Fontaines d.C. fueron una de las bandas más destacadas de este primer fin de semana del Primavera Sound. Los dublineses actuaron el viernes electrizante la audiencia con las canciones de los suyo nuevo disco, Skinty Fia, un trabajo menos airado que sus predecesores pero igual de'intenso y más expansivo musicalmente. Pocas horas antes de subirse al escenario, nos encontramos con Conor Deegan III, el bajista de un quinteto que completan al cantante, Grian Chatten; los guitarristas Carlos O'Connell y Conor Curley y el batería Tom Coll. Eran las cuatro de la tarde y nos vamos arraresar en la sombra de unas escaleras, para hablar de música y el hecho de ser irlandeses, mientras escuchábamos de fondo a Manel probando sonido.

Skinty Fia... Un título en irlandés con una voluntad tras su elección.
Es una expresión tradicional en lengua irlandesa. De traducirse, vendría a decir: "me cago en todo". Una expresión que hacía a sevir mucho el abuelo de nuestro batería, en Tom (Coll). Tom viene de una región muy rural, y recuerda que de pequeño sólo hablaba irlandés, idioma que fue perdiendo al trasladarse a Dublín. Es una historia que nos define muy bien a los irlandeses, un pueblo que ha querido mantener viva su cultura, pero que al mismo tiempo se ha ido distanciando cada vez más de ella. Nos gusta pensar que podemos ayudar a mantener viva nuestra cultura en este nuevo contexto de globalización.

Nos gusta pensar que podemos ayudar a mantener viva nuestra cultura

¿Cuál es la situación actual del irlandés?
Es un idioma cada vez más vivo, pero todavía nos falta mucho camino por recorrer. Actualmente hay unas 200.000 personas que lo hablan como primera lengua. Y unos 4 millones que mucho o poco lo hablan o lo entienden. Hay zonas del país donde prácticamente sólo se habla irlandés. Son zonas, sin embargo, abandonadas por el gobierno del país. Regiones rurales o pesqueras donde las condiciones de vida no son nada fáciles. La gente que se marcha a vivir allí lo hace por el amor al idioma y la cultura. Antes el gobierno daba ayudas a las personas que decidían irse a vivir allí, pero han retirado estas subvenciones. Muchos de los que se marcharon se han visto forzados a volver a la gran ciudad porque les es imposible ganarse bien la vida. Es una lástima. Para nosotros es muy importante recuperar la lengua, porque hablando inglés a veces nos sentimos unos traidores a nuestra cultura.

Este nuevo disco, por cierto, empieza con 'In ár gCroíthe go deo', un tema cantado justamente en irlandés.
Yo lo sé hablar. Y (Conor) Curley, uno de nuestros guitarristas, también lo sabe hablar muy bien. Seguramente seguiremos componiendo nuevos temas en irlandés. De alguna manera nuestra discografía es una trilogía sobre el hecho de ser irlandés. El primer disco, Dogrel (2019), trata sobre el hecho de vivir en Dublín. El segundo, A Hero's Death (2020), nos muestra marchante de la ciudad. Este tercero, ya nos retrata reubicados en diferentes ciudades del mundo. Tres discos en que exploramos desde diferentes perspectivas nuestra manera de vivir el hecho de ser irlandeses. Una historia que va más allá de nosotros, porque tenemos un relato de décadas y generaciones de millones de irlandeses viviendo en diferentes lugares del mundo, ya sea en Inglaterra, América o donde sea. De hecho, hay muchos irlandeses por el mundo que no han estado nunca en Irlanda. Hijos de inmigrantes que siguen sintiéndose plenamente irlandés.

Nuestra discografía es una trilogía sobre el hecho de ser irlandés

¿Dónde vives actualmente?
En Londres. Me he mudado con mi pareja, que es de allí. Antes de eso estuve viviendo en París un par de años.

¿Añoras Dublín?
A veces sí.

Fontaines DC, punk rock lisérgico desde Irlanda y con orgullo - Foto: Eric Pamie

¿De otros?
Tengo una relación agridulce con Dublín. Hay cosas que no cambiaría para nada del mundo, como el sentido de comunidad y amistad que sientes cuando estás allí y que es muy real. Por otra parte hay problemas evidentes y que el gobierno está haciendo poca cosa para solucionarlos.

¿Como?
Tenemos un gran problema de pobreza, con mucha gente viviendo en la calle. Y con este un gran problema de drogas, especialmente con la heroína, muy presente en las calles de Dublín. Cuando vives allí te acostumbras y convives con ellos hasta que olvidas que existen. Pero cuando vives fuera y vuelves, la realidad te golpea en la casa.

¿Has tomado alguna vez drogas con la finalidad de experimentar creativamente?
No. He tomado drogas yendo de conciertos o festivales y me lo he pasado muy bien. Pero nunca lo he hecho con una finalidad creativa. Para mí componer es una de las cosas más puras que hay, y no quiero alterar ni cambiar esta percepción.

Como no nos podían aniquilar como pueblo intentaron aniquilar nuestra cultura

Es imposible separar la música de la cultura irlandesa.
Es un hecho intrínsecamente vinculado a la ocupación inglés de Irlanda. Como no nos podían aniquilar como pueblo intentaron aniquilar nuestra cultura. Lo intentaron reubicando miles de ingleses y escoceses por todo el país entregant-lis propiedades de irlandeses. Esta política sólo funcionó y arraigó en los viveros de ostras del norte de la isla, por eso todavía ahora hay tanta gente allí que se siente británica. Otra de sus tácticas para acabar con nuestra cultura fue cerrando las escuelas. Los maestros se tenían que encontrar a escondidas en los bosques con sus alumnos para enseñarles irlandés. La respuesta de los ingleses fue quemar muchos de nuestros bosques. Llegados aquí, la única manera que tuvimos para transmitir nuestra cultura fue a través de la música. Hay una canción preciosa que se llama 'The Fields of Athenry' que, ambientada en los años de la Gran hambruna irlandesa, explica la historia de un hombre que se ve obligado a robar trigo de la plantación de su capataz, para alimentar a su familia. Lo cogen y es deportado a un presidio de Australia donde sufre todo tipo de humillaciones por parte de los ingleses.

La música ha persitido como puente comunicador entre generaciones

Esta es vuestra historia.
Una historia llena de capítulos de esclavitud. Un genocidio cultural. Y por eso la música ha persitido como puente comunicador entre generaciones. Un legado musical que capta toda la belleza de la historia y cultura irlandesa pero también la nostalgia y la tristeza.

¿Cuál es el primer recuerdo que tienes vinculado a la música?
Muy probablemente, mi tío silbando (risas). De verdad, lo recuerdo silbando en la puerta de casa de mis abuelos. Este tío también tocaba el acordeón. Y tenía otro que tocaba el bajo. En los años sesenta y setenta tocaba en bandas de country por todo el país. De hecho, casi lo matan para ser músico.

¿¡Cómo!?
Hizo una prueba para entrar a formar parte de un grupo llamado Miami Showband. Lo cogieron pero no sé por qué acabó pasando. En julio de 1975, un grupo terrorista de unionistas británicos asesinó a varios de los miembros del grupo en un atentado a Irlanda del Norte.

Acabáis de publicar vuestro tercer disco en tan sólo cuatro años. No sólo eso sí no que musicalmente habéis experimentado una evolución increíble, del punk directo y visceral del vuestro primeros disco, en estos territorios sonoros más expansivos y oscuros de este Skinty Fia.
A nosotros nos parece una evolución muy lógica. En los últimos años hemos descubierto un montón de música juntos. Nuestro mánager, Marcus (Haughton), tiene un bar en Dublín, allí hemos escuchado y descubierto muchos grupos de los sesenta y setenta que nos han volado la cabeza. En nuestro primer disco se nota mucho la influencia de grupos como The Cure o Joy Division. Ahora, exacto, todo es más expansivo. La intensidad es la misma pero nos gusta experimentar con nuevos terrenos sonoros.

Fontaines D.D. presentaron Skinty Fia en el Primavera Sound - Foto: Eric Pamie

No sé si intencionadamente, pero de alguna manera este es un álbum conceptual sobre el amor.
Más que sobre el amor, sobre la lucha que mantenemos con el amor y los sentimientos. Aquel momento en que miras a tu pareja, le expones todas aquellas cosas que vienes acumulando y que nunca antes te habías atrevido a decirle y de como de difícil y complicado puede llegar a ser este momento. Un momento que si lo superas, hace que el amor sea todavía mucho más bello.

¿Cuándo es más bonito, el amor, en una relación, al principio, cuando todo es magnífico y se magnifica, o cuando el fuego no quema tanto pero tiene más calor?
Al principio hay toda esta parte romántica que es casi irreal. Pero cuando todo se calma es más real. A mí me gusta más este momento en que el amor es sinónimo de vida. De hecho, podríamos establecer un símil entre las fases del amor y nuestros tres discos. Este último quizás es más calmado, pero también más real.