El periodismo catalán dispone por fin de una historia en el tono popular y de divulgación que hará fruncir el ceño a los profesionales de la cosa, unos porque no salen y otros porque siempre echarán de menos algo esencial. Historia del periodismo de Catalunya (Editorial Sàpiens, 85€) no es, propiamente, una Historia sino tres volúmenes de historias sobre el periodismo editados con afán más comercial que académico, que era exactamente de lo que se trataba: hacer una guía amena para todos los públicos.
Esta es una obra necesaria. No lo tiene todo ni probablemente lo pretenda. Lo que contiene, sin embargo, hará bien a cualquier casa. El concepto editorial es acertado: como un coleccionable de alta gama por fascículos más que un manual clásico. Cada volumen se compone de una decena de fascículos que explican algún momento del complejo recorrido del periodismo catalán, desde las gacetas del siglo XVII hasta los medios nativos digitales. El primer volumen abarca de los inicios a la Guerra Civil, el segundo se centra en la dictadura franquista y el último va de la Transición hasta el día de hoy.
El enfoque popular del proyecto no le resta rigor. La obra la han escrito medio centenar de especialistas de diez universidades y otros centros de investigación y documentación, bajo la dirección del periodista y profesor de la Facultad de Comunicación Blanquerna de la Universitat Ramon Llull, Francesc Canosa.
Virtud y pie forzado
El formato es al mismo tiempo la virtud y el pie forzado de esta obra. Cada fascículo/capítulo, de extensión y estructura parecidas, se ha encargado a un autor. Contiene, además del texto principal, dos complementos: "Los Hechos" destaca algún acontecimiento notable y "La Técnica" alguna nueva tecnología de la información, ambas en relación al tema de que trata el capítulo. Se agradece que no sea un catálogo de cabeceras (o de medios) con afán de totalidad, cómo es la clásica historia de Tasis i Torrent de 1966, que aun es la referencia. Afortunadamente, como lectura, estos volúmenes no pueden asustar a nadie: se pueden leer como se quiera, no sólo cronológicamente, están bien ilustrados y su diseño es funcional.
Este mismo concepto, sin embargo, hace que el resultado final sea irregular desde el punto de vista más científico. Es complicado justificar que se otorgue el mismo número de páginas al periodismo de los años treinta, una época dorada, que a las publicaciones satíricas modernas o a la prensa fuera de Barcelona ciudad (una vez más llamada "comarcal", esa manía barcelonoide). Son asuntos de espesores diversos que piden tratamientos diversos, también en una obra de divulgación.
En fin, las clásicas dificultades para acompasar la producción editorial y la propuesta redaccional. No es fácil tratar en 21 páginas el periplo de la prensa impresa de 1975 a 2016, periodo en que, como mínimo, el sector ha pasado por media docena de crisis gruesas y todavía navega su peor tormenta tecnológica y de modelo de negocio. En general, sin embargo, esta historia de Sàpiens sale adelante con dignidad en el nivel divulgativo que pretende.
Tarea pendiente
Algunas carencias, sin embargo, tienen poca excusa. Para muestra, estas dos. Una, la falta de referencia a Catalunya como abanderada mundial dell diseño editorial. En Barcelona tiene la sede Cases i Associats, un estudio que ha hecho historia en este campo, y en 1995 fue la primera ciudad fuera de los EE.UU. en acoger lo que todavía se considera el mejor congreso de la Society for News Design. Otra: no es adecuado considerar a la multinacional catalana Mediapro como una productora más. Porque es más que una productora y, sobre todo, porque es un líder mundial.
Vale la pena señalar que, entre otros aciertos, la obra da al fotoperiodismo el relieve que hasta ahora, injustamente, no recibía en este tipo de obras. También remarca la personalidad propia de la radio y la televisión, además de las revistas, en un mundo donde, a menudo, todos los laureles se los llevan los diarios impresos de Barcelona.
Historia del periodismo de Catalunya tiene otro gran mérito. Es un grito de alerta ante una tarea pendiente: una historia del periodismo catalán que sitúe el sector y la profesión en su contexto político, social, económico y cultural; que destile la cantidad de tantos estudios y monografías de calidad publicados en los últimos 35 años (gracias a Guillamet, Casasús, Figueres, Gómez Mompart...) y les dé escenario y guion más allá de la historiografía de catálogo que se ha hecho hasta ahora.