La música, como cualquier otra expresión cultural, bebe del más profundo de nuestro ser: el alma, aquello que precisamente nos hace ser humanos. Esta es la idea que defiende al director de orquesta venezolano Gustavo Dudamel en su proyecto Symphony. Un viaje al corazón de la música, presentado junto con la Fundación "la Caixa" y que se expone al CosmoCaixa hasta el 8 de octubre. Por primera vez, el espectador se podrá situar justo en medio de una orquesta sinfónica en esta experiencia inmersiva puntera a partir de tecnología de realidad virtual, que se puede vivir en primicia en CosmoCaixa. Después, este proyecto singular iniciará una gira que recorrerá un centenar de ciudades de España y Portugal durante diez años. Las primeras paradas previstas son Santander, Valladolid y Madrid.

De izquierda a derecha: el director de orquesta Gustavo Dudamel; la directora general adjunta de la Fundación "la Caixa", Elisa Durán, y el fundador de Igor Studio y director del proyecto, Igor Cortadellas, a la presentación de Symphony, un viaje virtual al corazón de la música clásica/Fundación "la Caja"

La producción, en la que se ha trabajado durante más de cuatro años, es una idea original de Igor Cortadellas con producción de la Fundación "la Caixa". Más de 100 músicos que integran la Mahler Chamber Orchestra dan vida al espectáculo que después iniciará una gira por un centenar de ciudades españolas y portuguesas durante diez años. Al repertorio está Ludwig van Beethoven, así como de Gustav Mahler y Leonard Bernstein. Una experiencia sensorial donde se presenta un viaje al mundo de la música clásica con la ayuda de las nuevas tecnologías desde sus orígenes en el mundo de la naturaleza y los sonidos cotidianos hasta el más profundo de nuestra alma y nuestros sentidos.

El director de orquesta ha destacado que la música "es un poderoso elemento de transformación social", y que este proyecto es una nueva llave para abrir una puerta para que puedan entrar nuevas generaciones, de manera que entiendan mejor la música y no la consideren como una cosa lejana y antigua: "Es la inspiración que necesitamos en los tiempos que vivimos", ha dicho.

Para Dudamel, la música no es sólo un elemento de entretenimiento o un espacio aislado de una élite, sino que es un elemento de unión que levanta puentes y rompe cualquier diferencia entre personas. "Es una poderosísima herramienta de transformación social", ha insistido. El venezolano ha pronosticado que aquellos que accedan a la experiencia entrarán en contacto con el derecho "de acceder a la belleza", que no es sólo entretenimiento. "De estas locuras necesitamos muchísimas", ha añadido, y ha animado a tomar la música como elemento esencial de la vida.

Fundación "la Caja"

Una experiencia inmersiva gratuita hasta el corazón de la orquesta

Igor Cortadellas ha descrito que la propuesta, gratuita pero con reserva previa, tiene la delicadeza de una pequeña caja de música y que es una gran oportunidad. Ha destacado que la música "tiene la capacidad de acariciar" y hacer experimentar emociones ajenas, y ha resumido que, para él, este proyecto es un poema visual que propone el espectador "dejarse llevarse por la belleza".

Igualmente, ha detallado que en Symphony, evoluciona desde el caos sonoro hasta melodías como las de Beethoven, en una especie de "zoom in' desde el caos al orden, conducido por Dudamel". Ha descrito que en la colaboración con el director se ha dado una "sintonía total", en un ambiente de flexibilidad y apoyo absoluto.

La tecnología nos permite mediante la realidad virtual adentrarnos dentro del escenario del Gran Teatro del Liceo para formar parte de la orquesta y viajar a través de sonidos e imágenes hasta la misma esencia de la música: la virtuosidad del alma humana. Dudamel ha explicado que por primera vez, el espectador se puede situar justo en medio de una orquesta sinfónica en esta experiencia inmersiva a partir de tecnología de realidad virtual. En concreto, cuando el espectador se coloca las gafas verá cómo, de repente, su entorno ha cambiado y se encuentra en el Gran Teatro del Liceo, sentado en una silla, donde se ve rodeado de los músicos de una orquesta sinfónica que esperan la indicación del director para iniciar la 5.ª Sinfonía de Ludwig Van Beethoven.

El espectador también ve a los músicos distribuidos por el escenario de su forma habitual, por familias de cuerdas, viento, metal, percusión, y los sentirá cerca de una forma real, y también vive de lleno la energía y la mirada del director, situado justo delante suyo. Este experimento musical lo permite girar la cabeza de lado a lado y arriba y abajo para adquirir nuevas vistas y perspectivas de una orquesta sinfónica y sus instrumentistas.

Divulgación de la música clásica

Según la directora general adjunta de la Fundación "la Caja", Elisa Durán, con esta "experiencia insólita y cautivadora" se quiere contribuir a divulgar la música clásica y ponerla al alcance del gran público, "en un viaje sin precedentes en el corazón del alma humana" con la vocación de seducir en todo tipo de público, también en aquellos que ya son conocedores de la música clásica.

El punto de partida del proyecto, en lo que se ha estado trabajando durante más de cuatro años, era hablar del poder emocional de la música desde una vertiente divulgativa. La organización espera que vean el proyecto unas 200.000 personas el año durante diez años, en el marco de su gira por este centenar de ciudades. Durán ha defendido que la tecnología usada está muy avanzada y que ha sido una gestación "muy intensa", especialmente en los últimos meses de pandemia.

Por otra parte, preguntado sobre la situación a su país, Gustavo Dudamel ha considerado que es muy compleja y que esta se ve agravada por el momento complicado que vive el mundo con la covid-19: "Yo me mantengo firme en mi fe y optimismo que podemos sacar adelante. Todos podemos poner de nuestra parte y encontrar los medios fundamentales para poder trascender esta crisis". Además, ha reivindicado la riqueza natural y humana "impresionante" de su país, y ha asegurado que la gente está cansada siempre de lo mismo. Ha dicho también que sus compatriotas quieren vivir, no sobrevivir.