Vuelta a las andadas. El escritor y columnista Gregorio Morán (Oviedo, 1947) se ha despedido de Crónica Global acusando al director de este digital, Xavier Salvador, de haberle engañado, al negarse a publicar una de sus "Sabatinas Intempestivas", la última antes de agosto. En esa columna, titulada "De la miseria del gremio", Morán acusa a La Vanguardia, que le despidió hace un año, de maniobrar en su contra en el juicio que se sigue por ese despido y de otras maquinaciones.
Salvador ha replicado a Morán este lunes mediante una carta en que le acusa de "quebrar un pacto entre colegas". La carta se alarga hasta casi tres folios. "Cuando te incorporaste a [Crónica Global]", sigue," te concedí absoluta libertad para opinar semanalmente, cosa que has hecho en 42 consecutivas 'Sabatinas intempestivas'. Te pedí, eso sí, que tras ser despedido de La Vanguardia no usaras tus columnas para llevar a cabo un ajuste de cuentas con tu antigua casa y sus propietarios, menos todavía al existir un contencioso laboral abierto".
Xavier Salvador ha explicado a El Nacional que ya esperaba de Morán que armara escándalo "a través de las cuatro o cinco personas de su comparsa. Mi versión está en esa carta y prefiero no añadir nada más". Crónica Global es el socio catalán del digital El Español, que dirige Pedro J. Ramírez.
Como cuando fue despedido de La Vanguardia, el primero en dar a conocer este nuevo "caso Morán" ha sido el escritor Javier Pérez Andújar a través de su cuenta de Twitter:
Tras un año de colaboración semanal, Gregorio Morán deja Crónica Global porque no le publican su último artículo. Lea aquí su carta al director y el artículo en cuestión: "De la miseria del gremio". https://t.co/PcH4Qp733t
— Javier Pérez Andújar (@sanadrianfever) 3 de setembre de 2018
Morán ha publicado su nota de despedida y el artículo en abierto la plataforma Scribd. La nota dice: "Mi artículo del último sábado de julio [el día 28] fue prohibido. Me engañásteis al decirme que ese día no saldrían artículos de opinión y ahora me entero por tí que ni fue publicado ni lo será. En Cataluña hemos pasado de la dictablanda de Pujol a la de La Caixa y La Vanguardia del Conde de Godó. No hemos avanzado mucho salvo en desvergüenza. Es significativo que el artículo censurado se titule 'De la miseria del gremio'. Se despide. GREGORIO MORÁN".
La versión del director añade otros hechos. Salvador explica que informó a Morán que iniciaba sus vacaciones el día 25 y le acusa de aprovecharse de su ausencia "para incumplir la única condición que este medio había impuesto a tu colaboración. Diríase que pretendías usar la columna para tus manejos personales en pleno litigio contraviniendo un pacto personal y una cláusula contractual. Por fortuna, mi equipo detectó la maniobra [...]. La columna era un ajuste de cuentas periodísticamente navajero [...]".
Puesde leer la carta entera aquí:
En la columna, Morán manifiesta su irritación tras la vista ante el juez de lo social "que debe sentenciar sobre mi despido" de La Vanguardia, y de ahí arranca una ronda de acusaciones a diversos directivos y exdirectivos del diario de los Godó, Jordi Pujol, Josep Piqué, La Caixa, etcétera. la columna contiene diversas "imprecisiones factuales, incluso históricas", según Salvador, como que el exministro Josep Piqué tiene una casa en el Empordà.
Puedes leer la nota y la columna de Gregorio Morán aquí:
La Vanguardia despidió a Gregorio Morán el 28 de agosto de 2017. El despido estaba cantado desde que el mes anterior el diario vetó su columna "Los medios del Movimiento Nacional", en la que reprobaba al Govern y a la televisión y prensa catalanas, y calificaba de "delincuente legal" y "talibán de la barretina" al conseller de Interior, Joaquim Forn, entre otros méritos. El texto lo publicó El Periódico.
Un mes antes, en otra "sabatina", acusaba al escritor Joan Sales, fallecido en 1983, de "mediocre, parafascista y ultracatólico". Se armó una revuelta de columnistas del diario en su contra.
Morán colaboraba con ese diario desde 1988 escribiendo la columna "Sabatinas intempestivas", que solía ser entre incómoda e insultante con el mundo catalanista de cualquier color.