Tras el ajuste en Sport y el cierre de Interviú y Tiempo, ahora le llega el turno a El Periódico de Catalunya y al resto de diarios de Grupo Zeta. La dirección el grupo ha comunicado este viernes a sus trabajadores que reestructurará la plantilla de todas sus empresas para reducir la masa salarial en un 45%. Aplicar ese ajuste en la redacción de El Periódico (foto), supondría la pérdida de un centenar de empleos. Si incluye las áreas de administración, informática y publicidad, las bajas sumarían más de 150 personas, según estima el comité de empresa.
Esta propuesta es más agresiva que la formulada para Sport. En el diario deportivo la empresa pretendía reducir la masa salarial en un 40% y finalmente acordó un 35%, lo cual supuso 29 despidos.
Zeta no ha dado más detalles de la reestructuración planteada en el resto del grupo. “La dirección ha indicado que se debe a causas organizativas y propone estudiar medidas alternativas a los despidos forzosos, como bajas voluntarias”, según la nota enviada por el comité de El Periódico a los trabajadores.
Dos meses
El comité se opone “frontalmente” a la reestructuración (“habla de “brutal agresión”) porque “dinamita el clima laboral y los acuerdos firmados en julio pasado y hará imposible la publicación de El Periódico tal como lo conocíamos hasta ahora. La representación laboral reclama a la dirección que se les facilite “información clara” sobre la marcha del grupo, la renegociación de la deuda con los bancos “y el modelo de negocio que quieren implantar”.
La notificación de la empresa pone en marcha el cronómetro del Expediente de Regulación de Empleo: un mes de aviso previo a la presentación del ERE y otro mes para el período de consultas obligatorio.
Gas a fondo
Grupo Zeta pisó a fondo el acelerador de su reestructuración en abril de 2017 con la venta de Ediciones B a Penguin Random House por 40 millones de euros. Eso le permitió reiniciar el pago de sus deudas a los bancos, suspendido en diciembre de 2016.
Vender una editorial con beneficios y activos seguros como Mortadelo y Filemón era la parte fácil del plan de pago de una deuda de casi 100 millones de euros, renegociado con un grupo de bancos encabezados por CaixaBank. La parte difícil era recortar el principal coste del grupo: los salarios.
Entre abril y junio de 2017, el grupo resolvió una primera intervención en El Periódico de Catalunya, que se saldó con tres días de huelga y una rebaja de salarios del 16%. No fue suficiente, a tenor de los nuevos planes del grupo, que sigue el mismo patrón de conducta que con Sport. En el deportivo, la empresa pretendía recortar los salarios un 21%, pero el pasado junio, el árbitro del Departament de Treball rebajó la rebaja al 8%. Zeta consideró el diario "inviable" en estas condiciones y, en una segunda ofensiva, logró acordar 29 despidos, el 35% de la plantilla.
Esa segunda ofensiva se ha desencadenado ahora en los diarios de Zeta, que incluyen, además de El Periódico de Catalunya, a El Periódico de Aragón, Extremadura, La Crónica de Badajoz, Mediterráneo (Castelló) y Córdoba.
El pasado 8 de enero, Zeta cerró las revistas Interviú y Tiempo, incluidas sus versiones digitales, debido a la “la imposibilidad” de sostener “las importantes pérdidas de los últimos años”, según un comunicado del grupo. En los últimos cinco años, las pérdidas ascendieron a siete millones de euros y la caída en la difusión se situó en torno al 65% en ese mismo periodo y de un 80% a lo largo de la última década, según datos de la empresa.
Reconversión digital
Zeta no sólo pretende resolver sus deudas –estimadas ahora en unos 60 millones de euros– y reducir costes, sino acelerar su reconversión digital, como ocurre con otros grupos mediáticos basados en los medios impresos y su tradicional aparato industrial y comercial, cuya crisis es imparable.
El grupo pretende prescindir de profesionales veteranos con sueldos altos y relevarlos por un número inferior de jóvenes con sueldos más bajos y perfil más adecuado para afrontar la reconversión digital. En paralelo, una parte de las operaciones –como elaborar contenidos de menor valor añadido o parte de la comercialización– se subcontratan a empresas externas. Habrá muertos y heridos, pero Zeta, como otras compañías de medios tradicionales que han arrastrado los pies ante la transformación digital sin ponerse al día, se juega ahora su supervivencia.