Si estuviéramos en un casino y tubiéramos que poner todas las fichas a un color en la ruleta de los Oscars 2023, Todo a la vez en todas partes parecería, a estas alturas, la opción más segura para no marcharse a casa con los bolsillos vacíos. La inercia le juega a favor: durante las últimas semanas, el alocado viaje por los universos paralelos propuesto por los Daniels —Kwan y Scheinert— ha ido superando etapas de la carrera por la estatuilla dorada entre ovaciones, felicidad y galardones. Una detrás de la otra. La más indicativa, el parón en la etapa PGA (Producers Guild Awards): 22 de los últimos 32 ganadores de los premios del Sindicato de Productores se han llevado después el Oscar a mejor película. ¿Será el caso de la película que más nominaciones ostenta en los Premios Oscar de este año?
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Los favoritos de los Oscars 2023: esta es la porra de Revers en las categorías más importantes
El fenómeno in crescendo que ha vivido esta delirante aventura no parece tener traba: comedia guillada y drama familiar, acción y artes marciales, crítica social y diversidad, y más multiversos que los dominados por el Dr. Strange. La posible, probable, victoria de Todo a la vez en todas partes representaría los nuevos aires que se respiran en Hollywood. Los que han premiado con la estatuilla a mejor película filmes como Nomadland, Moonlight, Parásitos o CODA, que en otro momento no habrían tenido cabida en la gran fiesta de Hollywood, y que se explican por la renovación generacional de los votantes y la mayor heterogeneidad de miembros de una Academia que se resiste a perder comba en tiempo de Tik Tok y Youtube. Todo a la vez en todas partes fue, también, la triunfadora a los DGA (Directores Guild Awards) y a los SAG (Screen Actors Guild), los sindicatos de cineastas e intérpretes respectivamente. Tenemos que remover para encontrar un caso, uno, de una película que no se ha llevado el Oscar más importante después de hacer el triplete sindical: el caso de Apolo 13 es toda una anomalía.
Nuestra apuesta para ganar la mejor película es clara: Todo a la vez en todas partes
No le tendríamos que dar más vueltas. En todo caso, desde hace unos años se utiliza un sistema de voto preferencial que impulsa los títulos de consenso: el votante ya no escoge una entre las 10 nominadas, ahora manifiesta su orden de preferencia. Si una de ellas, cosa improbable con tantas candidatas, tiene más del 50 por ciento de votos como primera elección, ya hay ganadora. Si no, las menos votadas desaparecen del cuadro y las papeletas se van redistribuyendo en función de la votada en segunda posición, y así sucesivamente hasta que la futura ganadora llega a la mitad más uno de los votos.
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El sistema preferencial, pues, y la sobreexposición de la favorita, podrían romper las previsiones y encontrar un consenso que reconociera la trayectoria de un cineasta de referencia como Steven Spielberg con su personalísima Los Fabelman, o que valorara el papel de Top Gun: Maverick y de Tom Cruise como grandes salvadores del cine en las salas en época de crisis, cosa que la industria de Hollywood podría reconocer. En todo caso, la tendencia de los Oscars en los últimos años indica que han quedado atrás los tiempos de grandes superproducciones en que acumulan un puñado de estatuillas. Así pues, nuestra apuesta es clara: Todo a la vez en todas partes.
¿Quién se llevará la mejor dirección en los Oscar 2023?
Lo que decíamos. Los Directores Guild Awards premiaron a los directores de Todo a la vez en todas partes y la lógica dicta que ellos tendrían que ser los ganadores. Las casas de apuestas y los predictores que hacen fortuna (o, a veces, el ridículo) cada año pronosticando posibles vencedores coinciden con la porra de Revers en que solo Steven Spielberg podría dar sombra al triunfo de Daniel Kwan y Daniel Scheinert. Muchas menos opciones parecen tener Martin McDonagh, Todd Field y el sueco Ruben Östlund. Por una parte, Los Fabelman es la cima creativa y personal de un cineasta incomparable, que ha hecho más por la industria de Hollywood que todo al resto de académicos juntos.
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Por la otra, Spielberg tiene dos Oscars como mejor director (por La lista de Schindler i Salvar al soldado Ryan), y, si ganara, empataría con William Wyler (La señora Miniver, Los mejores años de nuestra vida, Ben-Hur) y se quedaría a un Oscar del mítico John Ford (El delator, La uva de la ira, Que verde era mi valle, El hombre tranquilo). Pero si aspiramos a acertar, por encima de los deseos de justicia, en nuestra porra apostamos por los Daniels. Sería la tercera vez en la historia de los galardones que la mejor dirección recae en una dupla de cineastas, después de Robert Wise y Jerome Robbins por West Side Story (1961) y los hermanos Joel y Ethan Coen por No es país para viejos (2007).
Brendan Fraser y Cate Blanchett como mejores interpretaciones del año en los Premios Oscar
En términos futboleros, esta sería la eliminatoria más igualada y donde, previsiblemente, radicará la emoción. De los cinco nominados, todos ellos con trabajos fabulosos, a mejor actor protagonista, diríamos que hay dos (Paul Mescal, por Aftersun, y Bill Nighy, por Living) que, a riesgo de comernos el pronóstico, podemos descartar. Todo parece indicar que la lucha estará entre la contenida y dúctil creación de Colin Farrell en Almas en pena de Inisherin, la sorprendente vampirización que Austin Butler hace del mito en Elvis, y el conmovedor comeback de Brendan Fraser en La ballena.
Si hacemos caso a la carrera de premios que nos conduce por la noche de los Oscar, los tres se han ido llevando reconocimientos: Farrell se llevó el Globo de Oro en categoría de comedia o musical, el galardón del National Board of Review y, antes, la Copa Volpi en el Festival de Venecia. El casi novel (cuando menos, con respecto a roles protagonistas en cine) Austin Butler ganó el BAFTA y el Globo de Oro en categoría dramática. Y de ganar Fraser, que viene de levantar el premio que otorga el SAG y el Critics Choice Award, haría bueno aquello que pasa de vez en cuando: un Oscar que acaricia el retorno de una antigua estrella caída en desgracia. Brendan Fraser es nuestra apuesta para llevarse el Oscar.
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En la categoría femenina protagonista pasa un poco lo mismo, con cinco interpretaciones fabulosas de cinco actrices mayúsculas. Y dos favoritas por encima del resto: todo indica que la cosa estará entre Michelle Yeoh, por Todo a la vez en todas partes y Cate Blanchett, por Tár. Menos opciones le damos a Michelle Williams por Los Fabelman, Andrea Riseborough por To Leslie y Ana de Armas por la arriesgadísima Blonde. En nuestra porra nos quedamos con Cate Blanchett, aunque podría irle en contra tener ya dos Mellar en casa (los ganados por El aviador y Blue Jasmine). La actriz podría igualar a Meryl Streep con tres estatuillas, por la que es, ya, su octava candidatura. Y se sumaría a premios como el BAFTA y el Globo de Oro a mejor actriz dramática.
Actores secundarios y película internacional en los Oscars 2023
Si hay una categoría que, a estas alturas, parece cantada es la de actor de reparto. La sorpresa sería mayúscula si el nombre del sobre no fuera el de Ke Huy Quan. Icono del cine de los 80 gracias a sus personajes en Indiana Jones en el Templo Maldito y Los Goonies, el actor de origen vietnamita ha vuelto al cine después de 20 años desaparecido, y, después de llevarse el Globo de Oro, el SAG y el Critic Choice Award, él tendría que ser uno de los muchos motivos de celebración del éxito de Todo a la vez en todas partes a la ceremonia. Todo indica que sus competidores (Brendan Gleeson, Barry Kheogan, Judd Hirsch y Brian Tyree Henry) se lo mirarán desde su butaca.
El Oscar a mejor actriz de reparto sí parece más disputado, y la cosa estará entre Jamie Lee Curtis, por Todo a la vez en todas partes; Kerry Condon, por Almas en pena de Inisherin, y una Angela Bassett que vuelve a las nominaciones casi 30 años después de hacer de Tina Turner en Tina, y que podría ganar el primer Oscar interpretativo por una película de Marvel con su trabajo en Black Panther: Wakanda Forever. Difícilmente lo ganen Hong Chau (por La ballena) o Stephanie Hsu (por Todo a la vez en todas partes). Si tenemos que apostar, lo haremos por Jamie Lee Curtis.
Y con respecto a la categoría de mejor película internacional, también hay una favorita clara. Todo parece apuntar hacia la producción alemana Sin novedad en el frente, fabulosa adaptación de la novela de Erich Maria Remarque, un poderoso alegato antibelicista que aspira a ocho Oscars más (también al de mejor película) y que se podría beneficiar de la campaña hecha por Netflix. El filme de Edward Berger es nuestra apuesta, aunque podría tener como principal competidor otro largometraje que sacude conciencias: Argentina, 1985, el filme de Santiago Mitre protagonizado por Ricardo Darín sobre el Juicio de las Juntas que llevó ante los jueces a los mandos de la sanguinaria dictadura que vivió el país entre 1976 y 1983. Un filme que ya se llevó el Globo de Oro. Muy pocas opciones le damos a la polaca EO, a la belga Close y a la irlandesa (y hablada en gaélico) The Quiet Girl.