Imaginart gallery vuelve a descubrirnos una artista musulmana muy poco conocida en tierras europeas. No hace mucho, acogió la obra de Rada Akbar (Afganistán, 1988), después de Zoulikha Bouabdellah (nacida en Moscú, pero de origen argelino, 1977) y actualmente expone la obra de Aidan Salakhova, artista de Azerbaiyán nacida también en Moscú en 1964.
Explorar el cuerpo, conocer el alma
Salakhova resignifica el hiyab para transmitir el principal mensaje de su obra: incentivar a las mujeres a conocerse a ellas mismas y encontrar la verdad en cada una. El hiyab simboliza claramente que el mundo está dominado por el deseo de los hombres, y que excluye el de las mujeres. Salakhova rompe con los cánones presentando a mujeres desnudas a quienes el hiyab solo los cubre la cara y los pechos hasta medio pezón, dejando a la vista las partes más sensuales del cuerpo femenino. El artista de Azerbaiyán piensa que la exploración del propio cuerpo es el primer paso para llegar al pleno conocimiento del alma. En todas sus obras, las mujeres salen con el rostro tapado, evitando el retrato, con el fin de dirigirse a todas ellas y no personalizar el mensaje.
Salakhova resignifica el hiyab para transmitir el principal mensaje de su obra: incentivar a las mujeres a conocerse a ellas mismas y encontrar la verdad en cada una
Todo este pensamiento tiene una carga erótica a la vez que espiritual. Por una parte, en muchas de sus obras se intuye una forma vaginal y ninguna imagen muestra las partes más íntimas del cuerpo femenino, solo las deja entrever como insinuación. Si incluye el sexo femenino, lo tapa normalmente por un rostro impersonal con el fin de apelar a este autoconocimiento. Por otra parte, es un pensamiento espiritual porque, de manera muy mística, aspira al descubrimiento de la identidad de una misma sin ninguna condición. Es decir, sin la opresión del hiyab, sin la condición del deseo masculino y evitando la sobreinformación. Algunas de sus obras representan libros abiertos donde no hay ninguna letra en las páginas. Siempre son hojas en blanco excepto algún dibujo, que a menudo es una escalera vista desde una ventana.
De hecho, el título de la exposición, L'escala daurada, homenajea esta idea, que resume muy bien la esencia de su pensamiento. La escalera es el símbolo de la ascensión hacia este conocimiento personal y se encuadra en una ventana de arco apuntado, para hacer referencia a la cultura árabe. La ventana, igual que el color dorado, remiten a la luz que se asocia a la revelación de la verdad. En la exposición se puede ver la representación de esta escalera tanto pictórica como escultóricamente. Da igual que Aidan Salakhova se exprese a través de la pintura, de la escultura o del arte gráfico; toda su obra siempre gira en torno a este mensaje alentador para las mujeres islámicas. ¡Eso sí, si queréis visitar la exposición, no os distraigáis y apresuraos que se acaba el 21 de julio!