Si algún catalán no conoce a Vicent Sanchis i Llàcer (Valencia, 1961) es probable que no le interese la vida pública, que viva en estricta clausura o fuera de Catalunya. Sanchis es periodista. Le encanta serlo y que se note. Tiene kilómetros en prensa, radio y televisión, la mayoría en medios frágiles y quizás es esta experiencia que lo hace vivir a altas temperaturas y dejarse de romances: siempre sabes si sube, baja, está a punto de saltar por la barandilla o hacer que saltes tú.
Llega a la dirección de Televisió de Catalunya-TV3 en un momento tenso, tanto respecto a su presupuesto (reducido), su organización (antigua) como por la audiencia (que tiembla), la programación en general (vieja) y porque el Parlament ha reprobado su nombramiento —que el consejo de la CCMA ha ratificado. Se conoce que Sanchis hará de Sanchis. Ya ha hecho saber que si un programa no funciona, o cambia o fuera. Es lo que le ha pasado al concurso Tot o res, que se ha quedado en nada. En esta entrevista le cuesta esperar que acaben las preguntas. Algunas las acaba él, bien o mal, y responde chisporroteando, restallando, relampagueando.
¿Qué es lo que no piensa hacer?
TVC no puede ser excluyente. Tampoco puede ser insignificante, que no importe a nadie y a la que no se hace caso. Ese sería uno de los peores pecados.
Los expertos dicen que las televisiones líderes lo serán con porcentajes bajísimos de audiencia, que está súper fragmentada...
...y más que lo estará...
...la gente ve los programas como y cuando les da la gana, en móviles y ordenadores y no en el horario establecido...
...y por tanto los audímetros y el sistema de cálculo de la audiencia tendrán que cambiar, cuanto antes mejor, porque no refleja la realidad...
...de manera que la parrilla es un concepto que deja de tener sentido.
Sí.
Pero en TVC todavía se pone mucho el acento en la parrilla.
TVC, como todas las televisiones del mundo civilizado e incivilizado, es una productora de contenidos y cada vez lo será más. Nosotros hacemos programas y los colgamos en una parrilla convencional y también en formato digital en nuestra página web. La gente joven tiene tendencia a consumirlos digitalmente. Eligen un programa, escogen a qué hora quieren mirarlo; hacen pausas, no admiten publicidad, etcétera. Al mismo tiempo hay gente, los que tienen más de 45 años, que siguen mirando la televisión convencional, que es la que reflejan las audiencias y la que consideran las empresas de publicidad y los anunciantes. Con todo eso tenemos que convivir. Tenemos una televisión con parrillas fijas y al mismo tiempo hay que ir fabricando contenidos que tienen que difundirse con todas las posibilidades que dan las nuevas tecnologías.
¿Pero qué tipo de contenidos? Los que hacen imbatible a la televisión (directos, series, informativos...) son todos muy caros. ¿Cómo recupera TV3 el liderazgo?
Con talento. Sus recursos humanos pueden hacer que gane. En esta santa casa hay mucho talento. Se han hecho cosas magníficas y se seguirán haciendo cosas magníficas. En cambio, los recursos han ido disminuyendo. Eso explica algunos de los males, solo algunos, que ahora sufre esta casa. Como TVC tiene que continuar, junto al talento harán falta recursos públicos que garanticen nuestra competitividad ante televisiones que tienen un ámbito mucho mayor, el Estado, y que cuentan con más publicidad.
En los últimos cinco años, Netflix y Amazon, que no son televisiones, se han convertido en los dos primeros productores de contenidos de los EE.UU.
Cómo cambian las cosas, ¿eh?
Pues sí. ¿Qué significa que TV3 tiene que hacer programas?
Vale la pena hacer programas. ¿En diez o quince años seremos individuos completamente estandarizados, anglosajones, o seguiremos siendo catalanes? Pues si todavía somos catalanes, de alguna manera debemos tener unas referencias propias, una manera de entender el mundo propia. Si esta manera de entender el mundo viene sólo de Netflix o de Google nos quedaremos sin ella. Ahora hay una ola brutalmente uniformizadora y anglosajona. Vendrán otros momentos. Por lo tanto, conviene hacer programas. Las series ¿las hacemos nosotros o las hacen estos señores de Netflix?
No lo sé. También puede hacerlas una productora local.
Ah. Usted va complicándolo todo cada vez más. Resulta que nosotros somos el ombligo del mundo y lo lamento, porque encima me ha tocado a mí ser el reombligo... Quiero decir que tenemos un papel importante que otros operadores privados no cumplen bien: impulsar la producción audiovisual propia del país.Producir nosotros y dar cabida a lo que producen las empresas de este país son dos funciones básicas que TV3 no puede perder de ninguna manera.
Tome el caso de Hat Trick. ¿Qué sentido tiene? Los futboleros lo tienen todo en las redes sociales. Los goles, las jugadas, muchos buenos comentarios... Una buena lista de futboleros de Twitter es difícil de superar.
Fácil. Usted se ha hecho un programa a la carta. Y cada vez más gente. Su menú tendría que incluir unos prescriptores, los que marcan opinión, de TV3. Porque nosotros interpretamos la realidad de una manera que a menudo es más honesta, más profesional, más completa. TV3 tendría que aspirar a que el Hat Trick esté dentro de su menú futbolero. Si renunciamos a eso no iremos bien. No irá bien ni la sociedad. Porque podría ser que usted se encuentre que quien interpreta la realidad considere que el Real Madrid es el equipo que debe ganarlo todo. Es un ejemplo infantil pero se entiende.
¿Qué piensa hacer al respecto?
Estamos hablando de un futuro que ya es presente, que nos obligará a desmontar las cosas y a hacer cambios brutales a todos los niveles. Yo tengo clara una cosa: todo será mucho más fugaz. También los cargos de responsabilidad. La gente tendrá que acostumbrarse a cambios que a cada momento desbordarán a quien los administre. Podemos prever un periodo de medio año, de un año... pero en un año seguramente habrá pasado algo que invalidará aquella decisión que hasta hacía poco parecía acertada. Si las empresas públicas o privadas quieren seguir funcionando tendrán que ser muy ágiles. Todo lo que quiero hacer en este momento responde a mi perfil y dentro de dos años habrán cambiado tanto las cosas que hará falta otro perfil para hacerlo mejor. ¿Tengo que preocuparme de cómo será la televisión dentro de cinco años o de responder a los retos que ahora mismo tiene TV3? Puedo prevenir, avanzar, alertar de lo que puede pasar dentro de dos o tres años. Pero habrá gente mucho más preparada que yo para resolverlo.
¿Cuánta gente de la plantilla de TV3 tiene menos de 30, 35 años?
Muy pocos. Muy pocos. La edad media de la plantilla de TV3 es de 47 años.
En el contexto que describía, ¿ayuda esta situación a TV3?
No es cuestión solo de edad. Puede serlo en algunos cargos. Lo que decía antes no es que tiene que venir una persona más joven para sustituirme, sino que vendrá alguien que se habrá especializado en algún aspecto que en aquel momento será clave. Pero eso no depende tanto de la edad. No es verdad que solo la gente joven entiende a la gente joven. Hay personas veteranas que están preparadas para adaptarse a los cambios y otras que no. Los que están preparados suman una cosa que no tiene la gente joven: experiencia. Pues de ellos es el reino de los cielos.
En el último contrato-programa firmado con el Govern se dice que el capítulo de sueldos y salariosde la CCMA debería representar el 35% de los gastos. Ya está en el 53%.
Los recursos que la Generalitat destina a TV3 bajan y el capítulo 1 [sueldos y salarios] es inamovible... Se ha movido, ya se ha movido, pero se tiene que entender que según qué cambios y según qué propuestas... Una televisión es también un estado de ánimo. Todas las empresas lo son. Tiene que hacerse compatible un estado de ánimo adecuado para trabajar los cambios necesarios y adecuarse a la realidad. Aquí se ha sufrido tanto los últimos años para hacerlo... Ahora el momento pide que el estado de ánimo sea de calma.
¿Y en el futuro?
En el futuro hará falta poner el estado de cuentas al lado del estado de ánimo y tomar decisiones pactadas, siempre pactadas. Si no se pactan nos pasará como a la Generalitat valenciana [se refiere al cierre de Canal 9 por el gobierno del PP], que tomó una decisión que ahora ha revertido porque no era buena. Habrá que encontrar el equilibrio con la gente que trabaja en TV3 para que su estado de ánimo dé para producir buena televisión y adaptarse a los cambios que vendrán... también en el capítulo 1. Pero bueno, eso ya es cuadrar el círculo. En este punto si que quizá hará falta gente más sabia.
No hay muchas alternativas para cuadrar el círculo: menos trabajadores, salarios menores o más ingresos, sea por publicidad o vía presupuestos.
Han bajado mucho más las partidas de otros capítulos que las del capítulo 1. Además, cae la publicidad. Todo eso llevará a un momento en que alguien volverá a poner sobre la mesa [los sueldos y salarios]. Pues que Nuestro Señor lo ilumine porque es muy complicado, muy complicado. Ya lo han visto quienes lo han intentado en TVC y en Catalunya Ràdio. Es muy, muy complicado administrar rebajas, reajustes, mermas. Muy complicado. Además tienes que hacerlo pactando, no puedes hacerlo de otra manera. Llegará el día en que los comités de empresa y la misma empresa llegarán a acuerdos que no habrá más remedio que hacer, acuerdos que seguramente hoy son impensables. Deje que pase un tiempo.
¿Sabe aquello del pasajero de United? Había pagado el billete y lo sacaron del avión a la fuerza para hacer sitio a un empleado de la casa.
Qué mala leche tiene usted.
Lo digo porque se le tiene que explicar a los ciudadanos que esta tele se hizo hace 30 años...
...y que los tiempos han cambiado, ¿verdad? Pues eso ya lo harán ustedes desde la prensa, porque aquí dentro, las posiciones y las opiniones siempre serán de parte. Esta es una empresa necesaria para el país, al que le hace falta una televisión pública fuerte. Cuando llegue un momento de conflicto, la responsabilidad de los medios será explicar las cosas como son, pero también evitar encrespar las posiciones para que se puedan arreglar.
Pero los patrones de TVC están en el Parlament, que reprobó su nombramiento como director.
TV3 es un artefacto político. Cualquier medio de comunicación, y si es público mucho más, es un artefacto político. Nosotros tenemos que velar por cosas que otros medio no. Por ejemplo, que se de el mismo trato a los diferentes representantes de la soberanía popular que vienen a esta casa. No porque haya cuotas, sino para que todas las sensibilidades aparezcan en pantalla y sean bien tratadas. Todo ello hace que las tensiones en TV3 sean tensiones políticas y parlamentarias. Además, nos pasa en un momento político complicadísimo. Total, que me ha tocado recibir golpes de todos lados. Bien, ya lo sabíamos. A quien venga detrás le volverá a pasar lo mismo. Es una buena noticia porque no dejamos indiferentes a nadie. Enhorabuena. Hay ofertas televisivas en este país, también públicas, que cuando cambia al director no pasa nada ni se preocupa nadie.
¿Por qué TV3 no es líder en todo lo que es digital en Europa? ¿Esto no está más relacionado con el talento que con el dinero?
Lo lamento, pero no. En Catalunya tenemos unas infraestructuras en investigación genética o del cáncer donde hay mucho talento y el talento se compra. Una persona que tenga mucho talento puede trabajar aquí como el señor Mas-Colell, que un día pensó que su retribución ya le daba igual. Pero hay muchísimos Mas-Colell jóvenes que quieren más recursos y más satisfacción económica, que encuentran fuera. Aquí en TV3 se podría hacer un laboratorio digital de nuevísimas tecnologías si tuviéramos los recursos. El talento lo encontraríamos: dentro hay muchísimo y el de fuera lo compraríamos. Esta casa tiene ahora una plantilla inamovible, que no se puede tocar, que no puede crecer, por imposiciones del Govern y del Parlament, imposiciones que han afectado a toda la Administración pública. Algunos pueden y otros no pueden hacer eso que dice usted. Tendríamos que crear una área diferente y solo se puede hacer con más recursos.
¿Cuánta gente trabaja en TV3?
Entre 1.800 y 1.900 personas.
¿No son bastantes?
Esta es una tele pensada en los años 80. Pero se ha complicado. TV3 ha generado canales nuevos, dinámicas nuevas, equipos diferentes... y eso hace que haya situaciones raras que estamos intentando arreglar. Una situación rara es que, a veces, en un concierto o en un acontecimiento deportivo, te encuentres hasta tres equipos, que pueden ser de TV3, del canal de deportes, del Canal 33 o del 3/24. La casa se ha extendido, se ha complicado con más oferta, más canales. Eso hace que a veces se creen contradicciones, errores o saturaciones. Las estamos tratando.
Se sale por la tangente.
Si me dice que somos muchos para hacer una televisión actual, yo le digo que cualquiera que haga una televisión actual la haría diferente, porque si no seríamos tontos. Pero tenemos lo que tenemos y mi función es gestionarlo de la mejor manera posible, generar ambiente de creación y no complicarlo más.
¿Tiene TV3 los perfiles profesionales que reclaman los tiempos actuales?
Por parte de la empresa y de la gente le puedo decir que hay muy buena voluntad de reciclarse y adquirir nuevos conocimientos. Lo tenemos que hacer mejor porque es clave. Es obvio. Antes te formabas e ibas progresando de una manera pausada y ahora te tienes que formar, reformar y contra-reformar cada año. Esta casa es consciente de ello y lo hacemos dentro de nuestras posibilidades. Es un buen aspecto a trabajar. Podría ayudar a resituar a muchas personas de valía que ya no tienen lugar en lo que hacían y sí en nuevos trabajos que vienen y que vendrán.
Un caso concreto son los informativos de la radio y de la televisión. ¿Se están integrando?
Lo hacen. Pero hay resistencias. En algunos casos son perfectamente lógicas y en otros, no tanto. Todos queremos tener a periodistas que sirvan para todo y a veces los periodistas solo sirven para lo que hacen. Si los pones en otras tareas, no las hacen porque no saben y matas aquello que hacen, porque dejan de hacerlo. Los cambios que vienen son enormes, rapidísimos, brutales y la gente que se puede adaptar és más bien escasa. Estamos en ello.