El antropólogo Adrià Pujol publica, en Pòrtic Editorial, Guia sentimental de l'Empordanet, el tercer volumen de una colección que ya ha descrito Perpiñán (de la mano de Joan Daniel Bezsonoff) y L'Alguer (a cargo de Joan-Elies Adell). En este caso, la guía no cubre una ciudad, sino una comarca: el Baix Empordà, con la denominación que algunos le dan, con un irónico diminutivo. No se trata de la típica guía práctica, para hojear sobre el terreno, sino un texto que constituye, en sí mismo, un viaje emocional, literario y vital por esta comarca. De hecho, Adrià Pujol asegura que él no hubiera escrito una guía convencional, porque este género no le atrae.
La guía de un indígena
Adrià Pujol es de Begur, eso queda claro con sus conocimientos enciclopédicos, no sólo de los grandes centros del Empordà, sino de los últimos rincones de la comarca: fuentes, iglesias, bares, playas, paisajes... Él asegura que en ningún lugar hay rincones secretos para la gente local. Cuando era joven recorrió buena parte de los paisajes que describe, en bicicleta o en vespino. En los últimos tiempos, mientras redactaba la guía, se ha reprimido para no consultar internet: no quería que esta guía fuera una reproducción de la Wikipedia, sino "su" viaje particular.
La visión compleja de un emigrado
El autor visita con frecuencia el Empordà, pero no vive allí. Él asegura que se siente como un agente doble. Cuando está en el Empordà, lo consideran como un indígena que vuelve con aires de superioridad porque vive en la ciudad. Pero, a veces, en la ciudad "hago de ampurdanés profesional". Pujol no ha perdido el contacto con el Empordà, y eso le sirve para hacer a una guía exhaustiva de la región, con informaciones actualizadas. Pero al mismo tiempo, su estancia fuera de la región le permite una visión externa de la zona. Él afirma que se siente como un "traductor", que interpreta la realidad ampurdanesa frente a los foráneos.
La escritura de un antropólogo
Si bien Pujol asegura que todo escritor, en cierta medida es un antropólogo, que trata de mirar el mundo con una "mirada limpia", liberada de prejuicios. Cree que el antropólogo, y todo aquel que viaja mucho o emigra, está obligado a hacer un ejercicio de comprensión permanente de una realidad desde el exterior. Por eso ve la antropología como un elemento central de esta guía.
Más que recuerdos
Como confiesa el autor, esta guía son tres libros en uno: por una parte las memorias del autor en la comarca (especialmente con episodios referentes a su infancia y juventud), por otra, una guía real por los paisajes, monumentos y establecimientos del Baix Empordà y, finalmente, una guía literaria en qué no sólo se nos habla de los autores del Empordà, sino también de los autores foráneos que describieron el Empordà.
Bajo la sombra de Pla
Que nadie se sorprenda de abrir el libro por una página cualquiera y encontrar una cita de Josep Pla o una referencia a él. Adrià Pujol asegura que cuando empezó a escribir su guía quería rehuir a los grandes escritores, pero que muy pronto se dio cuenta de que eso no era posible. "Puedes escribir sobre el Empordà acompañando a Pla o contra Pla, pero no sin Pla", afirma (y de hecho, queda claro que él escribe "acompañando a Pla"). Y aunque no duda de que Pla es un referente insoslayable, como Gaziel, reivindica también a algunos escritores menores de la zona: Josep Martí i Clara, alias "Bepes", Àngel Ferran, Ganigué... En el fondo, Pujol está convencido de que el Empordà es una tierra de narradores, de gente de pluma fácil con una gran prosa.
El Empordanet más bello...
Adrià Pujol, que conoce el Baix Empordà como la palma de su mano, recomienda, entre todas sus localidades, su pueblo natal, Begur. Apunta que tiene las mejores vistas del Empordà, una buena estructura de calles, y que es lo bastante grande como para tener servicios, pero lo bastante pequeño como para mantener su encanto. Puntualiza que, en cualquier caso, se tiene que visitar en invierno o en otoño. Y como paisaje natural, recomienda pasar por las Gabarras, "quizás el macizo menos conocido de Catalunya"; un territorio que combina mar, montaña e islas.
... y el más feo
El Empordà es considerado, por algunos veraneantes, como una especie de paraíso terrenal. Pero esta guía, a diferencia de otras, no sólo se fija en los espacios idílicos, sino también en territorios degradados y desagradables: no olvida hacer mención a las chapuzas urbanísticas ni a los polígonos industriales. Adrià Pujol es consciente de que "La costa ha sido muy maltratada; se han hecho muchas animaladas". Sin embargo opina que "la fealdad y la belleza es más un concepto del visitante que de el que vive en el territorio".
Contra la masificación turística
Pujol no quiere añadirse al llanto victimista de los locales frente a los turistas, porque todos acabamos haciendo el turista en algún lado u otro. Pero asegura que la masificación del turismo acaba afectando negativamente a todo al territorio ampurdanés. Él lo ejemplariza en los restaurantes: "Daría 10 estrellas Michelin a aquellos que sirven para su función (que hay muchos), a aquellos que sirven para que el domingo pueda ir a comer una familia trabajadora o para que un obrero pueda pasar a comer en una horita". En cambio suspendería "a los que hacen cosas extrañas para clientelas extrañas", porque "generan en su entorno movimientos de personas anómalos". También se muestra contrario a algunos "centros de interpretación" que sólo dependen del turismo y critican los abusos en la museización.
No todo es oro
La Guia sentimental de l'Empordanet en algunos casos penetra, también, en aspectos desgarradores del territorio. Y menciona que, frente a las visiones hagiográficas de la comarca, las estadísticas apuntan a que algunas de las localidades tienen una renta per cápita muy baja, de las más bajas de Catalunya. Y muchos ampurdaneses acaban sobreviviendo con la práctica de trabajos de temporada o precarios; y todavía están en peor situación los inmigrantes que se instalan allí. Al Empordà va mucha gente con dinero, pero no todo el mundo que está allí tiene dinero.
Entre la desesperanza y la delincuencia
En realidad, algunas de las historias que explica Adrià Pujol referentes a su juventud no son muy ejemplares: hurtos, consumo de drogas, vandalismo... Él afirma que la juventud de los pueblos, en los años ochenta, cometió muchas ilegalidades: "Era un panorama muy desolador, muy violento. Un cóctel de gente con pocos estudios, con falta de oportunidades, con mucho acceso a las drogas...". Muchos jóvenes morían en accidentes de tráfico, otros cayeron víctimas del sida...
La guía como libro
P ara los que no conocen la comarca este libro quizás les resulte excesivo, por su extensión y por la abundancia de detalles y personajes poco conocidos. Habría ganado con un severo recorte. Pero esta guía resultará muy interesante para los que ya conozcan el Baix Empordà; sin duda les aportará conocimientos de sitios y de lecturas, y les ofrecerá una visión fresca y original del territorio. En la Guia sentimental de Adrià Pujol encontrarán una nueva forma de ver, y de vivir, el Baix Empordà.