Llibres de l'Índex presenta Shakespeare és Cervantes. Joan Miquel Sirvent, l'escriptor emmascarat, de Miquel Izquierdo i Perán. Se trata de una obra que pretende demostrar que la obra de Shakespeare y de Cervantes habría sido escrita por la misma persona: Joan Miquel Sirvent, de Xixona. Ya hace tiempo que Jordi Bilbeny, alma del Institut de Nova Història, había identificado a Cervantes con el jijonenco Sirvent. Ahora, uno de sus seguidores, identifica también al escritor valenciano con el inglés.
Una nueva visión del Año Cervantes
Josep Maria Orfeu, el editor de la obra, presenta el libro en el Born lleno de satisfacción: "Shakespeare y Cervantes devuelven a su patria gracias a Sirvent, príncipe de las letras catalanas y príncipe de las letras mundiales". Se muestra convencido de que costará convencer a la gente de los razonamientos de Izquierdo, "porque suponen un cambio de paradigma, atacan a lo que se ha ido afrimando durante siglos, lo que se ha falsificado durante mucho tiempo". Pero está seguro que finalmente las tesis de este libro se impondrán "eso no es una hipótesis; eso es una conclusión", asegura.
Uno que son dos
La teoría de Izquierdo es que Sirvent se hizo pasar por castellano, adoptó el nombre de Cervantes y tradujo él mismo su obra, escrita originalmente en catalán. Más tarde huiría en Inglaterra para escapar al absolutismo de los Habsburgo y haría circular sus escritos bajo el nombre de William Shakespeare, un personaje que realmente existió, pero que no tenía capacidad para escribir textos de tanta calidad. Sirvent sería también el responsable de introducir la masonería en Gran Bretaña.
El marco teórico
Aquello que más sorprende en el libro, desde el principio, es que 90 de las 160 páginas no estén consagradas al tema central que indique el título, sino a presentar "claves históricas" sobre el periodo. La finalidad sería demostrar que toda la historia española de los siglos XV y XVI es una gran falsificación. La otra cosa que sorprende es la precariedad de las notas a pie de página y del aparato bibliográfico. Si bien el autor muestra haber leído materiales sobre Shakespeare y Cervantes, no se esfuerza en aportar los pasos básicos que ha seguido para formular sus teorías. Y, en realidad, las fuentes que apunta son de calidad muy diversa (por ejemplo da mucha importancia al libro Who wrote Don Quixote, de Francis Carr, un texto muy desacreditado).
Pruebas coyunturales
El autor presenta un montón de pruebas coyunturales sobre sus teorías: los catalanismos en la obra de Cervantes, la coincidencia en la muerte de ambos personajes, las lagunas en las biografías de ambos, algunos topónimos similares... Algunas de las "pruebas" son muy forzadas. Por ejemplo, destaca que en ambos autores hay coincidencia entre algunas frases, como "Conócete a ti mismo" o "La verdad desnuda". Incluso afirma que si Shakespeare no tiene ninguna obra sobre España, es porque su alter ego, Cervantes, ya escribió el Quijote. Y también se aventura a asegurar que William es un nombre simbólico; Will-I-am sería "Sóc y seré", una afirmación muy catalana. Las lecturas de Izquierdo son muy sesgadas: afirma que Carlos Fuentes (que él define como director del Museo del Prado) identificaba ya a Shakespeare con Cervantes en una publicación. En realidad, el escritor mexicano Carlos Fuentes, no reconocido como especialista en historia de la literatura, cita, en Cervantes o la crítica de la lectura, que Eduardo Lizalde le había explicado que Augusto Monterroso le había dicho que Shakespeare y Cervantes eran la misma persona; pero todo parece indicar que la afirmación de Monterroso, quizás en una noche de copas, no era más que una boutade.
La prueba "definitiva"
Izquierdo afirma que la prueba definitiva de la identidad entre Cervantes y Sirvent se encuentra en la masonería, institución a la que supuestamente habrían militado los dos personajes (según él, el mismo Sirvent). Asegura que Sirvent, dentro de su estrategia de ocultación de la persona, escribía en clave, y que lo hacía usando la clave alfanumérica de la masonería inglesa de la época, que establece correspondencias entre números y letras. Así pues, compara la suma de los valores de las letras de "Shakespeare", "Sirvent" y "Cervantes" y encuentra que el resultado es el mismo: 102. Si el sistema ya parece poco serio, todavía lo es más si vemos cómo se aplica: cuando algún personaje no cuadra, aplica la transcripción fonética. Así, demuestra que, con los códigos masónicos, "Seikspiar" suma lo mismo que "Sirvent" (aunque en otros casos usa "Servent"). Y si la fonética no funciona, cambia de lengua: de esta forma asegura que el cuadro de El Greco "El cavaller de la mà al pit" (escrito en catalán) representa "Miquel Sirvent" porque las letras de ambos suman lo mismo.
De la conspiranoia a la defensa de la nación
La teoría de Izquierdo, al igual que la de los autores del Institut de Nova Història, es que hubo un enfrentamiento en España que acabó con la derrota de los catalanes. Y, tras esta derrota, los vencedores hicieron un esfuerzo por borrar toda presencia de los vencidos en el devenir de la historia. De esta forma se pretende presentar Sirvent-Shakespeare-Cervantes como "abanderado de los vencidos". Este libro es, pues, un divertimento con pretensiones de gran renovación historiográfica y literaria y de manifiesto político nacionalista. Al fin, después de 160 páginas, ante el fiasco de la renovación intelectual, tan sólo queda el divertimento.
Portada: Supuesto retrato de Cervantes.