La cultura pop catalana siempre ha estado llena de tríadas icónicas: Les Tres Bessones, el Tricicle, las Espies de Veritat, la primera temporada de La màgica Do-Re-Mi, Les Teresines, Les Mamzelles envàs_on_vas_punt_cat y ahora, indiscutiblemente, Fades.
Fades: la revolución queer y festiva de la música en catalán / Foto: Montse Giralt
Ferran Pi, Vicenç Calafell y Àngel Exojo son los integrantes del nuevo grupo venido desde Mallorca donde la glamurización catalana del autotune, el hyperpop, el UK garage, el amor o hacer bailar a la Moreneta se mezcla con una revisión de género, tanto musical como identitario. Después de su mixtape de presentación AMIGUES I AUTOTUNE (2023), recientemente publicaban su álbum de debut, METALLIX, un paso más allá en su producción, tanto dentro como fuera del estudio. Nos encontramos una mañana entre reuniones y contenidos de promo de sus próximos conciertos, para saber hasta dónde están dispuestas a volar nuestras nuevas Fades preferidas.
Fiesta y conciencia
"Nos hicimos muy amigos saliendo de fiesta", descubre a Vicenç. "Y dijimos: 'falta música de fiesta en catalán, y más si quieres una visión queer y LGTBI'". 2022, 1,2,3, la sintonía de Les Tres Bessones, 1,2,3, un grito para llevarnos "de puta farraaa!". "Fades es un proyecto de amistad", insiste Ferran. "Y nuestros inicios se remontan a esta amistad". De cuando Vicenç y él estudiaban Filología Catalana en Mallorca y el Àngel se vino hacia Barcelona a hacer un CQE. Para este último, fue una conexión instantánea. "Solo me iba a quedar un semestre, y cuando llegó agosto y el momento de marcharse, Ferran dijo: 'nenas, haremos una canción'". No era una idea del todo alocada. Ferran iba produciendo temas desde los catorce años, aunque nunca había publicado nada. Con Àngel ya con las maletas hechas, se propusieron hacer un disco entero. Lo hicieron.
Hay sed de proyectos como el nuestro. Pero cuando entramos en el algoritmo facha, recibimos comentarios de odio, amenazas y ataques personales
De aquella primera recopilación de canciones, a Vicenç le sorprendió el alto contenido político. "Había muchísima más conciencia de la que pensábamos que tendrían". Al mismo tiempo, aquellas primeras composiciones, no renunciaban a la fiesta. "La primera, 123, ya funcionó", rememora Ferran. "Fue muy directa, nosotros nunca nos pensábamos que tendríamos que hacer un bolo. No habíamos sacado disco y ya teníamos el siguiente concierto en Manacor. Ahora hemos evolucionado. Al principio éramos tres gais con un sueño y ya está. EN METALLIX hemos cambiado nuestra infraestructura, ya no grabamos en la cocina, sabemos que quizás necesitamos hacerlo entre colchones para insonorizar, o trabajar con otros productores, pero los conceptos y el mensaje político siguen allí".
Familias escogidas y nuevas estructuras
Precisamente, este espacio festivo, inspirado en sonidos como los de Charli XCX, Katy Perry, Troye Sivan o, desde el mayor de los respetos y admiración, Sophie, es donde se sienten más libres para crear. "No diremos que los jóvenes estén todo el rato saliendo de fiesta, pero sí que es el espacio donde es más fácil consumir música", se sincera Ferran. Teoría a la que se apunta Vicenç añadiendo que la noche es el lugar donde pierdes las vergüenzas y te puedes crear un personaje. "Muchas veces la gente queer se ha visto obligada a juntarse en espacios nocturnos", concluye al Ángel. "Allí se crean familias escogidas y nuevas estructuras. Lo hemos arrastrado indiscutiblemente". Para Vicenç también es un espacio donde "te mutas, te pones guapa, te pones tuya". En este camino hacia una versión más elevada de su proyecto, la moda también tiene un papel fundamental. Hablan de Gucci y visten de Dominnico. "No se trata de ser elitista", asegura el Ángel, "sino de vestir bien. Barcelona tiene una moda potente, una infraestructura de creadores como Manso, que llega a celebridades de todo el mundo, y nadie le da visibilidad en la música en catalán".
Superando las mentes cerradas y las cuotas LGTBIQ+ impuestas por festivales, seguirán creando desde la libertad absoluta
No todo es imagen. Sus letras y referentes tienen un mensaje claro: reivindican su cultura, ya sea a partir de los dibujos animados de la infancia, los grupos de su adolescencia como La Gossa Sorda, o artistas coetáneos como Maria Jaume o Maria Hein. "Nos han criticado de antitradicionalistas", expone Ferran. "Nosotros revisitamos la tradición de una manera no folclórica. Si la dejamos en el siglo pasado, morirá. Al final, eso es una técnica fascista: reduce la cultura al folclore y se acabará". Para Àngel la explicación es que cantan desde su perspectiva, "no desde un punto de vista nacional, sino de referentes". Con respecto a la gestión del hate, es como abrir la caja de Pandora. "Tener contento un gay catalán es muy fácil", exclama Ferran. "Hay sed de proyectos como el nuestro. Pero cuando entramos en el algoritmo facha, recibimos comentarios de odio, amenazas y ataques personales". Àngel explica que ha sufrido mucha gordofobia, "pero estoy contento de haberlo superado". Sobre el futuro, lo tienen claro: han llegado para quedarse. Superando las mentes cerradas y las cuotas LGTBIQ+ impuestas por festivales, seguirán creando desde la libertad absoluta. "No pensar en lo que dirán no quiere decir que no tengamos ambición. Este es un proyecto de amistad, pero también de reivindicación de la cultura catalana". Lo podéis descubrir esta noche en la sala Razzmatazz donde presentarán los temas de su primer disco.