Escritos atribuidos hasta ahora al abad Oliba habrían sido obra del gramático Guibert, según una investigación del catedrático de Paleografía, Codicologia y Diplomática de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) Jesús Alturo. Así lo ha defendido este martes en su lección de jubilación como profesor universitario en el Institut d'Estudis Catalans (IEC), Llegit en cartes molt velles, donde ha argumentado que obras como el Poema fúnebre del comte Ramon Borrell de Barcelona o el Poema dels comtes enterrats a Ripoll  fueron elaboradas por el gramático Guibert y no por el abad Oliba.

El catedrático ha reivindicado la figura del gramático Guibert, vicense "de adopción" que vino de Lieja ("el Atenas del Norte") para ocuparse de la enseñanza de gramática latina a la proto-Catalunya de la primera mitad del siglo XI. "Es un personaje conocido, pero insuficientemente estudiado, poco desde el punto de vista cultural y nada desde la vertiente de auténtico escritor de una obra de valor literario", ha dicho. Las particularidades gramaticales, léxicas y estilísticas presentes en los cuatro textos originales de carácter jurídico firmados por Guibert que se conservan y el estudio de una veintena de documentos en los cuales está mencionado han permitido Alturo trazar la importante huella cultural que dejó en el territorio y le atribuyó autoría de escritos latinos hasta ahora anónimos o que habían sido asignados a otros autores —como Oliba, conde de Berga y de Ripoll, abad de Ripoll y Cuixà, obispo de Vic y fundador de la Abadía de Montserrat.

El abad Oliba, gestor cultural

Entre los textos atribuidos en Oliba que el catedrático atribuye a Guibert hay obras como los ya mencionados Poema fúnebre del comte Ramon Borrell de Barcelona o Poema dels comtes enterrats a Ripoll, así como la Carta encíclica anunciando la muerte de Bernat de Tallaferro, hermano del abad, y la Carta de respuesta de Oliba a las condolencias de Gauzlí, arzobispo de Bourges y abad de Fleury. También sería obra del gramático la Respuesta de la catedral de Vic a la encíclica anunciadora de la muerte del abad por parte de los monjes de Ripoll, de la cual se desconocía el autor.

La cosa no se acaba aquí. De los dos sermones que se le atribuyen al abad Oliba, Alturo solo adscribe a uno: el de Sant Narcís de Girona, mientras que el de Sant Pau de Narbona no lo atribuye ni al abad ni al gramático. "Aunque no se le niega un alto nivell cultural, la aportación personal del obispo de Vic en el campo de la creación literaria quedaría matizada; ejerció más de gestor cultural que de autor literario", ha señalado el catedrático.

El gran nivel del gramático Guibert

Alturo considera que Guibert habría participado en la redacción de las constituciones de Pau y Treba que se establecieron contra la violencia ejercida por los nobles feudales contra los payeses y que Oliba introdujo a los obispados y condados catalanes. Este texto no había estado nunca atribuido a ningún autor, pero ahora el catedrático ha revelado que el gramático habría participado en su redacción, en colaboración con el abad. Guibert también fue el responsable principal de la edición crítica de las obras del poeta romano Virgilio, hecha en Vic con la colaboración de sus hijos, principalmente Berill. "Es poco lo que se ha conservado de los escritos que llevan su firma, pero son suficientes para demostrar las grandes capacidades y su superior nivel gramatical, léxico y estilístico de la lengua", ha dicho.

La colaboración de Guibert con Oliba habría sido muy estrecha hasta el año 1030, cuando su presencia pública se reduce significativamente (aunque no murió hasta 1054). Una de las explicaciones que propone Alturo es que el gramático fuera víctima de la envidia: "Da la impresión que, de la misma manera que Mozart tuvo un Antonio Salieri, él también tuvo uno". En este caso, el personaje de Salieri lo habría encarnado Ponç Bofill Marc, juez y hombre de letras, impulsor y director de la traducción al catalán del Liber iudicum y de la primitiva versión escrita de los Usatges.

Más de cien personas en la ultima lectio

El juez podría haber visto en peligro sus méritos por la presencia del recién llegado y haber utilizado la influencia de la condesa Ermessenda para reducir o eliminar el entusiasmo inicial como Oliba por Guibert. Sin embargo, Guibert no perdió nunca el respeto y la consideración de los más próximos a él: los canónigos de Vic, lo cual también lo hace pensar si esta menor presencia del gramático se habría podido deber a alguna enfermedad, o al retiro que habría comportado su dedicación a conseguir un texto máximo de correcto posible de la obra de Virgilio.

Más de un centenar de personas han escuchado lo ultima lectio d'Alturo, entre las cuales numerosas personalidades del mundo cultural, eclesiástico y político: el rector de la UAB, Javier Lafuente; la presidenta del IEC, Teresa Cabré; el arzobispo de Urgell, Joan-Enric Vives; la directora de la Biblioteca de Catalunya, Eugènia Serra; y el expresidente de los archivos eclesiásticos de España Josep M. Martí i Bonet.

¡Sigue ElNacional.cat en WhatsApp, encontrarás toda la actualidad, en un clic!