Serenidad, ternura y elegancia. Estos son los tres pilares del nuevo liderazgo femenino que defiende a la periodista Patrycia Centeno en su nuevo libro Poderío, tres rasgos que ve perfectamente reflejados en la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, que en la víspera de Sant Jordi ha viajado a Barcelona para acompañar Centeno en la presentación de su ensayo. "Si no viene Yolanda, no hay presentación", ha bromeado la autora que ha recordado cómo la ministra de Trabajo optó en plena pandemia para dejar de chocar los puños para empezar a acariciarlos a la hora de saludar. La sala del Museo Europeo de Arte Moderno, vigilada por un cuadro, muy masculino, del infierno de Dant, estaba llena de rosa, un color a menudo ligando con la mujer y por eso mismo ridiculizado: rocía de la portada de Poderío, rosa en los vasos llenos de vermú, rosa en el vestido de Centeno y rosas rojas a manos del público, mayoritariamente femenino y entre el cual había la consellera Gemma Geis. La vicepresidenta ha compartido sus reflexiones sobre la importancia de las sonrisas, de dudar, de tener referentes a que no sean superheroínas y también de ir bien vestida para demostrar el respeto para una misma y también por los otros. Todo, ha repetido Centeno, la convierte en el ejemplo perfecto de este nuevo liderazgo.
Díaz ha protagonizado numerosos artículos sobre su cambio de estilo desde que llegó al Gobierno y especialmente a la vicepresidencia después de que Pablo Iglesias lo señalara directamente como su sucesora. Poderío, empieza, precisamente, hablando de la importancia de la moda en la comunicación política y en esta nueva manera de mandar, aunque Díaz rechace este concepto. El hecho de que una líder de un partido de izquierdas y comunista no tenga miedo de vestir bien le ha valido algunas críticas, sobre todo desde el bando de la derecha. Se ha convertido en 'La Fashionaria', tal como lo ha bautizado Federico Jiménez Losantos, un sobrenombre que han comprado los políticos más ultras. "Las derechas hacen una caricatura sobre la manera de vestir que tenemos las personas progresistas y tengo la sensación que hay personas de izquierda que les compran esta caricatura", ha lamentado Díaz, asegurando que quiere combatir esta manera de pensar. Por eso, 'La Fashionaria' opta por ignorar estos comentarios, "me lo tomo con distancia porque las personas que me llaman así no se merecen nada más" y advierte que a las derechas les encantaría que vistiera de otra manera: "Todavía me atacarían más".
Liderazgo femenino, pero también tóxico
Aunque el sobrenombre más extendido de Díaz entre los perfiles ultras de las redes es el de 'La Fashionaria', en honor a Dolores Ibárruri, otros, como Macarena Olona de Vox, opta por decirle 'Lady Paro'. Centeno no ha querido decir su nombre, pero ha dejado bien claro que pensaba precisamente en ella como contrapunto de Díaz, ya que el liderazgo de la diputada ultra, que no por femenino deja de ser tóxico. "Hay mujeres con un liderazgo más agresivo que los de muchos hombres", ha lamentado la vicepresidenta. En este sentido, se ha referido el retroceso a que se está viviendo en algunas autonomías como Castilla y León donde la ultraderecha ya ha entrado en el gobierno, donde de 12 consejeros, sólo 3 son mujeres: "Se puede ser de derechas, incluso de Vox, pero como puede ser que no haya 6 mujeres preparadas para entrar en el gobierno", ha preguntado entristecida.
A punto de empezar su gira por España con la intención de escuchar a la ciudadanía para preparar una nueva plataforma electoral de izquierdas de cara a las próximas elecciones generales, Díaz ha asegurado que en un futuro, el estado tendrá su primera presidenta: "Creo que es necesario y seguro que será así", ha augurado, mientras asegura que sueña en un país inclusivo que fala gallego, catalán y euskera. Un país gobernado desde la ternura. La ejemplaridad y la coherencia ("si soy ministra de Trabajo, no me compraré camisetas por siete euros, querría decir que alguna cosa no funciona), que ha destacado Centeno de la política gallega ha hecho, considera la autora, que se haya convertido en un referente dentro de un mundo hasta ahora dominado por hombres y donde las mujeres no tenían nadie "como ellas" en quienes mirarse. Díaz, que ha asegurado no tener referentes a la hora de vestirse más allá de evitar los estampados, si que ha recordado a su madre: "La perdí cuando era muy joven, era una mujer cuidadosa, humana, me ha enseñado a ser quien soy", por eso, ha rechazado los grandes referentes y ha pedido abandonar a las superheroínas para fijarnos con quienes tenemos más cerca.
La ternura de Díaz que ha destacado Centeno sólo empezar la presentación se resumen en su sonrisa, prácticamente permanente. "Tengo un problema, soy así en público y en privado. Le digo lo mismo al presidente del Gobierno que a un amigo. Se trata de ser como una es", ha reflexionado Díaz, que ha querido reivindicar la importancia de la sonrisa: "No hay nada más revolucionario. Se han escrito páginas y páginas sobre este gesto. Y cuando una cosa se cuestiona, es que tiene una fuerza extraordinaria", ha concluido.