El Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) y Fundación Foto Colectania han organizado la que se presenta como la mayor exposición de fotolibros que se ha hecho en Europa. Fenómeno fotolibro se hace eco del crecimiento del mercado de este tipo de libros. En los últimos veinte años, con la eclosión de las nuevas tecnologías, se ha disparado la creación de libros de fotografías, en algunos casos diseñados por el propio fotógrafo. Vicenç Villatoro, director general del CCCB, se ha mostrado extremadamente satisfecho, porque pese a que hace años que se pronostica el fin del libro, el libro de fotografías está pasando por un momento extraordinario, y demuestra la vigencia del libro con formato papel. La exposición se ha dividido en ocho capítulos expositivos, que se dividen entre dos sedes: el CCCB y el nuevo local de Foto Colectania, en el Paseo Picasso 14. Cada uno de los capítulos tiene su comisario, pero el conjunto de la exposición ha sido coordinado por Moritz Neumüller.
La foto que llega a todos
El libro de fotografías es, hoy en día, una de las formas más eficaces para popularizar el arte. Se trata de una forma de arte que apareció bastante tardíamente, hacia 1925, pero que desde entonces no ha hecho más que consolidarse, gracias a que permite difundir el arte de forma muy barata y rápida. Horacio Fernández, uno de los comisarios de la exposición, lo definía como "uno de los grandes inventos del siglo XX". Fernández asegura que, frente a un arte contemporáneo muy elitista y muy poco popular, "el arte del siglo XX será recordado más por los fotolibros y por las películas que por las pinturas o las instalaciones más modernas".
Foto Colectania toma relevo
Fundación Foto Colectania es una entidad privada que lleva quince años dedicándose a difundir la fotografía y el coleccionismo de fotografías. A lo largo de estos tres lustros, han organizado 45 exposiciones en su sede, 100 itinerancias de sus exposiciones, y más de medio millar de actividades. Se financia mediante apoyos de varios agentes del sector privado, encabezados por el Banco Sabadell, por aportaciones de sus socios, y por los ingresos que generan sus actividades. Ahora han decidido dar un paso adelante con la instalación en una nueva sede, en el Paseo Picasso, en un local que ha sido restaurado por Pilar Líbano y Jaime Pons, quienes han tratado de preservar al máximo los elementos del antiguo edificio (los muebles, los suelos...). Dispone de una gran sala de exposiciones, de una pequeña pero bien dotada biblioteca, de un depósito para la conservación de las fotografías antiguas, y de instalaciones complementarias. Los socios pueden acceder a las exposiciones y a la biblioteca libremente, y el público puede entrar pagando entrada (pero este domingo por la mañana se hará una jornada de puertas abiertas).
La biblioteca es el museo
El grueso de la exposición Fenómeno Fotolibro se presenta en el CCCB, pero en Foto Coletània se exhiben dos capítulos. El primero es "La visión del coleccionista": se trata de una selección de 57 fotolibros que el fotógrafo y coleccionista Martin Parr considera los mejores de su colección (y, también, los mejores de la historia). Algunas de estas obras se exponen en la Fundación, y las otras en el CCCB. En cambio, en la Fundación se presenta, entero, otro capítulo de la exposición: "La biblioteca es el museo", en que se vincula la biblioteca de algunos fotógrafos con sus fotografías. De esta forma, se confrontan fotolibros que tenían Manuel Álvarez Bravo y Gabriel Cualladó con sus propias imágenes para demostrar hasta qué punto los fotolibros que habían contemplado les influyeron. En el caso de Henri Cartier-Bresson, como no disponía de biblioteca, se exponen copias de libros que habían influido mucho al autor, a través de sus lecturas. El visitante podrá ver en la sede de Foto Colectania algunos libros icónicos, que han marcado a generaciones de periodistas: In the American West, de Richard Avedon, The Decisive Moment, de Cartier-Bresson (un libro considerado "la Biblia de los fotógrafos"), The American Monument de Lee Friedlander, The Mexican Portfolio de Paul Strand...
La propaganda y la protesta
Uno de los capítulos más inquietantes de la exposición es "Libros de propaganda versus libros de protesta", donde Gerry Badger analiza cómo, desde la creación del fotolibro, este ha estado al servicio del poder, pero también ha sido usado por los que se oponen a los que tienen el poder. Entre los libros más sorprendentes: unos fotolibros que los americanos lanzaban, incluso desde los aviones, con impactantes fotografías de los campos de concentración, para que todos los alemanes vieran las barbaridades que se habían cometido contra los judíos y otros colectivos. Pero hay muchos otros libros de propaganda: soviéticos, angolanos, franquistas... En el extremo opuesto encontramos libros de protesta: desde fotografías de denuncia de la represión contra los nacionalistas en Argelia, hasta protestas contra un submarino nuclear en Japón, pasando por la denuncia del sistema del apartheid en Sudáfrica o de la represión en la plaza Tian'anmen...
De William Klein a Japón
Uno de los espacios de la exposición está dedicado a un solo libro: Life is Good & Good for You in New York, de William Klein, una obra de 1956 que tuvo una gran influencia para todos los fotógrafos posteriores, entre otros, el catalán Xavier Miserachs, al que el MACBA dedicó una exposición el año pasado. Otro capítulo está dedicado a Japón, la nación de los fotolibros, uno de los países donde este formado ha tenido más éxito y donde se han generado publicaciones más originales.
Lo más moderno
La exposición se completa con un capítulo sobre las prácticas contemporáneas en torno al fotolibro, que se ha convertido, gracias a las nuevas tecnologías, en una carta de presentación a través de la que los fotógrafos noveles se dan a conocer. Algunos de ellos son destacados, como el Lobismuller de Laia Abril o una creación desplegable, con orden invertible, sobre su propia familia, de la fotógrafa Jana Romanova: Shvilishvili. Además hay un apartado, "Fascinaciones y fracasos", en el que destaca el apartado de "fascinaciones", compuesto por un collage de páginas de libros, catálogos y revistas no concebidos como libros de fotografías, pero que tienen una innegable calidad artística. A través de este capítulo, el comisario Erik Kessels se pregunta sobre dónde empieza y dónde acaba el fotolibro.
Al fondo
Esta es una exposición curiosa. Como reconocía el mismo Vicenç Villatoro, "no se trata de una exposición sobre un tema sino de una exposición sobre un formato". Y, por lo tanto, se trata de una exposición muy transversal, en la que es muy probable que cualquier lector encuentre muchas cosas que no le interesan y otros que lo atraigan. Uno de los problemas obvios es la adaptación del formato a una exposición. Los fotolibros son para hojear tranquilamente, y algunos de los libros que se exponen están cerrados en vitrinas (a veces se reproduce una muestra de algunas páginas en una pantalla). Si bien hay libros que son accesibles y se pueden leer "in situ", el visitante que ama los libros puede experimentar una cierta frustración al poder sólo ver las cubiertas de algunos ejemplares. Por eso, quien visite la exposición tiene que reservar un buen rato para contemplar la última parte, "Estación Beta. Fotolibros contemporáneos", una elección de los mejores fotolibros publicados los dos últimos años, escogidos por veinticinco expertos de los cinco continentes. Una selección fantástica. Aquí el visitante puede coger los libros, sentarse en una mesa, o en un puf, o sencillamente hojearlos mientras está de pie. Puede olfatearlos, palparlos, comprobar el tacto de su papel, verificar la calidad de su impresión y, sobre todo, disfrutar de sus imágenes, en directo, en vivo... Hay libros sobre los temas más diversos: historias de amor, álbumes familiares, protestas políticas, desastres ecológicos, guerras, ciudades, el drama de los refugiados... Con los formatos y los tipos de fotografía más diversos. Sería increíble que alguien no encontrara un libro que le gustara entre las decenas de fantásticos ejemplares que se acumulan en las mesitas. Mi favorito: Devotos, de Toni Amengual, un libro autoeditado en forma de acordeón donde se presentan, por un lado fotografías de militantes del PSOE en los mitines del partido y, por el otro, seguidores del PP en los actos de este partido. Pero visitando este espacio fantástico, cada uno puede encontrar su libro.