Referente imprescindible de la generación del nuevo pop catalán, la de los Mishima, Manel, Sanjosex... Mazoni siempre se ha destacado por ser un creador incontinente e imprevisible. Siempre partiendo del pop de melodías pluscuamperfectas, del sonido más crudo del folk a la electrónica, Jaume Pla se ha adentrado en los más diversos parajes polifónicos para erigir sus referencias de estudios. Nuevo giro inesperado, el compositor, cantante y guitarrista de la Bisbal d'Empordà ahora publica Ludwig (Bankrobber, 2021), un disco inspirado en la obra del genio clásico Ludwig van Beethoven. Nos encontramos con él en una de sus habituales escapadas a Barcelona. "Vivía en Gràcia, pero el precio del alquiler se volvió imposible y me he vuelto hacia la Bisbal. Ahora que ya me he acostumbrado a estar de nuevo, ya no volvería a vivir en la ciudad. Aunque no hay semana que no baje una o dos veces".

¿Vives de la música?
Sí, desde que publiqué el primer disco en catalán, Esgarrapada (Bankrobber, 2006), que vivo de la música, aunque es una lucha continúa. También depende de la vida que lleves. Yo no tengo hijos, ni pareja y llevo una vida bastante austera, no necesito casi nada para ser feliz.

¿Cuáles son tus vicios?
Ir al cine. Y digo que es un vicio porque la gente considera que es caro ir.

¿Al Teatro Mundial de la Bisbal?
Yo voy a Girona y, sobre todo, a Barcelona. Cuando bajo aprovecho para ir a ver alguna película. En Girona la cartelera es más comercial, y a la que hay alguna peli un poco rarita, o directamente no la ponen o solo está una semana en cartelera.


Mazoni se ha inspirado en la obra de Beethoven en su nuevo disco, Ludwig. Foto: Sergi Alcàzar

Estaba cansado de las biografías de estrellas del rock. Son todas idénticas: drogas, groupies...

¿Cuál es tu cine favorito?
Me gusta el Boliche, en la Diagonal: unas buenas salas y una buena programación. Los Verdi también tienen una buena programación, pero se tendrían que plantear hacer alguna reforma.

¿Cuál es la última película que te ha hecho estallar la cabeza?
Titane, de Julia Ducournau. Una película incómoda pero fascinante. Dune también me gustó mucho. Denis Villeneuve genera división de opiniones, pero yo soy de los que disfruta con su cine. El buen patrón también me ha gustado bastante, aunque en algunos temas cae en el cliché.

¿Cómo ha influenciado el cine en tu propuesta musical?
Para escribir las letras siempre he intentado rehuir la influencia de los otros, tienen mucho más de recorrido vital personal, aunque eso también incluye las películas que miro, los libros que leo, las conversaciones que tengo con amigos... La parte musical sí que bebe de otras influencias musicales. Un ejemplo bien claro es este nuevo disco, que musicalmente está inspirado en Beethoven, pero las letras siguen siendo personales.

¿Ludwig (Bankrobber, 2021) es un disco pandémico?
Lo es, porque lo hice al confinamiento, pero no habla, cuando menos directamente, del tiempo que pasamos cerrados.

¿Unas semanas que dedicaste a leer una biografía de Beethoven y de allí surgió todo, verdad?
La tenía olvidada en la estantería. Era uno de aquellos libros que siempre quedan en segunda posición cuando buscas alguna cosa por leer. Pero llegó el confinamiento, y encerrado, solo, lo cogí y lo devoré. Semanas después, cuando empezamos a poder salir por horas, fue cuando me vino la idea de hacer un disco inspirado en la obra de Beethoven. Siendo patrimonio de la humanidad, todos podemos hacer el uso que convengamos. En mi caso, escogiendo las partes que me inspiraron a hacer canciones nuevas.


Ludwig Van Mazoni. Foto: Sergi Alcàzar

A veces me noto cansado de hacer música, pero es momentáneo

¿Antes del disco te gustaba, escuchabas música clásica?
El pop y el rock en su sentido más amplio siempre han sido mis principales referentes. La electrónica, también. Ha sido cuando he necesitado descansar de estos sonidos que he recurrido al jazz, al flamenco o a la música clásica. En este caso concreto, había escuchado alguna ópera, alguna composición de Mozart, pero no tenía una formación o un conocimiento muy exhaustivo. Ludwig ha sido un trabajo de investigación en que Sporify ha sido una herramienta de gran utilidad, ya que me permitía escuchar al momento las piezas que se iban citando al libro. He disfrutado mucho adentrándome en la obra de Beethoven. Ha sido una lectura lenta pero provechosa.

¿Por cierto, qué libro es?
Beethoven de Jan Swafford. Un libro que aquí ha publicado Acantilado. El autor tardó 10 años en acabarlo. El contexto histórico está muy bien trabajado, de la misma manera que también la vida y la obra de Beethoven. Estaba cansado de las biografías de estrellas del rock. Son todas idénticas: drogas, groupies... A pesar de que, leyendo Beethoven he descubierto que hay elementos que coinciden, como la pasión o la inseguridad con la que el músico vive su obra. Contrariamente, actualmente tienen más peso factores ajenos a la música: la imagen, la presencia en las redes. En la era de Beethoven, los creadores solo tenían que centrarse en crear, por eso fueron tan prolíficos.

Tú eres muy prolífico.
Eso dicen, porque hago un disco cada año o año y medio. Hay gente que tarda mucho más, pero yo me considero a un vago que tendría que trabajar mucho más.

¿Cómo escogiste las composiciones de Beethoven que te han servido de inspiración?
Su obra es inalcanzable y yo me he centrado en las sonatas, las sintonías y los cuartetos. Me hice una playlist inicialmente de 8 o 9 horas que fui reduciendo hasta las dos horas y de aquí surgieron los samplers con los que he trabajado.


Mazoni es uno de los nombres más relevantes del nuevo pop catalán. Foto: Sergi Alcàzar

En la era de Beethoven, los creadores sólo tenían que centrarse en crear, por eso fueron tan prolíficos

Hay que destacar que no es un disco de versiones.
No, no lo es. Es un disco de canciones mías que tienen este elemento común, samplers extraídos de sus composiciones, en algunas más presentes, en otros menos.

Por su peculiaridad, es tu disco en que los arreglos están trabajados más detalladamente.
Cierto. También es el primer disco en que he trabajado con un productor, el Emili Bosch del grupo de electrónica b1nO. Ha hecho un trabajo brutal adecuando los samplers de Beethoven a la estructura rock de mis canciones.

Ya has presentado el disco con tu formación habitual: el bajista Miquel Sospedra y el bajista Aleix Bou, ahora con la incorporación del pianista Adrià Bravo; ¿pero por sus características, no te gustaría llevar estas canciones al directo acompañado de una orquesta?
Sería bonito, pero es muy difícil económicamente.


Mazoni es Jaume Pla, un compositor de canciones pop con vocación clásica. Foto: Sergi Alcàzar

No podría cantar en un grupo sin escribir las canciones o tocar la guitarra en un grupo sin escribir las canciones, pero sí que podría vivir escribiendo canciones sin tocar en un grupo

¿Podrías vivir sin hacer música?
No. A veces me noto cansado de hacer música, pero es momentáneo. O siento el vértigo este de haber hecho ya unos cuantos discos y me pregunto si hace falta que haga alguno más, que quizás ya he dicho todo lo que tenía que decir. Una vez pasa esta angustia sigo adelante. También me ayuda mucho encontrar un motivo, como explorar en la música electrónica como en Sacrifiqueu la princesa (Bankrobber, 2014) o ahora la obra de Beethoven.

¿Cuántas canciones has escrito?
En Spotify hay 110, que ya son unas cuantas. No tengo escritas muchas más, porque empiezo muchas pero acabo pocas.

¿Cuál es la mejor que has escrito?
Me quedaría con 10. Y de estas, 'Parte de un todo', del disco Carn, os i tot inclòs (Bankrobber, 2017).

¿Cuándo en el futuro alguien lea tu biografía, como te gustaría que te recordaran?
Como alguien que escribe canciones. Canto y toco la guitarra para dar vida a estas canciones. No podría cantar en un grupo sin escribir las canciones o tocar la guitarra en un grupo sin escribir las canciones, pero sí que podría vivir escribiendo canciones sin tocar en un grupo.