En junio de 2012 Isabel II montó una fiesta colosal para celebrar sus 60 años como reina de Inglaterra: un concierto en su casa, en el Buckinham Palace, que reunió a medio millón de personas. Uno de los momentos estelares fue cuando los legendarios Madness se encaramaron al terrado del palacio para tocar su mítica Our House. Memorable. Siete años y un mes exactos después de aquel espectáculo, el grupo británico actuará en un emplazamiento mucho más mundano pero igual de majestuoso, la Masia d'en Cabanyes de Vilanova i la Geltrú. La banda, nacida en el corazón de Camden Town, es cabeza de cartel del Vida Festival 2019.
Entre el 4 y el 6 de julio, el bosque que rodea la casa-museo de la Masia d'en Cabanyes volverá a inundarse de luz, de música y bailes, de sol y de noche, de sal y de mar y de mares de cerveza. De VIDA. La de este año será ya la sexta edición del festival de formato medio más bucólico -con permiso de los demás- de los que recorren Catalunya entre primavera y verano. El entorno idílico donde escogieron instalarse los organizadores cuando tomaron el relevo del Faraday, en el año 2014, contribuye a inyectar la magia. La elección esmerada del cartel hace el resto.
Uno de los puntos fuertes del VIDA es su capacidad de incorporar a su programación nombres imponentes del panorama internacional y combinarlos con artistas locales con proyección exterior acreditada. Para poner algunos ejemplos: de Lana del Rey, Franz Ferdinand, Phoenix o Wilco a Manel, Mishima, Albert Pla, Joe Crepúsculo o La Casa Azul. Todo aliñado con grupos icónicos del pop y del folk españoles como Los Planetas, Bigott, Delorean o Kiko Veneno.
Mediterráneamente confortable
El VIDA es acogedor. E intimista. Y lo más importante en un festival donde uno va a disfrutar de la buena música: el VIDA no agobia. No se forman largas colas, ni para entrar, ni para beber, ni para el baño, es fácil encontrarse en medio del concierto con amigos y conocidos, no se pierde la cobertura y hay espacio para bailar y para pasar sin empujones -salvo los típicos propias de cuatro copas de más-. La organización podría vender bastantes más entradas y abonos, pero prioriza el confort de su público, lo mima, evita la masificación para no morir de éxito. Por ello limita el aforo a 10.000 personas por día.
No es extraño escuchar a alguien que entra al VIDA por primera vez diciendo que perfectamente podría celebrarse una boda allí mismo. El equipo artístico cuida hasta el último detalle de la decoración, con un sello inconfundiblemente mediterráneo que tiene su máxima expresión en el escenario El Vaixell, una barco varado bajo los pins donde el año pasado, por ejemplo, Albert Pla deleitó a los asistentes que coreaban sus canciones bañados todavía por el sol del último día de junio.
El cartel
Madness, lo decíamos al empezar, son las cabezas de cartel de este año. Actuarán el sábado por la madrugada en el escenario principal. Antes, por ese mismo lugar habrá pasado Nacho Vegas, uno de los emblemas del la música española de los noventa que mantiene su espíritu combativo, de canción protesta actualizada ahora a los nuevos tiempos. La fiesta empezará ya el jueves, con un asiduo en el festival como Pau Vallvé, con la dulzura hipnótica del sueco José González y con el ritmo de sintetizadores de Hot Chip. Al día siguiente, viernes, el protagonismo será para los norteamericanos Beirut una banda en mayúsculas que ha sido fuente de inspiración de un grupo tan consolidado como los Manel. Destacan también Joan Colomo e Higrogenesse.
Ésta sin embargo, es sólo una pequeña selección. El cronograma íntegro con todos los horarios, podéis consultarlo cliqueando aquí.
Público autóctono y familiar
Otra de las características del VIDA es el perfil de su público medio. Según el prototipo, suele haber superado la treintena, no es extranjero y a menudo ya ha procreado. De aquí el éxito del espacio El Niu, dedicado a los más pequeños, que fomenta la interacción entre padres e hijos a través de la música, el hilo conductor. A lo largo de la tarde se organizan talleres experimentales, así como conciertos infantiles y otras actividades para disfrutar en familia. Foto: Rafa Rubiales
Con respecto a la movilidad, volverá a haber los buses lanzadera del festival, que van desde la Masia d'en Cabanyes al camping, a Sitges y a la estación de Vilanova i la Geltrú. Renfe, además, reforzará el servicio de trenes de madrugada.
El verano se acerca... no todo es primavera.