La Festa per la Llibertat, convocada por Òmnium Cultural con motivo de la Diada, ha reunido esta noche, en el paseo de Lluís Companys de Barcelona, a miles de personas, en un ambiente festivo. Cuando ha acabado la manifestación, muchos de los participantes en la concentración se han dirigido hacia el Arc de Triomf para disfrutar de la música de Búhos, Mishima y Rumba Gipsy Cat.
Inicio rumbero
Antes del concierto ha recorridoo el paseo Lluís Companys un pasacalle rumbero, a la espera de que fuera llegando la gente que venía de la manifestación. Rumba Gipsy Cat, que ha abierto el espectáculo, ha caldeado el ambiente a ritmo de rumba, donde no han faltado los temas más clásicos del género, como el Sarandonga o el Rascayú, ni las interpretaciones rumberas de temas conocidos como el Paraules d'amor de Serrat. Incluso han interpretado una versión rumbera de la sardana La Santa Espina, y los palmeros han rimado el "Som i serem gent catalana, tan si es vol com si no es vol". Pero uno de sus éxitos ha sido el tema más político de su repertorio: "Rumb a la llibertat", que ha cerrado el concierto, con el público y los músicos gritando "Libertad presos políticos".
Aplausos para Cuixart
En los entreactos Òmnium ha proyectado varios vídeos de contenido político. Uno de los más aplaudidos, el de la intervención de Jordi Cuixart en el Supremo, en el que desafiaba al tribunal, defendiendo su actuación. También ha sido muy aplaudida una grabación de vídeo en qué el rapero exiliado Valtònyc saludaba a los asistentes al concierto.
El plato fuerte
Lo más esperado por los asistentes eran las actuaciones de Mishima y Buhos. Mishima ha interpretado algunos de los temas favoritos de sus fans, como Una sola manera. Los fans han coreado algunas de sus canciones. David Carabén, el líder del grupo, entre dos actos, ha reclamado un "tsunami democrático" con el fin de liberar a los presos. Pero realmente ha sido Buhos quien realmente ha hecho saltar al auditorio. Sus canciones han hecho vibrar al público más joven, que esparaba con anhelo su actuación. Temas como Nos vamos pa'l festi han hecho bailar al público en las últimas horas de la noche. Entre canción y canción, el público ha coreado lemas como "Els carrers seran sempre nostres", "llibertat presos políticos" o "Independència". El público han encendido las luces de sus teléfonos móviles para una canción que Buhos a dedicado a "La futura capital de la República Catalana": Catalunya s'il·lumina. Pero el delirio ha llegado con uno de los útlimos temas, Volcans, tal y como reza la letra, el público ha querido terminar "Ballant junts fins que acabem perdent la raó".
De los disturbios a la costellada
Hace quince años era habitual que al fin de la manifestación del 11 de septiembre grupos de jóvenes buscaran el enfrentamiento con la policía (especialmente en los alrededores del Gobierno Civil). Para evitar estas imágenes de violencia, desde el 2000 se convocó una fiesta para atraer a la militancia más joven. El acontecimiento ha ido consolidándose y se ha convertido en un gran encuentro donde se venden camisetas pins de contenido político, pero también fuets, cocas y cervezas. Y ha conseguido convertirse en el acto principal tras la manifestación unitaria. La fiesta ha empezado desde la mañana, con conciertos infantiles y un vermú solidario con el Open Arms, pero ha tenido su punto álgido a partir del momento en que se ha acabado la manifestación. Ha conseguido concentrar a buena parte de la juventud independentista, a pocos metros del Parque de la Ciutadella, donde los grupos más radicales se enfrentaban con los mossos (como fondo del concierto se oía el ruido del helicóptero y las sirenas de la BRIMO). En una de las salidas del concierto, un cartel sobre un coche de la Guardia Urbana anunciaba el cierre del tráfico. Indicaba, simplemente, "Incidencia".