"¿Es el enemigo? Que se ponga". Hay frases, muletillas, que se convierten en parte intransferible de nuestro imaginario cultural popular. "¿Es el enemigo? Que se ponga". Imposible no asociar esta coletilla con uno de los más referenciales e influyentes humoristas que ha habido por estas latitudes de todos los tiempos. No es extraño, era casi obligatorio, que si alguien jamás llevaba la vida de Miguel Gila Cuesta al cine, el título de la película debía ser, precisamente, este: ¿Es el enemigo?
Dirigido por Alexis Morante, realizador hasta ahora especializado en el documental musical: suyos son Camarón: Flamenco y revolución (2018), Sanz: lo que fui es lo que soy (2018) y Héroes: Silencio y Rock & Roll (2021), y con un descomunal Óscar Lasarte como protagonista (actor hasta ahora desconocido, pero al que después de esta interpretación le lloverán los papeles); ¿Es el enemigo? llega mañana a las salas de cine. "Ha sido un honor, pero también una responsabilidad encarnar a un humorista histórico en un relato antibelicista como el de ¿Es el enemigo?, sobre todo porque Gila consiguió que las dos Españas se rieran de lo mismo: del absurdo de la guerra", declaraba este pasado lunes este actor formado en el mundo del clown tras la proyección para prensa del largometraje. Reflexión a la que se sumaba Morante. "Esta es una de las razones principales, si no la principal, que han convertido al humorista madrileño en un icono. Gila unió a todo el mundo a través de un personaje naif, casi tonto, pero que llegaba a la profundidad humana"
Gila unió a todo el mundo a través de un personaje naif, casi tonto, pero que llegaba a la profundidad humana
Comedia y drama a la vez
Son historia del humor los monólogos de aquel soldado que habla por teléfono con el enemigo para que pare la guerra. En la película esto no se cuenta, pero sí la génesis de la leyenda. Alexis Morante incide que para ello se propuso un relato basado en el equilibrio entre la tragedia, el drama y la comedia. Leyó la autobiografía del propio Gila, Y entonces nací yo. Memorias para desmemoriados, y luego se atrevió con la imaginación. "Quería contar ese viaje iniciático con realismo mágico porque eso nos permitía hacer una aportación poética a la narrativa de la guerra civil desde los ojos de Gila", aclara el director. Eso y el trabajo de los actores y actrices. En particular, de su protagonista, añade Morante.
Quería contar ese viaje iniciático con realismo mágico porque eso nos permitía hacer una aportación poética a la narrativa de la Guerra Civil desde los ojos de Gila
Y es que Óscar Lasarte no solo logra una voz que parece la del propio Gila y se mueve como él (para conseguirlo se documentó viendo los espectáculos y películas del humorista), sino que se exigió cambiar físicamente llegando a adelgazar 10 kilos. Lasarte revela que para alcanzar la mejor de las interpretaciones, tuvo la constante ayuda de Morante, un guion propicio y unos compañeros de reparto que le facilitaron enormemente la tarea, como Salva Reina y Natalia de Molina, que dan vida, respectivamente, a los personajes de 'El cabo' y 'Rosa'. Un cásting en el que también encontramos a nombres como Carlos Cuevas o Pedro Casablanc.
Una película contra la polarización
Miguel Gila nació en el barrio de Chamartín de Madrid el 12 de marzo de 1919. Huérfano de padre, durante su infancia y adolescencia realizó todo tipo de trabajos. Miembro de las Juventudes Socialistas Unificadas, cuando estalló la Guerra Civil se alistó como voluntario republicano. Cayó prisionero del ejército franquista en el Viso de los Pedroches, Córdoba, poco después de estallar la contienda. Condenado a muerte, fue puesto frente a un pelotón de ejecución. Era un anochecer lluvioso y los verdugos del piquete de fusilamiento estaban borrachos. Fallaron. Gila se hizo el muerto y logró sobrevivir. Luego volvería a ser capturado, pasando el resto de la guerra en diversos campos de concentración. Según su autobiografía, el éxito en los escenarios le llegó en 1951, cuando actuó en Madrid como espontáneo en el teatro de Fontalba, donde contó un monólogo sobre su experiencia como voluntario en una guerra. Luego llegaría el exilio en Buenos Aires y su eclosión como humorista. Falleció el 13 de julio de 2001 en el hotel Wellington de Barcelona, ciudad en la que vivió sus últimos años. Estaba arruinado. Buen vividor, en su cuenta de ahorros no había ni para pagar el entierro. Pero para entonces eso ya no le preocupaba.
Lasarte subraya que 'la película parte del precepto que no hay nada que deba tomarse muy en serio'
Lasarte subraya que "la película parte del precepto que no hay nada que deba tomarse muy en serio", y esto, en un contexto de crispación política y tensión social como el actual, da vuelo a la película. ¿Es el enemigo?, según su director, no se podría haber hecho "sin pensar en la actualidad". El realizador opina que casi un siglo después, "España sigue estando polarizada. Solo hay que ver los comentarios del tráiler de la película en Youtube. Son comentarios polarizados. Más importante que acercarse a la guerra desde esos tonos de polarización es acercarse viendo la guerra como un absurdo y un sinsentido".