Con las últimas notas de la sesión de DJ Amable, el hombre que viene poniendo banda sonora a las noches de la sala Razzmatazz desde hace décadas, el Festival Cruïlla ha cerrado esta mañana la que seguramente será recordada como la edición más especial y complicada de su historia.
Éxito total
"Éxito total", así es comoJordi Herreruela, director del festival ha calificado el Cruïlla 2021, aunque se ha celebrado, ha dicho, en un momento "muy complejo para la salud pública y la sanidad". Herreruela ha señalado que están "orgullosos y contentos" y que pueden sacar pecho de cómo se ha desarrollado el certamen. "Barcelona vuelve a ser el centro del mundo en lo referente a la organización de acontecimientos y la música en vivo", ha asegurado.
Herreruela ha apuntado que frente al virus se puede tener la actitud de detener la actividad y confinarse, pero se ha probado durante un año y medio que es un "modelo fallido". En este sentido, ha señalado que, por el contrario, desde el Cruïlla se han puesto a disposición de las administraciones para ser un colaborador y un protagonista. "Este Cruïlla es el más claro ejemplo de lo que es esta colaboración, un ejemplo de lo que es unir ciencia y cultura". Ha defendido que han seguido las indicaciones de la comunidad científica y han colaborado con la administración pública y definido "unos protocolos de acceso, estrictos y rigurosos que han funcionado como un reloj".
La solución
De 12.905 tests de antígenos realizados el jueves, se detectaron 126 positivos; de 18.384 hechos el viernes, 94 positivos y de los 12.475 realizados poco después de las siete de la tarde del sábado se han detectado 49. Así, de momento, se han diagnosticado 269 positivos. Herreruela ha explicado que cada positivo tiene una posibilidad de contagio de entre 10 y 15 personas. "Ahora llevamos 250 casos y, por lo tanto, hemos parado la propagación de 2.500 y 3.000 casos. Somos un elemento de reducción en la propagación de la pandemia y de eso tenemos que estar orgullosos", ha asegurado. De los positivos detectados, el 38% son menores de 25 años; el 26%, entre 25 y 30 años; el 26% entre 30 y 40 años y el 10% es mayor de 40 años. El 53% son de Barcelona.
Herreruela también ha afirmado que cuando haya demostraciones de que "eso no ha funcionado, encantados de hablar y revisarlo". Ha declarado que para llegar al protocolo final es un camino que se está descubriendo y tocará aprender y equivocarse y mejorar. "Ninguna ola la ha causado la música en directo, no somos culpables, aunque se nos ha señalado desde el primer momento y se nos sigue señalando. Ninguna de las cinco olas anteriores las ha generado la música en directo y queremos ser la solución".
En lo referente al uso de mascarillas, Herreruela cree que ha habido dificultades y confusión al respecto pero no dentro del festival, sino que en el conjunto de la sociedad, "el hecho de no llevar mascarilla en el exterior y llevarla en interior, hace que sea más complicado que el público cumpla la normativa. El nivel de cumplimiento del uso de la mascarilla debe estar en torno al 70%.
Padres e hijos
En lo estrictamente musical, la tercera y última velada del Cruïlla ha empezado con el potaje sonoro de Joan Garriga y el Mariatxi Galáctico, ídolo y héroes del mestizaje. Pocas son las reverencias que recibe su propuesta. Entre el reggae, el dub y trip hop, Iseo & Dodosound han conseguido el primer pleno de la tarde. Tras suyo, tendría que haber venido Tom Walker. El escocés suspendió su visita a Barcelona por la pandemia y su lugar lo tendría que haber ocupado Xoel López, quien también ha cancelado en ultimísima hora su concierto por "motivos médicos". Cosas de la maldita Covid-19.
Quien sí ha estado en el Parc del Fòrum ha sido todo un clásico del rock estatal como Coque Malla, a quien ha cogido el relevo uno de sus hijos putativos: Leiva. El madrileño, estrella del rock en su definición más canónica, ha firmado un concierto nuclear.
Primer cabeza de cartel de la velada, Izal han vuelto este sábado a su formato más eléctrico después de un año recorriendo salas en una serie de conciertos acústicos. Desde el escenario principal del Cruïlla han descifrado ya imprescindibles de su repertorio como 'Qué bien', 'Copacabana', 'La mujer de verde' o 'Pequeña grande revolución'.
Una locura
Mientras Izal sonaban al escenario grande, en los otros rincones del Parc del Fòrum Fuel Fandango y León Benavente descubrían su catálogo sonoro. Han sido el perfecto preámbulo a la actuación de Morcheeba. "No lo puedo creer, estamos aquí, es una locura", ha dicho Skye Edwards, cantante de la formación británica de trip hop después de la primera canción. La vocalista ha agradecido al público del festival que haya hecho posible este concierto haciéndose los tests de antígenos y por llevar las mascarillas. Los ingleses, que ya actuaron en el Cruïlla en la edición del 2013, han vuelto ocho años después para presentar su nuevísimo disco, Blackest Blue.
Ya bien entrada la madrugada, el Cruïlla se ha despedido con Dorian. Los barceloneses, con su pop sintetizado, melodías emotivas de las que te arañan el alma y el corazón, que en el escenario defienden con uno directo impecable, se han consolidado como una de los bandas de referencia en nuestro país y mucho más allá de nuestras fronteras. Son muy buenos y se lo han trabajado todavía más.