David Carabén
Barcelona, 1971
Ordenado y aventurero
Cantante y avatar de Mishima
-La música es un arte estrictamente temporal. No la puedes congelar. La música cuando se para es silencio, desaparece. No obstante, cuando te gusta una banda o una música desarrollas una relación con ellas como si fueran casi de lugares, de espacios del alma. Te llevan a un rincón de tu ser o espíritu y allí te reencuentras
-Bienaventurados sean los que no necesitan informarse o vivir mucho, los que no son muy inquietos y no necesitan obtener respuestas ahora mismo. Yo sí que me encuentro a gusto buscando respuestas y proponiendo maneras de explicar el problema o la pregunta. Como las canciones que hacemos con Mishima, que tienen más preguntas que respuestas.
-La mentira es un lubricante social muy común, es una cosa que necesitamos para funcionar, pero que de vez en cuando también nos decepciona y somos víctimas. Uno de los primeros instrumentos de socialización es la mentira. En el mundo del espectáculo es la suspensión de credibilidad. Para disfrutar de la vida te tienes que dejar engañar.
-No sé de dónde surgen las ideas. Siempre he confiado mucho en la descuido y el distraerse. Salir del pueblo, de la ciudad, de las murallas e ir al bosque. Allí está donde encuentras tus miedos. Encontrarte en un lugar que te da miedo pero es fértil. Cuando estás más allá de lo que tú dominas es donde salen las nuevas ideas. Para convocar estos bosques te tienes que dejar guiar más por el instinto que por la autoconciencia limitadora.
-Cuando subes al escenario proyectas la mejor versión de ti mismo. Y te vistes mejor e intentas estar en forma y meter la voz que encuentras que será más seductora o que interpretará mejor aquel tema. A mí me gustaría ser el tipo que canta a Mishima. Yo no soy él, pero querría serlo. El cantante de Mishima es un avatar mío.
-La mejor canción que he escrito? Me va en épocas. En algún momento pienso que es una y después cambio. Pero 'Miedo de mí' o 'Sé que eres tú' son canciones de las cuales estoy muy orgulloso.
-Un día tocamos a la Diagonal de Barcelona y vinieron 1.500 personas (porque tocaba Antònia Font). Al día siguiente tocábamos a Torroella de Montgrí y no había nadie. Yo esta sensación de no poder llegar a todo el mundo no la he tenido nunca porque Mishima no ha llegado nunca a todo el mundo.
-Los miembros de Mishima hemos trabajado muchos años en un proyecto que era como una quimera y hemos visto como poco a poco se ha hecho realidad una parte de este sueño. La relación que estableces con los compañeros de banda es muy peculiar: somos íntimos amigos, pero fuera del grupo cada uno tiene sus amigos. Es necesario desconectar los unos de los otros.
-En una cultura como la nuestra, ser músico es saber que vivirás en la incertidumbre. En nuestro caso, tienes que hacer muchas canciones que estén bien durante muchos años para poder salir adelante.