Muchas veces hemos considerado que un libro responde a una pregunta. A veces en una incógnita que no tiene respuesta y el libro es en sí mismo una formulación a la intemperie. Uriol Gilibets acaba de publicar Las fieras en La Segona Perifèria y parece muy interesante interrogarse por la génesis de la novela.

Este es el juego

Gilibets, personaje activo en X (Twitter para los amigos) es guionista de profesión para programas de televisión. Es una parte del pódcast Llegir y dirigió y presentó Una història de la literatura en TV3. Del personaje se desprende un dominio absoluto del código catódico. Sabe dónde encontrar el gag y sabe premeditarlo: de aquí la faceta de guionista. También se desprende un interés por la tradición literaria en Catalunya. Rápidamente, sin embargo, el espectador del programa de TV3 detectó que la ironía es su principal arma. Los episodios son monográficos de autores (el pódcast Leer, también), pero no se desarrollaban nada. Muchas veces llenaban con charlas vacías, con resúmenes para niños, banalidades... Gilibets es un amante de las rarezas y para él lo representan un todo. Quiere descodificar la singularidad humana que cada uno oculta. Si históricamente se ha olvidado Eugeni d'Ors, Gilibets le dedicaba veinte minutos a hablar de su pasado falangista, con testigos muy connotados del presente. Un carnaval televisivo, un grito a revisar la obra cada uno en su casa y a preguntarse realmente qué escribió Oros.

Uruiol Gilibets quiere descodificar la singularidad humana que cada uno oculta

El autor de Les feres ya ha anunciado que quiere escribir trilogía, y este es la primera parte. La editorial ha querido desmitificar de entrada el lugar donde pasa la acción, Sant Gonera, y situarlo en el Solsonès, comarca natal del autor, y de la mayoría de citas que nos invitan a la lectura (Roger Mas y Víctor Pérez). En la presentación del libro, Gilibets hacía evidente los referentes cinematográficos y literarios. Estructurales y estilísticos. Pero hay mucho más a decir. "Però bé, la bellesa no és pas el tema que ens ocupa", dice el narrador del libro. A medida que avanzamos en la lectura, aparecen personajes de todo tipo: el Mossèn Antoni (y su Sant Prepuci), la familia Peülles, Ramon Gibaler, el matrimonio Turbat, el Esbarzer y un largo etcétera. Los personajes van a remolque de la historia que está loca. El narrador, que se expresa en un registro sencillo muy similar al estilo del Gilibets presentador, acumula historias y anécdotas estructuradas en 13 capítulos.

El talento de guionista de humor se detecta perfectamente cuando leemos la novela de Uriol Gilibets. Cualquier solemnidad queda amenazada por una conversación intranscendente. Todo intento de seriedad, queda anulado en el instante. Este es el juego

Portada de Les feres, la primera novela de Uriol Gilibets

Se hace difícil hablar de argumento. Es complicado delimitar los temas que Uriol Gilibets ha querido dibujar. De entrada, podemos identificar el uso del recurso metafórico que imagina todo un mundo. También, el narrador focaliza la mirada de ciertos personajes con el fin de hacer más fácil la comprensión de lo que pasa en todo momento. Pero el intento de seguir la narración siempre fracasa, porque cualquier evolución lineal y estructurada de la novela se autoboicotea. Es decir, todo intento de convertir una discusión, una descripción o incluso un asunto queda falto de importancia. El lector sigue el dedo del narrador que marca varios caminos. Cuando el lector lo identifica, el narrador, con insistencia, desvía la atención. El juego grotesco se acentúa y el narrador se interpone.

Muy probablemente Gilibets se interrogaba si podía llevar al terreno de la novela un juego formal infinito en el contexto de un relato de apariencia neo-rural (cómo marca la moda) y con la sensación de masturbación lingüística

El talento de guionista de humor se detecta perfectamente cuando leemos la novela de Uriol Gilibets. Cualquier solemnidad queda amenazada por una conversación intrascendente. Todo intento de seriedad, queda anulado en el instante. Este es el juego. Vuelvo al inicio: muy probablemente Gilibets se interrogaba si podía llevar al terreno de la novela un juego formal infinito en el contexto de un relato de apariencia neo-rural (cómo marca la moda) y con la sensación de masturbación lingüística. ¿La pregunta que queda pendiente es si Gilibets quiere escribir una trilogía, cambiará la técnica? ¿La segunda puede tener forma de tratado médico o de biografía de un personaje histórico? ¿Nos hará viajar a un pasado remoto? ¿Se convertirá en un prosista realista insoportable y cursi? Esperaremos atentamente la propuesta de Gilibets mientras las fieras, días atrás, han aprobado las PAU en creatividad e imaginación.