Debate ha publicado una edición en cómic del Homenaje a Catalunya de George Orwell, con guion de Jordi de Miguel e ilustraciones de Andrea Lucio (también se ha editado en catalán en Rosa dels Vents). No se trata de una simple adaptación a un género diferente, sino que intenta ser una relectura del libro autobiográfico de Orwell, con criterios del siglo XXI. De esta forma se intenta presentar de una forma atractiva a nuevos públicos la faceta catalana de este gran autor antitotalitario que pasó por Barcelona en tiempos de la guerra civil.
Los grises y el color
La mayor parte de las páginas, que combinan diferentes tonalidades de grises, reproducen el texto de Orwell con bastante fidelidad... Pero se complementan con páginas en color, que quieren ser una aproximación al personaje desde la actualidad. Así, incluyen pequeños flashes de entrevistas recientes con Richard Blair, el hijo adoptivo del escritor, con Miguel Berga, profesor de literatura inglesa, con el periodista oscense Miguel Pardo, o con el historiador Fernando Casal. En estas páginas con color también se incluyen fotografías actuales de los escenarios del Homenaje a Catalunya, desde el frente de batalla de Teruel, hasta el café Moka de las Rambles. Al fin, a través de estas páginas en color se pretende actualizar el mensaje de Orwell, identificándolo con las reivindicaciones actuales de una vivienda digna o en contra de la masificación turística... Una extrapolación quizás excesiva, especialmente si pensamos que en 1949, poco antes de morir, Orwell, que se había convertido ferozmente en antiestalinista durante la guerra civil española, elaboró listas negras de "criptocomunistas" para el gobierno británico.
Un izquierdista en Barcelona
Eric Arthur Blair (1903-50) usaba el nombre George Orwell como seudónimo. Nació en Bengala y creció en Inglaterra. Formó parte de la policía imperial en Birmania, y allí empezó a sensibilizarse contra el colonialismo. Cuando volvió a Gran Bretaña vivió en la miseria y empezó a militar en organizaciones de izquierdas. Llegó a Barcelona, con su compañera, en diciembre de 1936, y se vio sorprendido por el fervor revolucionario de la ciudad. Escribiría: "Había ido a parar a la única comunidad más o menos grande de Europa occidental en que la conciencia política y el menosprecio del capitalismo eran mayoritarios". Orwell se apresuraría a alistarse a las fuerzas del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), porque se consideraba de espaldas pero se oponía al stalinismo. Se apuntó a una unidad militar que luchaba en el frente del Aragón, con el POUM. Pero mientras estaba en Barcelona de permiso estallaron los "hechos de mayo", una "guerra dentro de la guerra", en la que los anarquistas y los militantes del POUM fueron derrotados por las fuerzas del gobierno republicano y del Partido Socialista Unificado de Catalunya. La derrota fue muy amarga para Orwell, pero volvió al frente del Aragón, por disciplina... Allí fue herido, y cuando fue evacuado a Barcelona vio que todo su entorno político era purgado por los estalinistas (Nin, el líder intelectual del POUM fue detenido por los txekistas prosoviéticos y "desapareció"). Tuvo que esconderse unos días y acabó por marcharse de Catalunya, desengañado. La experiencia catalana de lucha contra el totalitarismo franquista y estalinista fue clave para la posterior redacción de 1984 y de La granja de los animales, las dos grandes obras de Orwell.