Seguro que a todos se os hace presente el montón de mensajes de felicitación de la Navidad que recibís con este texto: Bon Nadal i feliç any nou. Es una fórmula estereotipada, pero tiene un problema: usar el adjetivo feliç (antepuesto) para desear bienaventuranza seguramente es un calco de la forma de hablar castellana. Fijaos que, en el habla espontánea, en otras expresiones similares la gente no dice feliç antepuesto (mientras que en castellano sí se hace). Por tanto, este mensaje de deseo de bienaventuranza con la palabra feliç probablemente es un castellanismo.

En este contexto de deseo de bienaventuranza, en catalán usamos bon. Por ejemplo, Bon viatge!, podemos decir al despedirnos de una persona. O, a dos recién casados, Que tingueu una bona lluna de mel! En festividades igual: Bon Nadal!, y también podemos exclamar: Bones festes! En cuanto a Año Nuevo (dicho también tradicionalmente Ninou, forma abreviada de decir any nou), en un mensaje de móvil podemos escribir Bon any nou! También podemos decirle a una amistad Que tinguis una bona entrada d'any. Para saludar decimos bon dia y bona nit. Incluso entre pescadores se podía decir Bon vent i barca nova!, expresión que ha acabado usándose fuera del mundo marinero.

En castellano, en ese contexto habitualmente dicen feliz. Véase: feliz Navidad, felices fiestas, felices Pascuas, feliz año nuevo, etcétera. Cuando en Andalucía celebran las fiestas de Nuestra Señora del Rocío, también suelen decir ¡Feliz Rocío! De forma similar, por la Virgen de la Almudena en Madrid podéis ver cosas como ¡Feliz día de la Almudena! Incluso pueden desear ¡Que tengas un feliz viaje! (o también un feliz regreso) aunque en este último caso también pueden decir buen viaje. Igualmente se puede oír ¡Feliz cumpleaños! Fijaos que, en catalán, para cumpleaños y situaciones similares se dicen otras expresiones, como felicitats, enhorabona o molts d'anys (esta última en Mallorca). Por tanto, en catalán no solemos decir nunca feliç (antepuesto) para desear bienaventuranza. Y si no usamos esta palabra en este contexto, no tiene sentido decir Bon Nadal i feliç any nou: simplemente, hablando normal, lo que sale es Bon Nadal i bon any.

Un castellanismo que han hecho entrar... ¡los profesores de catalán!

¿Y qué ha ocasionado esto? He aquí una explicación: el profesorado de lengua intenta imponer que no se pueden repetir palabras en un texto. Eso, que tiene sentido en una novela, no tiene sentido en otros contextos, por ejemplo en un informe técnico, donde la terminología es la que es y debe salir cuantas veces sea necesario. El resultado ha sido que entonces la gente cambió la expresión natural Bon Nadal i bon any por la acastellanada Bon Nadal i feliç any nou, no sea que saliera el profesor de lengua a regañarnos por repetir una palabra (bon).

Lo que sale de manera natural y espontánea es decir Bon any!, y jamás Feliç any!, que ya se ve que es una rareza. Por lo tanto, decid siempre Bon Nadal i bon any. Y dejad las instrucciones escolares que capan la forma natural de hablar.