Fue hace once años. L'Hereu Escampa irrumpía en escena con un álbum homónimo que era pura efervescencia: guitarra distorsionada, batería esquizofrénica y bramidos entre estribillos memorables. Respuesta nuestra a formaciones como Japandroids, No Age o Wavves; desde La Plana, nuestro kilometro cero musical; el guitarrista y voz Carles Generó (el nuestro interlocutor en esta entrevista) y el batería y voz a Guillem Colomer nos tumbaban con irresistibles esputos sónicos como 'Consol, condol', 'Fet i amagar' o 'Les vaques'. Rabia y melodía que siguieron cultivando con los posteriores L'esclafit (2015) y Pren la matinada (2017). Y entonces vino el silencio. Hasta ahora. Retiro y exilio que han roto con Futur ancestra, obra en que han bajado las revoluciones, pero han multiplicado hasta el infinito el talento sugeridor de sus creaciones. Ha sido el retorno al futuro de la banda de culto del indie catalán.
Han pasado cinco años desde que supimos de vosotros por última vez. Os echábamos de menos. Y vosotros... Os echabais de menos.
¡Un poco sí! No nos dimos cuenta hasta al cabo de un tiempo. La verdad es que nos convenía un pequeño parón y dejar descansar el proyecto y darnos tiempo y espacio.
Nos convenía un pequeño parón y dejar descansar el proyecto y darnos tiempo y espacio
¿En este tiempo, hubo algún momento en que L’Hereu Escampa dejara de existir o tan sólo estaba durmiendo?
Estaba durmiendo, en reposo, cogiendo nuevas energías.
¿Necesitabais tomar distancia del grupo, de vosotros o de las dos cosas?
Un poco todo. Llevábamos seis años muy intensos de tocar y sacar discos y eso fue desgastando fuerzas a nivel creativo y personal. Antes de quemarlo todo y continuar a la fuerza, decidimos hacer este pequeño parón y ver qué pasaba.
Antes de quemarlo todo y continuar a la fuerza, decidimos hacer este pequeño parón y ver qué pasaba
¿Y vosotros, por libre, qué habéis estado haciendo estos años?
Pues yo me uní como bajista a Ernest (Gómez) y Dani (Ambrosí), que tienen un proyecto que se llama Salina. El bajista lo dejó y me lanzaron oferta. Dije que sí. He grabado un elepé y un single con ellos y seguimos activos. También he puesto en marcha un pequeño proyecto en solitario que se llama Quim Federal, con canciones hechas al ordenador y acompañadas por la guitarra. Es un proyecto más íntimo y personal, de sonoridad muy lo-fi. Tenía necesidad de componer y perseguía la idea desde hacía tiempo. En el 2020 pude realizarlo. Tengo 3 o 4 canciones más y a ver si algún día edito alguna cosa. ¡De momento he dado algunos conciertos pequeños y ha sido bastante divertido, el asunto! Por su parte, Guillem ha seguido aprendiendo y creciendo dentro del negocio familiar y se ha profesionalizado muy fuerte en el mundo de la gastronomía. Es un gran experto en quesos y carnes y vinos.
¿De hecho, creo que todo volvió a empezar con una comida en Tavertet, verdad?
¡Sí! fue el inicio del reencuentro. Nos llamamos y pensamos que ir al Horta a comer sería una buena manera de reunirnos y de hablar del futuro (ancestral). Con una buena comida y un buen vino las cosas se ven diferentes.
¿Cómo fue el primer día que os reencontrasteis para tocar juntos de nuevo?
Nada había cambiado (risas). Realmente recuperamos ideas que habían quedado colgadas anteriormente y fue un buen inicio. A partir de aquí decidimos nuevos enfoques y buscamos más la simplicidad de las canciones. Teníamos ganas de no complicarnos la vida y de buscar que la canción funcionara. Seguía habiendo la misma complicidad de siempre y muchas ganas de ver qué pasaba.
Decidimos nuevos enfoques y buscamos más la simplicidad de las canciones. Teníamos ganas de no complicarnos la vida y de buscar que la canción funcionara
¿Qué os sorprendió el uno del otro después de cinco años?
Que los dos queríamos bajar revoluciones y que queríamos enfocar el proyecto de una manera más seria, ya que volvíamos lo queríamos hacer de la mejor manera que sabíamos y sin miedo ni presiones. Sentíamos que era un buen momento para evolucionar.
Ciertamente, en Futur ancestral presentáis un nuevo sonido, más pausado, menos distorsionado. Como dices, con las revoluciones más bajas.
Ya buscábamos este cambio en el momento de componer, pero sobre todo ha sido debido a la influencia de Ildefons (Alonso, batería de El Petit de Cal Eril), que grabó el disco y lo produjo, además de tocar el bajo y los teclados. Con Ildefons nos dimos cuenta de lo que era esencial para las canciones y lo que necesitábamos y jugamos con todo eso. Trabajando más la posproducción que el directo, más pausado y más pensado todo, siempre respetando nuestra esencia.
¿Qué estáis escuchando últimamente?
Todo lo que escuchamos nos acaba influenciando y dando ideas pero podemos hablar de tres referentes claros que son Frankie Cosmos, Alex G y Hovvdy.
Es tópica, pero a pesar de la evolución, aquel intangible de la escena de plana de Vic sigue bien vivo en vuestra propuesta.
El espíritu y la esencia de L'Hereu Escampa de siempre sigue presente. Visto desde otro punto de vista, pero está, y bien reconocible. Seguramente es el disco que más representa el momento y quien somos. El más transparente y claro.
Seguramente es el disco que más representa el momento y quien somos. El más transparente y claro
Porque, 10 años después, que queda de todo aquello que surgió alrededor de la discográfica Famèlic y festivales como el Sugar y bandas como vosotros, Furguson, Mates Mates...?
¡El Sugar sigue y siempre seguirá allí, esperamos! Los grupos y colectivos también se han ido transformando. La Clota sigue organizando conciertos y propuestas alternativas durante todo el año. Famèlic ha desaparecido, Furguson... ¿también? Germà Aire se despiden pronto. ¡Pero todo se transforma y evoluciona!
¿Qué fue lo que sentisteis cuando escuchasteis por primera vez el disco acabado, cuando recibisteis el vinilo?
Una vez todo el trabajo acabado sentimos un descanso y una sensación de libertad brutales. Ver acabado un proyecto que hacía tiempo que trabajábamos y que nos había traído tanta cantidad de trabajo es catártico. Mucha satisfacción y alegría. La verdad es que es un disco que sigo escuchando y me gusta mucho. Hasta el momento no me había pasado con los otros discos. Es una buena sensación, gratificante.
Por cierto, me tiene cautivado esta dualidad del título: Futur ancestral, que es como contradictorio pero a la vez lleno de sentido.
Sí, son palabras mucho grandiloquentes pero refleja bastante el espíritu del disco. Nos daba un poco de miedo, pero al final es coger la raíz y la esencia (ancestral) y llevarla al presente-futuro. Trabajar el ahora para un futuro más simple, más real y respetuoso. Además, también esconde nuestra pasión por el vino natural.
¿Porque hay ningún concepto que ronde todo el disco?
Sí y no. No hay una idea clara de nada, ni de concepto, pero creo que se puede encontrar. Hay una sonoridad y una manera de hacer que engloba todo el conjunto y que es como un viaje. Una gran fotografía que evoca todo el conjunto de las canciones. Con sus pasajes y paisajes. Nostalgia y recuerdo y al mismo tiempo vitalidad y esperanza. Futuro ancestral al fin y al cabo.
¿Ahora en directo sois tres, verdad?
Hemos incorporado para los directos a Pilar (Tartière, del grupo Luces Negras) que toca el bajo y el sintetizador en directo y es increíble. Ha acabado de dar el punto que faltaba de potencia, sonoridad y conexión en el escenario. Los próximos conciertos son en Reus el 28 de este mes e Igualada el 29. Y en noviembre, el 12 en Valencia y el 26 en Porqueres. ¡Estad atentas!