Xesco Reverter. TV3. Washington... En el imaginario periodístico, pocos trabajos tienen el pedigrí de la del corresponsal en un país extranjero. Más todavía si tu misión es cubrir informativamente aquello que pasa en la primera potencia mundial. Es lo que Xesco Reverter ha estado haciendo estos últimos cinco años, del 2017 al 2022, desde Washington. Periplo norteamericano que ha coincidido con la presidencia del inefable Donald Trump. "Han sido los años más convulsos en los Estados Unidos desde la década de los sesenta", confiesa ahora ya de nuevo en Barcelona. "Sumamos toda la convulsión social por la muerte de George Floyd con la llegada de un presidente muy caótico y errático, más un asalto al Congreso que no había pasado nunca antes a la historia. Toda la presidencia de Donald Trump fue de una efervescencia en crecimiento constante, para acabar de explotar todo en sus últimos seis meses de mandato". Media década que ahora ha quedado recogida a Estats Units, el país de les contradiccions, un magnífico ejercicio de literatura periodística con el que ente decodifica las las interioridades del país de la tierra de los libres y el hogar de los valiendo.

He vivido los años más convulsos de los Estados Unidos desde la década de los sesenta

Todo eso con una pandemia mundial por el medio.
Exacto. He tenido la suerte de vivir en los Estados Unidos en un momento clave de su historia. Todos los momentos son inéditos, pero que se produjeran tantos en un espacio de tiempo tanto pequeño es excepcional. Ha sido como haber vivido la caída del Muro de Berlín o estar en Moscú el año 1991 cuando cayó la Unión Soviética.

¿Qué es lo último que hiciste tu último día a los Estados Unidos?
Fue al día siguiente de la sentencia del Tribunal Supremo en que se derogaba el derecho al aborto. El país estaba en estado de choque. Hice un par de crónicas ante el Tribunal Supremo, donde coincidieron manifestaciones a favor y en contra de la sentencia. Fue... simbólico. Aquella sentencia remachaba el clavo de una tendencia que llevaba el país desde hacía tiempo: la América conservadora imponiéndose sobre el resto. Y este fue el gran éxito para ellos.

Xesco Reverter acaba de publicar Estats Units, el país de les contradiccions / Foto: Montse Giralt

¿Eras consciente de este extraordinariedad cuando estabas allí?
A mí las crónicas me gusta hacerlas añadiendo un contexto y una perspectiva histórica. Por eso era consciente de la magnitud de lo que estábamos viviendo. Recuerdo, por ejemplo, las protestas por la muerte de George Floyd. El centro de Washington estaba tapiado y el ejercito estaba en la calle. La misma realidad te hacía abrir los ojos. Una sensación que he reforzado escribiendo el libro. Ahora rememoro el asalto al Capitolio y todavía no me lo creo.

Los Estados Unidos, un país de qué, por la influencia de la cultura popular: cine, música, literatura, creemos que lo sabemos todo, pero si rascas, sus dinámicas como sociedad nos son totalmente desconocidas.
Y este es el objetivo del libro. Todos hemos consumido mucha cultura americana, pero es un país con miles de capas y problemáticas. Desde aquí nos podemos imaginar que la comunidad afroamericana sigue sufriendo discriminación en razón de raza, pero cuando estás allí te das cuenta de que la problemática de la discriminación es muy grave a todos los niveles. Ser corresponsal a los Estados Unidos me ha permitido entrar en casa de todo el mundo y escuchar todas las versiones de problemas como este, pero también el de las armas o el del auge del trumpismo. Cada vez estamos más polarizados con nuestras ideas y también es importante escuchar los otros aunque no te guste lo que digan. Con el intercambio de opiniones también aprendemos.

Todos hemos consumido mucha cultura americana, pero es un país con miles de capas y problemáticas

Recuerdo una conversación con un músico que me decía que existían unos Estados Unidos formados por las grandes ciudades de la Costa Este y el Oeste: Boston, Nueva York, Filadelfia, Washington, Los Ángeles, San Francisco, Seattle, Portland y Chicago y otro país que es todo lo que queda en medio.
Esta es la visión que tenemos pero se tienen que añadir muchos matices. Por ejemplo, Tejas es uno de los estados más conservadores de los Estados Unidos pero al mismo tiempo hay una ciudad como Austin que es de las más abiertas y tolerantes del país. Todo un oasis. En el otro extremo tenemos el estado de Nueva York. La ciudad es altamente progresista, pero los condados más rurales son super conservadores. Y el mismo Washington y Maryland o Virgina.

O California.
Otro buen ejemplo. Es tiene la idea de que es un estado altamente progresita, pero la realidad dice que también hay Aries que es ultraconservadoras. De hecho, las ideas más locas de los conspiranoicos conservadores provienen de California.

Un país, los Estados Unidos, que vende la idea de ser el más moderno del planeta, pero que al mismo tiempo también es de los más retrógrados y conservadores, manteniendo muchos de los idearios de los primeros colonos.
Me ha sorprendido cómo el espíritu de aquellos primeros colonos perdura. El carácter de aquella gente todavía impregna a la sociedad norteamericana. Una gente que huía de la opresión de la vieja Europa para empezar un nuevo mundo donde poder rezar a quien quisieran y expresar lo que quisieran expresar. Una idea que ha ido perdurando de generación en generación.

Xesco Reverter ha sido el corresponsal de TV3 durante cinco años en Washington / Foto: Montse Giralt

Una idea aparentemente atractiva.
Una de las cosas buenas de los Estados Unidos es que realmente puedes ser libre. Tolerancia no es la palabra porque pueden ser muy intolerantes, pero sí que te respetan tal como eres. La libertad de expresión es un derecho irrenunciable a los Estados Unidos. Y la extrema derecha, que son los que ahora tienen el poder, aunque actualmente no mandan, son los primeros que la defienden. El fenómeno de las fake news justamente nace de esta libertad para decir lo que quieran sin límites. Y todo viene de la herencia de aquellos primeros colonos.

En los Estados Unidos y en todo el mundo, la extrema derecha para propagar sus mensajes nocivos se está apropiando de unos formas radicales teóricamente y hasta ahora más propias del anarquismo y la extrema izquierda.
Son unos expertos en atizar el miedo insistiendo que esta libertad está en peligro. Es el mensaje del miedo: hacerte creer que la América en que creías que vivías y tenías idealizada está en peligro de extinción porque están atentando contra tus derechos más fundamentales. Y funciona, porque hay una parte de América que vive atemorizada. Y cuando Trump dice que tienen que estar alerta porque con Joe Biden llegará un gobierno comunista, se lo creen. I Biden tiene de comunista lo mismo que yo de cura.

En el fondo es lo mismo que está predicando Vladimir Putin.
Con la diferencia que el enemigo de Putin es exterior y para los Estados Unidos más conservadores, el enemigo es interior. Para ellos hay una América que se quiere comer a la otra América. Y el problema real es que no saben reconocer una realidad: el país está cambiando y cada vez es más diverso. Pero la actual mayoría blanca que acabará siendo minoría está intentando retrasar este momento.

El problema real es que no saben reconocer una realidad: el país está cambiando y cada vez es más diverso. Pero la actual mayoría blanca que acabará siendo minoría está intentando retrasar este momento

Un discurso de la élite.
No, hay mucho base en la clase trabajadora que antes votaba democrata y se han pasado a las teorías republicanas.

Élite en tanto que población blanca que nunca ha visto peligrar sus derechos civiles.
Y ahora se sienten amenazados, cierto. Y ante esta situación podrían haber abrazado la diversidad y enriquecerse cultural y socialmente. O atrincherarse en sus privilegios, que es lo que están haciendo.

El diferente, la minoría, siempre es el blanco más fácil para atizar el miedo.
Y Trump es excelso polarizando la tensión.

No fue el primero. Antes de la aparición de Trump ya había entrado en escena el Tea Party.
Una corriente dentro del Partido Republicano muy conservadora, liberal y racista. Porque el Tea Party nació como respuesta a la elección de Obama como presidente. Fue una reacción a la investidura de un presidente negro. Y eso que Obama no era un hombre de izquierdas, pero su figura generó mucho rechazo entre las bases conservadoras.

Xesco Reverter nos descubre las contradicciones de los Estados Unidos en su primer libro / Foto: Montse Giralt

Trump se volverá a presentar a las elecciones presidenciales.
Eso dicen. Todo apunta que el día 14 lo anunciará oficialmente.

¿Ganará?
Lo tiene todo de cara para ser el candidato republicano, aunque tendrá algún rival como el Gobernador de Florida, Ron Desantis, que es alguna cosa así como un Trump en miniatura. Eso y que tiene varios procesos judiciales abiertos. Y si lo condenan ya no se podría presentar. Pero Trump lo intentará y, en las primarias republicanas, parte como favorito.

Es una bomba de humo: vende una historia de éxito pero su vida esta llena de quiebras y fracasos.
Pero la gente compra su relato porque piensan que es el primer político que habla como ellos y dice lo que quieren escuchar.

La ideología de Trump es el mismo Trump.
Él mira por él. Y si se vuelve a presentar no es por el país sino porque tiene el ego herido por haber perdido las últimas elecciones. Trump es un hombre que nunca reconoce derrotas. Y si quiere volver es por venganza. Es un tema personal.

Si Donald Trump se vuelve a presentar no es por el país sino porque tiene el ego herido por haber perdido las últimas elecciones

Pero los americanos también llevan este carácter al ADN, ellos no vienen a participar sino a ganar.
¡Sí! Y por eso Trump también gusta. Por esta idea que vende de triunfador. Ven optimismo: somos la hostia y si me votáis lo seguiremos siendo.

Respuestas fáciles a preguntas complicadas.
Exacto. Es un populista de manual.

Una de estas preguntas es como acabar con el racismo en la sociedad norteamericana.
Hay un dato demoledor: uno de cada tres hombres negros pasará por la prisión alguna vez a lo largo de su vida. La cifra entre los blancos es uno de cada catorce o quince, que ya me parece una barbaridad, pero nada comparado con la población afroamericana. La injusticia en la escala es flagrante. Y eso que hay una ley de 1965 que dictaba el fin de la segregación. Pero desde entonces han cambiado muy pocas cosas.

Con todo lo que eso implica: en muchos estados no puedes votar si has tenido causas penales.
Por lo que uno de cada tres negros no podrá votar. Los republicanos lo defienden argumentando que la ley es la misma para todo el mundo. Es la facilidad que tienen los conservadores para vestir causas objetivamente inapelables. Pero la realidad es otra.

Hablando de racismo... Ya no lo recordamos pero Trump promovió el muro que separa Estados Unidos de México... ¡Y lo hizo pagar a los mexicanos!
Sin embargo, visto desde su perspectiva, el muro ha sido muy efectivo. Gracias al muro la entrada de emigrantes ilegales ha disminuido muchísimo. Un problema real que los demócratas nunca han querido encarar como es debido.

Pero un muro no puede ser la solución.
No sé cuál es, porque es un problema muy complejo. Más cuando hay una falta de mano de obra enorme. Estados Unidos, con un 3% de paro, necesita millones de trabajadores. El día que los latinos haga una huelga, el país se paralizará.

¿Cuál es la situación de la comunidad latina en cuestión de derechos civiles?
Primero destacar que la comunidad latina ya representa un 18% de la sociedad americana delante del 13% de la comunidad negra. Su situación es diferente, porque aunque la gran mayoría son inmigrantes no vienen de tan abajo. Creo, y es una impresión personal, cuando llegan, tienen más facilidad para integrarse, y al cabo de una generación, consiguen subir un peldaño a la escala social. El negro nace pobre y muere pobre. El latino progresa a golpe de trabajar mucho. Y en los Estados Unidos, si tienes dinero, las cosas cambian.

Una de las otras grandes preguntas a encontrar respuesta es el problema de las armas.
Pero para los partidarios, el problema no es la posesión de armas sino el mal uso que se hace. La segunda enmienda de la constitución americana habla justamente del derecho a tener armas. Una enmienda, sin embargo, del siglo XVIII en un contexto completamente diferente.

Y entonces proponen soluciones que no pasan por políticas educativas sino, todo lo contrario, armar a los profesores de los colegios.
Hoy por hoy todavía no han armado a los profesores pero sí que hay mucha más seguridad en las escuelas: arcos detectores de metales, miembros de seguridad armados vigilando las aulas... Eso incluso en los distritos más progresistas.

Y la otra pregunta es la de las drogas, pero las drogas legales, la de los medicamentos que cada año matan centenares de miles de americanos.
Es una verdadera pandemia provocada por la avaricia de una familia de farmacéuticos. Cada año mueren cien mil personas por el abuso de opioides y el sistema lo permite.