"No me gustan mucho las ocasiones especiales, pero este es un concierto diferente". Ferran Palau actúa esta noche en la sala Paral·lel 62 (si no tenéis entrada, daos prisa, quedan pocas), y aunque no le guste, será una ocasión especial. Después de cinco años de actividad frenética en que no ha dejado de girar por nuestro país presentando algunos de los mejores discos publicados los últimos años: la triada Blanc, Kevin y Parc es indiscutiblemente sublime, nuestro catedrático en pop metafísico se despide temporalmente de los escenarios. Será el cierre de una etapa. Será el inicio de un nuevo capítulo en su trayectoria. No sabemos, no sabe cuándo volverá, pero nos promete que lo hará. Y eso ya nos reconforta. "No me gusta que se creen expectativas, estoy más cómodo en la normalidad absoluta. Estos conciertos no me entusiasman por la sensación de nervios que me crean, pero estará muy guay. Espero poder disfrutarlo".
¿No es un adiós para siempre, tan solo un adiós por un instante, verdad?
Ni siquiera es un adiós. Es una pausa, como haría cualquiera otro artista. Pasa que yo he tardado más en decidirme a hacerla.
Tus últimos cinco años han sido de una actividad frenética.
Estaba acostumbrado a ir con la zanahoria delante. He ido empalmando conciertos y discos sin descanso. Paro porque ahora lo que me interesa es provocar alguna cosa nueva. Una idea a que voy dándole vueltas desde la publicación de mi último disco, Joia, que es un álbum con que he querido cerrar una etapa. Hace tiempo que tengo claro que hace falta oxigenar el proyecto. Para mí, pero también por la gente que me sigue. Las cosas tienen ciclos. No quería que mi película estuviera eternamente en cartelera.
Paro porque ahora lo que me interesa es provocar alguna cosa nueva
Contrariamente a la gran mayoría de compañeros de gremio, a ti la pandemia, por el formato de tu directo, por todos los discos que has publicado estos últimos años, no te perjudicó. Más bien, todo lo contrario.
No me puedo quejar nada. He tocado todo lo que he querido y más. Es increíble que en un país tan pequeño como el nuestro, haya podido dar tantos conciertos. Podría seguir tocando y seguramente no me iría mal, pero creo que me irá mejor si hago este parón.
¿No sería honesto seguir tocando?
Necesitamos marcarnos nuevos hitos. Hacer músicas nuevas. Explorar nuevos terrenos. Rehacer nuestro repertorio para tener esta sensación de novedad. Cuando hace tantos años que tocas las mismas canciones una vez y otra, puedes cansarte, nosotros y el público.
Renovar ideas.
Me apetece mucho ponerme a trabajar en un disco nuevo y grabarlo|gravar sin estar de gira. Aislarme mentalmente y no hacer nada más que música y a ver qué sale.
Joia, ya lo has dicho, era el adelanto de este final. Un disco extraño porque era como el retorno al sonido de tus inicios en solitario. El adelanto del final de alguna cosa o el inicio de otra (que en realidad es lo mismo porque cuando cierras una etapa, inevitablemente, empiezas una nueva).
Es un disco extraño, cierto. Un disco muy austero. Son canciones que tenía allí y que tampoco sabía muy bien qué hacer con ellas porque no tenían cabida en el sonido de mis últimos discos. Y sí, Joia también ha sido un disco para hacer borrón y cuenta nueva. Y eso no quiere decir renegar de nada de lo que he hecho estos últimos años. Ni reinventarme para hacer una cosa diferente por el simple hecho de hacer una cosa diferente. De ninguna manera.
No hay nada que me haga más feliz que pensar que he aportado alguna cosa a una escena y un país
En estos últimos cinco años, también te has convertido en aquello que denominamos un artista de culto. Solo hay que escuchar iCat FM una mañana para darse cuenta de la influencia que estás teniendo en nuestra escena musical actual.
Sí, escucho muchas cosas que me recuerdan a lo que hago yo. Pero de aquí a ser un artista de culto... Creo que falta cierta perspectiva de tiempo para valorar mi obra. Ahora pasan tantas cosas todo el tiempo y todas, aparentemente, tan relevantes, importantes e históricas... Parece que todo sea trascendental, pero hace falta esta perspectiva. Ojalá que en el futuro se valoren mis discos, pero ya veremos. No hay nada que me haga más feliz que pensar que he aportado alguna cosa a una escena y un país.
¿Te gusta reconocerte en las canciones de los otros?
(Río) No lo sé, un poco sí y un poco no. Es una mezcla de sentimientos y sensaciones. Pero en general sí que me gusta, sobre todo cuándo son bandas o artistas más jóvenes que yo.
De hecho, a diferencia de muchos de tus compañeros generacionales, tú no solo has mantenido tu base de seguidores, sino que has sabido llegar a gente muy joven.
Este era un hecho que me ha preocupado durante años: si yo me hago mayor, y mi público se hace mayor, y tienen hijos, y dejan de ir a conciertos... Siempre he tenido en la cabeza mi padre explicándome que Jaume Sisa, y muchos otros nombres de su generación, lo habían tenido que dejar durante un tiempo porque no tenían público. Una escena que se hizo muy grande hasta que llegó un momento en que se encontraron que no tenían trabajo. Eso siempre me ha preocupado. Pero ver que llego a gente mucho más joven, y a gente mucho más mayor, también, me ha tranquilizado, porque me siento en la flor de mi creatividad. A ver si soy capaz de prolongarlo en el tiempo. Tampoco me he propuesto nunca hacer música especialmente para la gente joven, porque el resultado sería extremadamente patético.
¿Producir y trabajar con gente mucho más joven, como Carlota Flâneur, Iris Deco, Maria Hein o B1n0 te ha ayudado a aproximarte a su generación?
No creo que tenga nada que ver. Las producciones que hago para otros artistas es casi un sueño de fan. Poder incidir en la música de una artista que te gusta mucho, es una fantasía. Me encanta colarme en nuevos grupos y espacios de trabajo y ver qué sale de todo aquello. Es muy excitante. Sin embargo, aunque tampoco tengo en mente hacer una gran carrera como productor, si surgen oportunidades, me lanzaré.
¿Estás trabajando en alguna producción nueva?
Probablemente haré la producción del nuevo disco de Maria Hein, pero quiero centrarme en mi próximo disco.
Quiero volver a sentir esta sensación de inocencia creando música
¿Ya tienes material?
Hace un tiempo que vengo escribiendo cosas. Paso que esta vez son, sobre todo, ideas sin cerrar. Tengo planteamientos de canciones que se podrían nutrir tomando diferentes caminos. La idea es cambiar el sistema de grabación con que hemos hecho los últimos discos con Jordi (Matas, su guitarrista y productor) y Joan (Pons, su batería y líder del proyecto El Petit de Cal Eril). La idea es ir quedando para ir tocando las canciones y que estas vayan tomando forma. Un sistema mucho más similaral que seguimos cuando grabamos Santa Ferida o Blanc, unos años en que no tenía tantos conciertos y las grabaciones se alargaban mucho más. Quiero volver a sentir esta sensación de inocencia creando música.
No te gustan las ocasiones especiales, pero imagino que esta noche habrá sorpresas.
Pues no muchas (ríe). Louise (Sansom, su pareja y directora de su sello discográfico, Hidden Track Records) me insistía en preparar sorpresas para este concierto, pero es que a mí... las ocasiones especiales... (ríe). Tocar en Barcelona ya es un hecho especial. Y a partir de aquí, lo que tengo ganas es de dar un concierto normal acompañado de mi público. Habrá algún invitado, haremos un poco de Joia, tocaremos algún tema más antiguo que hace tiempo que no tocábamos, pero ya está.