La península de las casas vacías, publicado por Siruela, será un clásico, lo vaticino. El escritor jiennense David Uclés presentó el 17 de mayo su nuevo libro en La Central del Raval. Estuvo acompañado del dramaturgo Josep M. Miró, que dejó poco espacio, según varias opiniones del público, para que el autor explicara con detalle su magnífica obra. La novela es un relato de relatos donde la Guerra Civil española está narrada como nunca antes se había hecho: nos encontramos con sucesos de la contienda de diferentes años, diferentes territorios de lo que él llama “Iberia” y en diversos tiempos, dimensiones, voces. El autor dijo que ha querido “honrar a toda esa gente que murió durante el conflicto”, y que la base de su escritura y de su poética es el respeto. Explicar así la Guerra Civil es una tarea titánica y los editores de esta joya antes de su exhibición temblaban ante la acogida del público: “O nos estrellábamos o moríamos de éxito”, contaba entre risas el escritor. Y yo creo que el éxito es evidente, porque escribir así la guerra requiere de un conocimiento topográfico e histórico, en el sentido humanista, muy amplio.
David Uclés es humilde hablando y grandioso escribiendo, ese podría ser un resumen del torrente literario que nos atrapa cuando empezamos La península de las casas vacías
Nuevo referente del realismo mágico
David Uclés es humilde hablando y grandioso escribiendo, ese podría ser un resumen del torrente literario que nos atrapa cuando empezamos La península de las casas vacías. Cada capitulillo, cada historieta, es más alucinante que la anterior. El autor utiliza Quesada, su pueblo, para inspirarse en describir Jándula, el lugar literario que vertebra el libro. Todo gira en torno a los Ordolento, una familia atravesada por la violencia de la Guerra, “la deshumanización de un pueblo, la desintegración de un territorio”. Los personajes irán cruzándose con figuras como María Zambrano, Maruja Mallo o Alberti, pilares de la cultura de esta Iberia a la que se dio muerte a la “inteliguentsia”. Aún se me pone la piel de gallina recordando pasajes donde asesinan a maestros krausistas que enseñan música escondidos en los árboles altos de las huertas o al miliciano que le encargaron proteger “los libros más preciados, los que había que tener ocultos: los libros futuros”.
David Uclés nos golpea con cada descripción surrealista, poética y fantástica. Nos golpea el corazón
David Uclés nos golpea con cada descripción surrealista, poética y fantástica. Nos golpea el corazón. Y pensar que Iberia sigue siendo una tierra donde se persiguen los valores democráticos, los valores republicanos… con los chavales que fueron a una manifestación antifascista en Zaragoza entrando en prisión o periodistas catalanes en el exilio por informar sobre unas protestas. ¿No es esto realismo mágico? En la literatura siempre que se ha hablado de este género, pensamos en Rulfo, en Garro, en Márquez, en Carpentier, en Allende. En Iberia también tenemos una especie de realismo mágico que reside en las obras cinematográficas de Javier Fesser o en pasajes de La plaza del diamante de Mercè Rodoreda o en Lorca. Hacía tiempo, creo que desde que leí a Camila Sosa Villada con Soy una tonta por quererte, que no disfrutaba tanto y es que ahora sí que tenemos un nuevo referente del realismo mágico y se llama David Uclés.
La estirpe Uclés es como un reparto de José Luís Cuerda, todo en ella es material literario.
Hay una parte de los libros que me encanta y son las citas y los agradecimientos. La estirpe Uclés es como un reparto de José Luís Cuerda, todo en ella es material literario. Me encanta la dedicatoria al tío que apuntaba a la televisión cuando salía Franco y gritaba: "¡Pum!". Me encanta que haya incluido citas de Almudena Grandes, de María Teresa de León y de Montserrat Roig, dándole su lugar a unas grandes escritoras y referentes del Siglo XX. Me encanta este homenaje a la memoria y a la creatividad literaria que tanto nos hace falta en este Estado, en el que a algunas nos preocupa profundamente los fantasmas fascistas, sí, fascistas, que ocupan las instituciones más sagradas (y no son la iglesia aunque también). Recomiendo a Uclés como se recomienda asistir a la escuela, por higiene democrática y porque el silencio abrumador que se cuela en los pódcasts, los telediarios, las principales cabeceras… Ya no quiero leer más sobre los horóscopos o Mercurio retrógrado y las ansiedades individualizadas. Quiero leer sobre nuestro presente colectivo, que es nuestro pasado y con el que vamos a construir un futuro. Quiero desayunar con Uclés cada día y leer 694 páginas más para despertarme.