Con motivo del cincuentenario de su muerte, la Fundació Vila Casas celebra una exposición antológica de Francesc Domingo i Segura (Barcelona, 1893-São Paulo, 1974) en los Espais Volart titulada Francesc Domingo - De Sant Just a Sâo Paulo.

La muestra, que se podrá visitar hasta el 19 de enero de 2025, ayuda a completar la percepción del conjunto de su obra, con aspectos hasta ahora desconocidos de su obra y de otros que representan su retorno del Brasil, después de haber asegurado: "No volveré a Catalunya hasta que no sea libre".

Hasta el 19 de enero de 2025, puedes visitar la exposición antológica de Francesc Domingo en los Espais Volart de la Fundació Vila Casas

La exposición, comisariada por Natàlia Barenys, recupera la figura de Domingo y recoge una selección de obras de todas sus etapas artísticas. Desde su origen en Sant Just Desvern, al lado de Josep Llorens Artigas, pasando por la vanguardia parisina de los años veinte, al lado de Joan Miró, hasta el realismo introspectivo de los años treinta y el realismo fauvista de Tossa de Mar, la trayectoria de Domingo concluye con una auténtica traducción cultural en su etapa en Brasil.

 

La exposición, también, muestra la tarea que llevó a cabo durante la Revolución Catalana de 1936, ante unas iniciativas que fueron la causa de su exilio y que, sin duda, sitúan a Domingo como abanderado de la democratización del arte y la cultura. En São Paulo, Domingo hace su propia traducción cultural de la Moreneta y las maternidades mediterráneas, pintando, dibujando y grabando multitud de madres negras y mulatas del Brasil.

La muestra recupera la figura de Domingo y recoge una selección de obras de todas sus etapas artísticas

La muestra también recorre su formación novecentista que, junto con una rebeldía creativa surgida de los ateneos populares, le permite asimilar la obra de Isidre Nonell, las lecciones de Paul Cézanne y la época azul de Pablo Picasso. Domingo pertenece a la tríada de artistas catalanes representantes de la vanguardia de los años veinte, con Joan Miró y Salvador Dalí: los campesinos bretones y los paisajes de Caldes de Montbui son la expresión de un cubismo humanizado por la poesía, inspirado en el clasicismo de Picasso y la espiritualidad del arte románico catalán.

 

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