La periodista Evelyn Mesquida publicó en 2008 el libro La Nueve. Los españoles que liberaron París, una obra en que ponía de relieve el papel de los efectivos españoles en el ejército de la Francia Libre. Gracias a este texto, Francia reconoció el papel de los republicanos españoles en la defensa de la libertad frente a los nazis. Ahora, Mesquida pretende volver a conseguirlo publicado un libro sobre los republicanos españoles que lucharon en la Resistencia en el interior: Y ahora, volved a vuestras casas. Republicanos españoles en la Resistencia francesa (ed. Penguin Random House).
¿Por qué este título?
Hace referencia a un discurso que hizo De Gaulle en Toulouse, en 1944, en unos momentos en que se decía que el Partido Comunista quería tomar el poder. De Gaulle reunió a los resistentes antinazis y les instó a unirse al ejército regular francés, y les indicó que podían hacer eso o “volver a sus casas”. Esto me pareció tremendamente cruel. Los republicanos españoles, desde que llegan a Francia no tienen casa: pasan por los campos de concentración, después los envían a los campos de trabajo, que son campos de miseria. Viven en viviendas en condiciones pésimas, miserables… Están en barracones… Y más tarde, cuando se suman a la resistencia, su casa serán los bosques, las cabañas, las cuevas… ¿Cómo podía decir De Gaulle que volvieran a sus casas? Se puede entender que De Gaulle dijera esto por su desconocimiento de lo que pasaba en Francia. Pero no deja de ser muy cruel. Porque la mayoría no tenía ninguna casa donde volver, ningún sitio adónde ir, ya que en España se mantenía la dictadura.
La mayoría de los republicanos no tenía una casa donde ir
¿Cómo empezó a trabajar sobre los españoles en la Resistencia francesa?
Yo tengo un libro sobre La Nueve, la unidad militar que luchó desde el principio de la guerra, que liberó París y que estaba integrada por muchos españoles. Y mientras escribía ese libro ya empecé a tener contacto con el tema de los españoles de la Resistencia. ¿Qué pasó con los 500.000 españoles que cruzaron la frontera huyendo de Franco? Muchos acabaron en la Resistencia, pero no suelen aparecer en los libros sobre la lucha contra los nazis publicados en Francia. Como mucho, hay menciones aisladas. Los historiadores franceses no les daban relevancia. En algún punto hablaban de la “red Ebro”, sin mencionar que había españoles en ella. Ni siquiera decían por que se llamaba “Ebro”. Me dije que no podía dejar a estos hombres solos. Y empecé a trabajar sobre ellos. Tuve la colaboración de las familias de los resistentes, que me ofrecieron informaciones, y también fotos.
¿Los españoles fueron decisivos en la lucha contra los ocupantes alemanes en Francia?
Algunas historias de la Resistencia hablaban de españoles que estaban en el sur de Francia, pero al investigar el tema he encontrado a resistentes en todos los departamentos. Había por toda Francia. No sólo ayudaron a la Resistencia; en muchos sitios fueron ellos los que iniciaron la Resistencia… Incluso en Bretaña. Allí estaba Roque Carrión, al que llamaban Icare, que dirigía una red de franceses y españoles, y que terminó su vida como taxista. Muchos de ellos eran combatientes fogueados, que ya tenían experiencia de combate en la guerra de España y que para la Resistencia fueron muy importantes. Los franceses que he entrevistado que lucharon con ellos me explicaron que los españoles fueron los que les acogieron, los que les dieron armas, los que les enseñaron a tirar….
En España no ha habido ningún intento de recuperar la historia de los republicanos metidos en la Resistencia
¿Cree que en España se conoce suficientemente esta historia?
En España seguro que no. Hubo 40 años de ostracismo total con el tema. Y después se ha trabajado con dificultades. Yo empecé a trabajar sobre La Nueve en 1988. Entonces había poca gente que había trabajado el tema. Estaba Antonio Vilanova, que desde México había estado enviando cartas a todos los combatientes para obtener sus declaraciones, y que con sus testimonios publicó una obra en 1969. Y también Pons Prades, un catalán que había luchado contra los nazis. Gracias a ellos se puede reconstruir la historia. Han sido la base para que nosotros trabajemos el tema. No ha habido ningún intento oficial de recuperar esta historia… Me gustaría que con este libro se dieran cuenta de ello y rectificaran.
¿En Francia está mejor la situación de la memoria de los republicanos españoles?
Muchísimos republicanos españoles murieron por la libertad de Francia. Hubo miles de muertos; jamás sabremos exactamente cuántos. Y los que sobrevivieron se instalaron en muchos sitios de Francia. Y pese a todo han sido ignorados. Cuando publiqué La Nueve, en Francia se visibilizó la participación de los españoles en la Guerra Mundial. Pero hizo falta mucho trabajo para que el gobierno francés lo reconociera… Por fin, el presidente François Hollande mencionó públicamente el sacrificio de los españoles. Y el ministro de la Memoria lo dijo de forma muy bonita, en París, el Día de la Liberación: “Hace 70 años los primeros hombres de la Francia Libre que llegaron a esta plaza eran españoles”. Y reconoció su labor en nombre de la República Francesa. Me gustaría que con Y ahora, volved a vuestras casas sucediera lo mismo y se recordara a los resistentes españoles.
No parece muy satisfecha con las políticas de memoria en Francia…
Durante muchos años, la alcaldía de París conmemoró de la liberación de la ciudad sin ni siquiera reconocer la presencia de republicanos españoles. Finalmente, los reconoció un año y se les puso una placa. Yo esperaba que cada año estuvieran presentes en el homenaje, pero sólo se los recordó en el año que se puso la placa… Le dedicaron una calle a un luchador de La Nueve, Amado Granell, pero sin explicar lo que hizo. Peor: en la placa indicaban que era “militar”. Pero Granell no fue un militar. Era un civil que fue decisivo para la toma de París, pero que no quería ser militar.
Se debe reconocer la lucha de los que lucharon aquí, y que más tarde lucharon fuera
¿Cómo cree que podría solucionarse esto?
Para mí sería necesario que en las escuelas se explicara esto… Yo me he encontrado con cosas muy bonitas: hay estudiantes que han estudiado La Nueve en sus institutos, que han hecho canciones sobre ella… Pero esto siempre ha sido iniciativa de profesores aislados. Esto hay que hacerlo oficialmente. Y en España ocurre lo mismo. Si esto no se hace entrar en los libros de texto, si no forma parte de la historia oficial, sólo habrá una foto bonita y nada más. Quedará todo en una nube. Se tiene que reconocer la lucha de los que lucharon aquí, y que más tarde lucharon fuera.
¿No hubo los que lucharon contra su voluntad?
Sí, claro… Los pobres lucharon con Francia, quizá porque no les quedaba más remedio. Estaban encerrados, con Franco a un lado y en el otro los nazis. Pero usaron su experiencia bélica en la Resistencia, y eso sirvió mucho a los franceses. No hay nadie que lo cuestione. Entre los republicanos había dinamiteros excelentes, que hicieron saltar trenes alemanes. Sacaban la dinamita de las minas donde trabajaban y la usaban para hacer sabotajes.
En Y ahora, volved a vuestras casas, aparece un catalán muy especial, el ingeniero Santiago Rubió i Tudurí, el hermano de Nicolau Rubió i Tudurí…
Santiago Rubió i Tudurí era un gran ingeniero, un hombre muy respetado incluso por los franceses. Lo mandaron, junto a numerosos republicanos españoles, a construir el pantano del Águila (ahora llamado de la Resistencia). Fue él quien dio las claves para su construcción, porque los ingenieros franceses no conseguían acertar con el diseño. En realidad, él dirigía las obras, pero el mérito se lo llevaron otros, porque sólo figuraba como auxiliar. En estas obras había un gran número de republicanos españoles trabajando: aprovecharon su situación para organizar un grupo armado.
En esta obra debería haber centenares de nombres de mujeres
A lo largo de su investigación descubrió que las mujeres habían tenido un papel mucho más relevante en la Resistencia de lo que comúnmente se creía…
En el libro hay un capítulo que se titula “Las ignoradas”. Me parece importantísimo haber podido hacer este capítulo, y a la vez es muy triste sólo haber podido escribir esto. En esta obra debería haber centenares de nombres de mujeres, porque muchas mujeres colaboraron con la Resistencia. Ninguna red podía funcionar sin la participación de estas mujeres. Hacían de mensajeras, llevaban suministros, informaban de los movimientos del enemigo… Si las cogían los alemanes, las torturaban y las ejecutaban o las mandaban a los campos de concentración. Algunas empiezan a trabajar para la resistencia con 16 años, sabiendo que las pueden matar, torturar… Habían pasado por muchas cosas… Eran adultas, a sus 16 o 17 años. Y sabemos muy poco sobre ellas. No sabemos ni sus nombres. En la batalla de la Madeleine, producida tras el desembarco de Provenza, en 1944, treinta y pocos resistentes españoles vencieron a un millar de alemanes. Sabemos el nombre de todos los españoles combatientes, pero no sabemos el nombre de las dos mujeres que estaban allí. De una de ellas conocemos su cara, porque sale en una foto. De la otra, ni eso. No sabemos nada de nada de ella. Y Cada una de estas mujeres es la heroína de una película.
¿Qué pasó con los republicanos de la Resistencia al fin de la guerra?
Su futuro será la mina, el taxi… Al comandante Miguel Vera, un héroe de la Resistencia en la Alta Saboya, el ejército francés le propuso ir a Indochina, a luchar contra los rebeldes asiáticos, y le ofrecieron un ascenso, pero se negó a ello, porque dijo que consideraba que los indochinos tenían derecho a ser libres. Al fin, como un reconocimiento a su lucha, le autorizaron para vender helados en Nancy. Y se convirtió en un heladero de éxito allí.
Lo que los resistentes deseaban para sus hijos en España, al fin lo obtuvieron en Francia. Fue su revancha
¿Los resistentes españoles se asentaron en Francia al fin de la guerra?
Sí, porque lo que ellos deseaban para sus hijos en España (la cultura, el laicismo, la educación…), lo obtuvieron en Francia. Sus hijos estudiaron en la escuela laica, participaron en el mundo de la cultura… Vivieron en Francia como sus padres hubieran deseado que vivieran en España. Fue su revancha… Pero, a su vez, para los padres fue una tragedia… Acabó la Guerra Mundial y Franco se mantuvo el poder. Pero todos sus hijos se integraron muy bien en Francia. He conocido a muchos: son profesores, pero también hay diputados, periodistas, funcionarios… Gente muy bien integrada…
¿Los supervivientes de la Resistencia explicaron a sus hijos lo que habían vivido?
La mayoría no hablaron. Hay hijos que lloraban cuando yo los entrevistaba. Decían: “No sé qué hizo mi padre durante la guerra y ahora ya ha muerto y no lo sabré nunca”. En realidad, muchos prefirieron construir una nueva vida, porque no querían saber nada de España. Incluso algunos que sólo chapurreaban el francés hablaban a sus hijos en francés. No querían que sus hijos sufrieran por España. Les separaron de su pasado para que triunfaran en Francia. Algunos hijos, no obstante, tras la muerte de sus padres, han recuperado sus raíces.
Humillación es una palabra muy adecuada para explicar lo que sufrieron los republicanos españoles
¿Cómo definiría su experiencia?
La palabra “humillación” es muy adecuada. Habían luchado 3 años contra Franco, contra los alemanes, contra los italianos y contra los portugueses, y cuando llegan a Francia los humillan a muerte y los maltratan con las fuerzas coloniales. Y, cuando termina la guerra, los desmovilizan y permiten que Franco siga en el poder. Es importante, en el libro, ver los capítulos donde ellos hablan, porque allí es donde se puede ver lo que sienten…