, y los chiringuitos del piso superior, donde los objetos son mucho más escogidos, y se nos presentan de forma más ordenada. En realidad, con frecuencia los mejores objetos del piso inferior acaban en las tiendecitas de almonedistas, anticuarios y libreros de viejo situadas encima suyo. Los productos, aquí, son más económicos que en buena parte de las tiendas especializadas de la ciudad, pero no hay precios regalados. Ahora bien, hay aficionados a los libros, al coleccionismo, al arte o a las cosas antiguas que van muy a menudo y que acaban por encontrar algunas piezas a buen precio.
Nous Encants
El edificio de los Encants Nous se inauguró en 2013. Fue construido por el equipo de arquitectos B720, dirigido por Fermín Vázquez. El objetivo era ofrecer una protección frente a la lluvia y al mal tiempo, pero al mismo tiempo mantener la impresión de un mercado al aire libre. Eso se consiguió mediante una cubierta de gran altura llena de espejos, que reflejan la luz en diferentes direcciones. Si los Encants Vells eran un reducto de viejos barceloneses y nuevos inmigrantes, en los Encants Nous el público es mucho más diversificado; ahora se considera el máximo exponente de la cultura vintage. Últimamente, incluso empiezan a llegar allí los turistas. Y, de vez en cuando, se organizan fiestas y conciertos... Els Encants han salido de la marginalidad.
Tras la compra
Los Encants Nous incorporan una diversificada oferta gastronómica, que complementa la comercial. De los antiguos bares que había en los Encants Vells, sólo han sobrevivido dos: El Bellcaire y La Palmera: uno en la planta baja y el otro en el primer piso. Además, hay un restaurante, El Mirall, que tiene una entrada directa por el exterior del recinto, y que ofrece cocina mediterránea. En la parte superior del mercado hay media docena de pequeños locales que ofrecen Street Food. La comida se puede llevar, o comer en las mesas que hay en el mismo recinto. Está el Gallo Encantado, especializado en platos hechos con aves de corral; el Mucho Gusto, Pizza y Más, dedicado a la cocina italiana (pizza en porciones, empanadas y pastas); el Peixet als Encants, que lleva la cocina de marisco y pescado del Kiosko Universal de la Boqueria a los Encants Nous; el Fogó, que se dedica sobre todo a las cocas de recapte y las tapas creativas. Sobre todo, os recomiendo deteneros al Stop & Mos, el establecimiento de Jackie Dunfoy y Toni López. Es famoso por hacer unos magníficos bocadillos, ya que compran el pan en la que se considera la mejor panadería de Barcelona. Entre sus bocadillos hay que destacar el de pan de cerveza Guinness con roast beef. Pero también se pueden tomar pinchos de gran calidad, o unas magníficas patatas bravas.