Hechos y palabras, en este caso, no hay diferencia. Cada día hacemos una elección entre un montón de opciones que nos pasan por la cabeza a la hora de escribir y también de hablar, casi sin darnos cuenta de ello. El problema es que la elección no siempre es la mejor y aquí es donde aparecen los errores cuando hablamos en catalán. Frases hechas, acentos, castellanismos, cambios de género, cuestiones de gramática, ortografía no tan básica... Todo un repertorio que nos ofrece la lengua que es evidente que no lo podemos controlar todo. Siempre podemos recurrir al autocorrector, que es una gran herramienta que nos facilita la vida, pero, en la vida y en la lengua, también tenemos que tomar decisiones por nosotros mismos.
¡Ponte a prueba!