Es uno de los estrenos cinematográficos destacados de la semana. Una de las películas catalanas más esperadas de la temporada. Este miércoles llega a las salas la recreación contemporánea del mito del hombre lobo Llobàs, nuevo largometraje de Pau Calpe, cineasta responsable también de la elogiada Tros. El joven, y aquí brillante, León Martínez es el protagonista. Los omnipresentes Pol López y Maria Rodríguez Soto, lo acompañan en el reparto. Drama rural con toques de thriller, el relato del filme gira en torno a un chico y su familia que se ven obligados a trasladarse de pueblo en pueblo porque las noches de luna llena, el protagonista, va por las calles oliendo sangre.
Seguir siendo salvaje o adaptarse a los otros
En una semana en que los estrenos han vuelto a adelantarse al miércoles, hoy llega a los cines la nueva película de Pau Calpe, cineasta que dos años atrás ya nos sorprendió con su debut tras la cámara, Tros (hasta ahora había destacado en su faceta como productor). Presentada con bastantes elogios en la última edición del D’A Film Festival, Llobàs es una revisión contemporánea del mito del hombre lobo, pero alejándose de las formas del cine fantástico y las películas de terror. "Es una historia realista y su objetivo es emocionar", ha insistido varias veces su director. "No es una película de casquería ni de sustos constantes, sino que trata sobre relaciones familiares y busca la emoción con un chico que es diferente. Es mejor sugerir que mostrar, aquí el foco y la tensión están en las relaciones del chico que es diferente con su hermano y la pareja de su hermano", declaraba Calpe a la ACN después de la proyección del filme al festival de cine de autor de Barcelona.
No es una película de casquería ni de sustos constantes, sino que trata sobre relaciones familiares y busca la emoción con un chico que es diferente
Adaptación de la novela Lobisón de Ginés Sánchez, galardonada con el premio Nuevo talento Fnac con León Martínez, Pol López y Maria Rodríguez Soto como protagonistas; Llobàs es el relato de Adrià, un chico que vive de pueblo en pueblo con su hermano mayor y su pareja. Adrià es mudo, no soporta los espacios cerrados y le cuesta mantener la atención cuando le hablan. Allí donde va todo el mundo se ríe de él, lo insultan, le tiran piedras... Nadie sabe que las noches de luna llena Adrià no puede dormir y va por las calles oliendo sangre. Por eso, los tres van arriba y abajo con la furgoneta: huyendo. "Es una persona diferente porque no habla, no le gusta que lo toquen y no socializa bien y eso genera conflictos constantes", señala el director. Su hermano mayor lo disculpa y lo protege. Le quiere. Su pareja, en cambio, está cansada de la situación. El director remarca que Adrià "tiene que decidir si tiene que cambiar para poder estar con los otros o tiene que ser fiel en sí mismo". Este es el tema central de la película. "Adrià se debate entre mantener su lado salvaje y de naturaleza o adaptarse para estar con los otros. Finalmente, en el trayecto del filme, los tres acaban en la ciudad, que es el peor lugar donde puede estar el protagonista". Una preciosa metáfora en celuloide sobre la diversidad. Una maravillosa oda fílmica a ser diferente.