"Ha sido una sacudida general, nada concreta", dice Aida entre calada y trago de café con leche (de avena). Aida es Aida Giménez, aunque firma sus discos como Guineu, proyecto con sabor de chiclé de fresa ácida. De guitarras herederas del punk y el indie rock más abrasivo de los 90. De pop de melodías radiantes y redondas como soles. Y, ahora también, con cobertura de electrónica con textura sedosa. Hoy publica su nuevo álbum, que se titula justamente así, Una sacsejada. Escuchadlo. Mola. Muchísimo.
Bailando con la angustia
"Este disco ha sido fruto de una sacudida existencial, seguramente provocada por mi momento vital: estoy a punto de cumplir los 30 y...". Aida quiere rehuir aquello del tópico de la crisis de los 30, porque vivimos constantemente en crisis, ya sea en los 30, en los 17, en los 25 o en los 53, "pero sí que siendo mujer, cuando llegas a cierta edad, lo que te planteas tiene unas limitaciones". Y no, habla, o no solo habla, de lo que se imaginaba que sería de mayor cuando era pequeña, "ni tampoco de ser madre o no ser madre, pero en muchos aspectos se nos ha impuesto una deadline. Mi hermano tiene 11 años más que yo y no tiene ni siente esta presión. Y me encanta que sea así, y yo también podría ser esta persona, pero...". Pero hay alguna cosa que no se lo permite. "Me raya mucho tener que estar siempre pensando si viviré toda la vida en pisos de alquiler, si estaré siempre haciendo el mismo trabajo o hacia dónde irá mi carrera musical, porque soy consciente de que soy una artista emergente y que los inicios siempre cuestan, sin embargo... ".
Pero no, Guineu, que lo petó bastante fuerte con Putu any, nuestro particular himno pandémico, no es una artista emergente. Emergente lo era en el 2019 cuando la descubrimos con su primer single Entre birres. Ahora, con un puñado de sencillos con vocación de banda sonora vital, y dos elepés, el anterior era y es Forats negres, es la artista que ya tendríais que conocer. Si no, llegáis tarde. "Lo que quiero y siento ahora mismo es que las cosas que hago tengan un sentido y una trascendencia... Y eso me angustia, no solo en el amor sino en todos los ámbitos. Mi manera de canalizar todo eso es la música. Es curioso, porque mientras las hacía no era consciente, pero cuando acabé de escribir todas las canciones del disco, me di cuenta de que existía un hilo conductor que las unía a todas ellas. De aquí el título".
Tengo una parte trash y alocada que convive con otra más responsable. Orden y aventura, que dirían Mishima. Soy las dos cosas y este disco ha sido la manera de encontrar el equilibrio
Una sacsejada le ha servido para aceptar este estado de angustia en el que vive. Esta angustia en la que vivimos. Porque todos hemos pasado en algún momento de nuestras vidas por situaciones en las que nos sentimos vulnerables. Pero nos cuesta mucho aceptar que la tristeza y la inseguridad también forman parte de nuestra personalidad. "No solo eso, sino que se puede convivir con ellas. Sentimientos que tendemos a esconder o apartar porque nos queremos sentir bien. Pero no nos podremos sentir nunca bien si no aceptamos esta parte más insegura de nosotros. El disco ha sido aceptarme. Admitir que no estoy bien del todo, pero, aun así, bailo. Además, siempre he sido muy responsable y perfeccionista. Llevo muy mal vivir en la precariedad. Por eso combino esta parte más artística con un trabajo más estable. Tengo una parte trash y alocada que convive con otra más responsable. Orden y aventura, que dirían Mishima. Soy las dos cosas y este disco ha sido la manera de encontrar el equilibrio".
Un match muy guay
Cuando era pequeña Aida ya quería hacer música, quizás, o seguro, influenciada por su hermano mayor, Pato, batería de The Anti-Patiks, una de las mejores bandas de punk nunca existidas en la catalana tierra. Y ella, claro está, siempre ha escuchado mucho punk rock, citando con la velocidad con la que una criatura recita la lista de los ríos o las comarcas de nuestra geografía, bandas como NoFx, Rancid, Bad Religion... "Pero mi hermano también me ha enseñado siempre a ser muy abierta de mente. Y de pequeña también escuchaba mucho a Britney Spears, Gwen Stefani, Pink, Avril Lavigne... Todas ellas me han inspirado muchísimo, musical y estéticamente". Cóctel personal de referentes a que ahora suma obsesiones como Beach House, Phoebe Bridgers y, sobre todo, Alvvays. "Un grupo que tienen este trasfondo riot grrrl conviviendo con un aspecto más brilli-brilli. Han sido un grupo muy trascendental para enfocar el sonido de este nuevo disco".
También ha estado muy relevante la relación de Guineu con Salvatge Cor. Aida viajó a Son Sardina para poner voz a Malaguf Summertime, uno de los cortes de CRUÏLLA, el último disco del proyecto nunca lo bastante reivindicado del mallorquín Llorenç Romera Pericàs. Una propuesta que combina como pocas en nuestro país las melodías pop con las formas más oníricas de la urbana y la electrónica. "A través de la colaboración conocí a su productor, Cristian Eichborn, que justo se había mudado a Barcelona. Me propuso que si alguna vez tenía una canción y quería que me la produjera, que no me cortara". Y lo que tenía que ser una canción, fueron muchas tardes de birras y un disco entero. "Él también venía del mundo del hardcore y el punk, y eso une por mucho que ahora estemos en otra pantalla. Hubo un match muy guay. Solo hace un año que nos conocemos, pero ya es uno de mis mejores amigos".
Estoy intentando transmitir esta sacudida de emociones desde una propuesta más contenida y elegante. Y aquí es donde ha entrado en juego la música electrónica
Así, musicalmente Una sacsejada también ha sido una sacudida. Guineu ha dejado atrás la melodía fácil y efervescente. O dicho de otra manera, esta esencia todavía persiste, pero Aida ha modelado la fórmula. "Estoy intentando transmitir esta sacudida de emociones desde una propuesta más contenida y elegante. Y aquí es donde ha entrado en juego la música electrónica: una capa de pintura nueva para expresar lo mismo. Este disco es una evolución, porque ya no soy la persona que hizo Forats negres. Ahora estoy nerviosa por el recibimiento, pero contenta con el resultado. Es el disco que quería hacer". Hoy ya lo podéis escuchar. Y el 18 de marzo disfrutarlo en directo en la sala Vol de Barcelona.